jueves, 16 de mayo de 2024

Eloisa (1092-1164)

Eloísa o Eloysa o Heloisa o Heloissa o Héloïse nace en Montlhery el 1 de diciembre de 1092 y muere en Quincey, Francia el 16 de mayo de 1164; junto con la Abelardo forman una gran historia de amor, huyendo a Bretaña, donde tuvieron un hijo, Pedro Astrolabio.


Hija ilegítima​ de un noble y de Hersenda.  

Creció rodeada de demoiselles junto a la orden benedictina de Argenteuil, que le instruyeron en la lectura y en la gramática a los siete años.  Su madre confió su educación a uno de sus dos hermanos, Fulberto.  

Desde 1102 su tio Fulberto trabajaba en el Hospital de los Pobres de París.​  Fulberto como canónigo miembro de la Catedral San Étienne de París, el tutor de Eloísa acoge bajo el mismo techo que a su ahijada al escolástico Abelardo, al que ya mantenía desde hacía unos años.  

Abelardo había decidido tomar un año sabático en 1107.  

A partir de 1110 Abelardo comienza a enseñar en la Abadía de Santa Genoveva de París.  Abelardo intenta convertirse en el profesor particular de Eloísa con el objetivo de seducirla.​  Abelardo comenzó a hacer de su locura canciones en latín como manera de descanso habitual, cuyas melodías seducían hasta a los más ilustrados y se convirtieron en las canciones más conocidas del momento.  Se canta el nombre de Eloísa, creando la leyenda de los amantes antes de la historia.   


En el otoño de 1114 Abelardo inicia una correspondencia con el pretexto de impartir clases, constituyendo un medio de seducción reducido a la conversación, a la sabiduría y a la galantería.  Las tablillas de cera que el profesor devuelve, tras añadir su respuesta, son copiadas por Eloísa,​ quizá ya con la idea de ser editadas en lo que será Epistolae duorum amantium o Cartas de los dos amantes.  


Una noche de principios de 1116 su relación fue descubierta, por el tío de Eloísa, Fulberto, que alejó a los dos amantes.  


Cuando se volvieron a encontrar, ambos volvieron a dejarse llevar por la pasión y Eloísa quedó embarazada poco después.  Para arrebatársela a las autoridades francesas, Abelardo organizó su secuestro disfrasando a Eloisa de monja y se la llevó un día en el que su tío se había ausentado.  

Eloísa fue trasladada a Pallet, zona que no estaba controlada por el Reino de Francia.  

En el otoño de 1116 Eloísa da a luz un hijo, en casa de la hermana de Abelardo, Denyse, al que dará el nombre no cristiano de Astralabe, es decir, en castellano moderno, astrolabio, que tendría el significado de "Puer Dei I" (primer hijo de Dios), según el anagrama resultante de Petrus Abelardus. ​ El astrolabio en la época solo tenía un uso astrológico.  

El niño quedará a cargo de Denyse, junto a la cual permanecerá Eloísa el resto de su vida.  

Abelardo volvió solo a París para obtener el perdón de Fulberto, a quien prometió casarse con Eloísa sin que esta fuese consultada.  

En la capilla casa del tío materno Fulberto, San Cristophe o en la Capilla San Aignan, Abelardo y Eloisa se casan.  

Eloisa decide tomar los hábitos.  


En 1129 Eloísa es expulsada del monasterio, acompañada por sus hermanas, por Suger, un enemigo de la casa de Montmorency y de Pedro Abelardo.  Las hermanas encuentran refugio en la Abadía de Notre-Dame de Yerres y bajo el cuidado de Eustachie, una viuda aristócrata.  

Abelardo se encontraba en Bretaña visitando a su hermano Porchaire, canónigo de la diócesis de Nantes. 

Eloísa se encuentra, pues, en una encrucijada: o sigue en condición de hermana lega o vuelve a la calle.   

En 1136 Eloísa dirige la Abadía del Paraclet.   

Abelardo es llamado por el canciller Étienne de Garlande para retomar la tarea de la enseñanza que había iniciado en 1110, tres años antes del encuentro con Eloísa.  

Abelardo recibe con alegría la noticia sobre la finalización de los estudios de su hijo Astralabe bajo la dirección de su tío paterno Porchaire en la Catedral de Nantes.​  

El 26 de mayo de 1140 las ideas que profesa Abelardo sobre la Gracia divina, el Espíritu Santo o el pecado son condenadas en el Concilio de Sens.  El acusador Bernard de Clairvaux, para quien la fe está en el corazón y la razón en el Diablo, obtiene secretamente gracias al vino servido en un banquete de los jueces, ​ una condena antes del final de las discusiones.  El condenado escoge a Eloísa para que testifique públicamente acerca de su buena fe.  

Un reescrito del Papa Inocencio III y una formalidad de la Curia romana confirman la segunda condena a Abelardo el 18 de julio de 1141.  Abelardo, enfermo, debe renunciar a llevar en persona su defensa a la Curia romana y se jubila, marchándose primero a Saint-Marcel-lès-Chalons y después a la casa madre de la Abadía de Cluny.  

Los monjes que le acompañan, probablemente celosos por guardar una reliquia que atraería los favores de donantes externos, no avisan el fallecimeinto de Abelardo a la priora del Paraclet.  

En 1146 Pedro toma la iniciativa y contacta con Eloísa, quien obtiene de su admirador el favor de llevarle el cuerpo sin vida de su marido.  

La noche del 1 de noviembre de 1144 el cadáver de Abelardo es robado por un equipo conducido por Pedro en clandestinidad, que viaja de Saint-Marcel hasta el Paraclet.  

El 10 de noviembre de 1144 en la capilla de un pequeño monasterio cercano a la abadía, siguiendo así las últimas voluntades de Abelardo de ser enterrado en Paraclet en una tumba frente al altar.  

Pedro, antes de volver a Cluny, otorgó a Eloísa un manuscrito lacrado con el que otorgaba a Abelardo la plena indulgencia.  

El cuerpo de Abelardo es llevado al Paráclet y Eloísa, muerta 22 años más tarde, es enterrada junto a él.  

En 1147 Eloísa obtuvo del Papa Eugenio III una bula de exención en la que se le otorgaban una autoridad casi episcopal sobre cinco prioratos anexos.  Eloisa junto a la condesa de Champaña Matilde de Carinthie, fundan una filial en La Pommeraie.  

En 1158 Eloisa recibe noticias de su hijo Astralabe relacionadas con el asesinato en Nantes del conde Godofredo VI de Anjou.  Es posible que le recibiese mientras se encaminaba hacia su exilio en la Abadía de Cherlieu.   

Su féretro es enterrado encima del de Pedro Abelardo como último acto de su sumisión.  

Desde el 16 de junio de  1817 los dos cuerpos descansan juntos en una misma tumba, en el Cementerio de Père-Lachaise.  




Una plaza de París, lleva su nombre.



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