Giovanni dei Crescenzi Ottaviani nace en Roma en 1000 y muere en Sabina en 1063; obispo de Sabina; con el nombre de Silvestre III es consagrado Papa Nº 146 de la Iglesia católica (20 de enero-10 de abril de 1045).
En 1044 el Papa Benedicto IX fue depuesto tras un levantamiento popular encabezado por el capitán romano, Gerardo di Sasso.
Giovanni dei Crescenzi Ottaviani era obispo de Sabina, cuando fue nombrado papa mediante pago, por la familia de los Crescencios, para suceder a Benedicto IX, que había sido depuesto tras un levantamiento popular encabezado por un capitán romano, Gerardo di Sasso.
El 20 de enero de 1045 con el nombre de Silvestre III es consagrado Papa Nº 146 de la Iglesia católica.
El 10 de abril de 1045 Benedicto IX lo declara antipapa y tras recuperar el trono papal, con la ayuda de sus familiares los condes de Túsculo, depone a Silvestre III.
En mayo de 1045 Benedicto IX renunció tras vender, con el propósito de casarse, su cargo pontificio por 1,500 libras de oro al arcipreste Juan de Graciano (futuro papa Gregorio VI). Benedicto IX abandonó Roma.
El hecho de que en 1045 ocuparan el trono de San Pedro tres papas y que los tres vivieran, confirmó a Gregorio VI en la idea de la necesidad de una profunda reforma, para lo cual se rodeó de importantes colaboradores entre los que destaca Hildebrando de Sovana (futuro Papa Gregorio VII), a quien nombra su secretario.
Silvestre III se refugió en su diócesis de Sabina donde continuó ejerciendo como obispo hasta que en un concilio celebrado en Sutri el 20 de diciembre de 1046, al que asistió el emperador alemán Enrique III, se le privó de su dignidad y se le recluyó en un monasterio.
En 1046 Benedicto IX quiso derrocar al Papa Gregorio VI, pero el rey Enrique III de Alemania viajó hasta allí y organizó el concilio de Sutri, que finalmente elegiría a Clemente II como único papa.
A la muerte del Papa Clemente II, Benedicto IX atacó Roma y fue aceptado por el clero y el pueblo para evitar tumultos y derramamientos de sangre para ser elegido por tercera vez el 8 de noviembre de 1047.
La desconfianza del rey Enrique III "el negro" hacia Gregorio VI, unida al hecho de que Benedicto IX trataba de recuperar el solio pontificio y que Silvestre III no había renunciado tampoco, decidió al rey alemán, incitado por Odilón de Cluny y por el eremita Guntero, a convocar el concilio de Sutri, valiéndose de los poderes que le atribuía el Privilegium Othonis, en el cual depuso a Benedicto IX y a Silvestre III y obligó a abdicar a Gregorio VI.
El 17 de julio de 1048 Benedicto IX fue expulsado y excomulgado.
También fue desterrado Gregorio VI a Colonia. En su destierro estuvo acompañado por su secretario Hildebrando de Sovana (futuro Papa Gregorio VII), que cuando accedió al papado realizaría las reformas con que había soñado y que no pudo realizar.
El 18 de septiembre de 1055 en Grottaferrata, Estados Pontificios, falleció el Papa Benedicto IX.
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