Augustin Gottlieb Ludwig Fischer conocido como padre Agustín Fisher nace en Ludwigsburg, Wûrttemberg, Alemania el 22 de junio de 1825 y muere en Ciudad de México en 1887; sacerdote Evangélico y luego Católico; excelente negociador y políglota; diplomático; Párroco de Parras, Coah., Capellán; Secretario del emperador Maximiliano I de México.
Ilusionado por el sueño de América, se asentó en Texas, donde se dedicó a labores agrícolas. Otra versión dice que fue para escapar de la policía después de protagonizar una pelea y para buscar fortuna. El viaje terminó en un naufragio donde murieron una tía suya y varios primos, pero él sobrevivió.
Aprendió rápido el inglés y el español.
En 1849 se trasladó a San Francisco, California atraído por la "fiebre del oro".
Posteriormente se muda a Durango.
Pretendió ingresar a la Compañía de Jesús pero no fue aceptado.
Entre 1854 y 1856, el obispo de Durango, José Antonio Laureano López de Zubiría lo ordena sacerdote y le encomendó sucesivamente las comunidades parroquiales del Sagrario en la capital diocesana y de Parral en Chihuahua. Su condición de sacerdote no le impidió tener mujer e hijos, aunque no se casó.
Intentó ennoblecerse inventando que descendía, por línea bastarda, de los reyes de Wurtemberg.
En 1862 cuando la intervención francesa empezaba a realizarse, se encontraba en Taxco, entonces dentro de la jurisdicción del arzobispado de México y donde más tarde conocería al emperador Maximiliano, quién lo nombró primeramente capellán palaciego y más tarde, conforme se acercaban los acontecimientos más riesgosos de su gobierno, secretario particular, es una de las personas que tuvo más cerca y su influencia se considera determinante en el ánimo y en las decisiones suyas.
En 1863 fue enviado a Roma, donde permaneció un año y logró estar allí cuando el ya emperador Maximiliano fue a visitar al Papa Pío Nono en Roma, donde se conocieron.
Regresó a México.
Amigo del terrateniente Carlos Sánchez Navarro, perjudicado por el mapa del Imperio que dividía el territorio nacional en 50 entidades, fue ante el emperador Maximiliano para interceder por él. Agustín Fischer logró causar una gran impresión en Maximiliano, quien vio en él cualidades para ejercer difíciles tareas diplomáticas. Entablaron cierta amistad, hablaban siempre entre ellos en alemán y poco a poco el padre logró ganarse la confianza del emperador.
El 21 de septiembre de 1865 tras dejar la parroquia de Parras, Coah., el padre Agustín Fischer es designado capellán del emperador Maximiliano.
A Agustín Fischer se le encomendó la tarea de redactar un concordato para arreglar las relaciones del Imperio con la Iglesia y fue enviado a Roma con la misión de conseguir que el Papa Pío Nono lo aprobara. En Roma, el padre Agustín Fisher se hizo de buenas y poderosas amistades.
A su regresó a México, se encontró con la noticia de que el emperador Maximiliano estaba pensando en escaparse del país. Su estrategia consistió en no permitir que el emperador Maximiliano se entrevistara con cualquier persona que pudiera recomendarle partir rumbo a Europa para salvar la vida.
El 21 de junio de 1867 el general Porfirio Díaz y el Ejército Republicano entran pacíficamente a la Ciudad de México. El padre Agustín Fisher fue arrestado y encarcelado por algunos meses. Pero los juaristas no fueron muy duros con él, incluso trataron de contratarlo para que escribiera la historia de aquel cruento período. Agustín Fischer no aceptó, quizás pensando que en Europa le iría mejor.
En el Puerto de Veracruz se embarcó rumbo a Europa, donde se encontró con que era acusado de haber retenido en México a Maximiliano y con ello responsable de su muerte.
Regresó a México, donde intentó fundar una especie de escuela que acabó en un rotundo fracaso por falta de dinero.
Fue preceptor de los hijos de una familia acaudalada, lo que mejoró por algún tiempo su precaria situación económica.
Falleció a los 62 años de edad. Fue enterrado en el Panteón Francés en la Ciudad de México.
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