Gräfin Kinsky von Wchinitz und Tettau conocida como Bertha Félicie Sophie von Suttner o Bertha von Suttner nace en Praga, Imperio Austrohúngaro (hoy Chequia) el 9 de junio de 1843 y muere a causa de un cáncer de estómago en Viena, Austria el 21 de junio de 1914; pacifista y escritora; una mujer entregada en cuerpo y alma a la defensa del pacifismo; condesa; baronesa von Suttner; en 1905 se convirtió en la primera mujer distinguida con el Premio Nobel de la Paz y la segunda mujer laureada con un Nobel después de Marie Curie en 1903.
Hija póstuma del conde Franz Kinsky von Wchinitz und Tettau y de Sophie Wilhelmine von Körner.
Fue criada y educada por un tutor que era miembro de la corte austriaca, así que dispuso de una infancia cómoda y entretenida por los viajes y actos sociales, que compaginó con el aprendizaje de idiomas y de música. Aprendió alemán, francés, italiano e inglés. Estudió piano, ya que era una de las grandes aspiraciones familiares de que hiciera carrera en la ópera. Recibió una educación casi militar.
Su vida acomodada y feliz se terminó cuando su madre dilapidó la fortuna familiar, a causa del juego.
En Viena, consiguió un puesto como institutriz y maestra de las cuatro hijas pequeñas de la casa del barón Karl von Suttner.
Se enamoró del hijo mayor de su patrón, el conde Arthur Gundaccar von Suttner. Bertha era siete años mayor que Arthur y a pesar de pertenecer a la aristocracia, no podía aportar una dote a aquel matrimonio aparte de su título.
La madre de Arthur Gundaccar la despidió para poner fin a la relación entre ambos, pero para no dejarla sin medios de vida, la colocó en casa de Alfred Nobel, en París, que en ese tiempo fue llamado a Suecia por su rey.
Con Alfred Nobel, estableció una profunda relación de amistad que duraría años y al que propuso crear uno de los premios que llevan su nombre en favor de la paz a través de su obra literaria más famosa, ¡Adiós a las armas!.
Se casó en secreto con Arthur Gundaccar von Suttner. Su esposo fue desheredado. Viajaron al Cáucaso.
Arthur Gundaccar comenzó a publicar con éxito novelas sobre la guerra, el país y sus gentes en los semanarios alemanes, mientras que Bertha von Suttner empezó su actividad como periodista con el seudónimo de B. Oulet, con el que alcanzó un éxito similar al de su marido.
Se convirtió en escritora y, sobre todo, en una firme defensora de la paz y una activista del desarme y la cooperación internacional para el desarrollo humano.
En 1885 se reconciliaron con la familia de Arthur Gundaccar y regresaron a Austria acogidos por ellos.
Bertha siguió interesándose especialmente por el pacifismo en sus artículos y comenzó a escribir novelas.
Su vida se orientó casi exclusivamente hacia lo literario hasta que, a través de un amigo, conocieron la Asociación Internacional de Arbitraje y Paz en Londres y grupos similares en el continente, que tenían como objetivo el arbitraje y la paz en lugar de la fuerza armada.
A fines de 1889 publicó su libro ¡Adiós a las armas! y se convirtió rápidamente en un clásico del movimiento pacifista internacional y se tradujo a varios idiomas al criticar muchos aspectos de la época y predecir los resultados de nacionalismos y armamentos exagerados. Fue adaptado al cine en 1914.
En 1892 le prometió a Alfred Nobel que lo mantendría informado sobre el progreso del movimiento de paz y trató de convencerlo de su efectividad.
En enero de 1893 recibió una carta de Alfred Nobel contándole su idea de un Premio de la Paz, una realidad que establecería en su testamento.
En 1902 falleció su esposo Arthur Gundaccar, lo que hizo que se replanteara su futuro, pero decidió continuar con el trabajo.
El 10 de diciembre de 1905 fue la primera mujer en iniciar la tradición de los Premios Nobel de la Paz, y la segunda en recibir uno después de Marie Curie fue precisamente Bertha von Suttner.
En 1907 participó en la Conferencia de la Haya.
En 1912 y con 69 años, hizo una segunda gira de conferencias por EEUU.
En agosto de 1913 habló en el Congreso Internacional de la Paz en La Haya, donde fue reconocida por su trabajo.
Sus penurias económicas y su amistad con Alfred Nobel fraguaron su amor por la literatura y su activismo a favor de la paz.
De acuerdo con sus deseos, fue incinerada en Gotha.
En 1966 se imprimió un billete de 1,000 chelines con su imagen.
Austria la conmemoró grabando su retrato en las monedas austriacas de 2 euros.
En su honor se dio su nombre a un asteroide, 12799 von Suttner.
Fue homenajeada con un doodle de Google.
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