Concepcion Jurado conocida como Conchita Jurado nace en España el 2 de agosto de 1865 y muere en Ciudad de México el 27 de noviembre de 1931; dama que a partir del 23 de junio de 1926 y hasta el 27 de noviembre de 1931 creó el personaje de Carlos Balmori.
En 1926 junto con su amigo, el periodista Eduardo Delhumeau, Conchita Jurado creo el personaje de Carlos Balmori, con el propósito de hacer bromas pesadas. Les llamaban "las balmoreadas" y a sus víctimas, les decían "puerquitos". Se burlaban de todos cuantos podían y cuando llegaba la hora de la confesión, a las víctimas no les quedaba más remedio que reír, otros se enojaban.
A la muerte de sus padre Conchita, ya solterona, se fue a vivir a una vecindad de la calle de Cuauhtemotzín. No tenía nada en el mundo excepto un creciente grupo de amigos, los primeros balmoreadores.
Fueron célebres "las balmoradas" pues llegaron a envolver a personajes del más alto nivel político y social en Ciudad de México.
Pendenciero, soberbio, marrullero y muy rico; amante de las fiestas; comandante de los tercios españoles, vencedor en Marruecos, multimillonario industrial y financiero; era noble, descendiente directo de los condes de Balmoral y compadre del rey Alfonso XIII de España, del zar Nicolás de Rusia, del millonario John Rockefeller, del inventor Thomas Alva Edison y del presidente Porfirio Díaz. Era un donjuán de poca estatura y bigotón, siempre vestido con una gabardina, un sombrero y unos lentes.
Carlos Balmori siempre andaba acompañado de fornidos guardaespaldas, a veces altos jefes de la policía o del ejército que habían sido previamente balmoreados.
Consiguió que hombres casados aceptaran divorciarse para contraer nuevas nupcias con la supuesta sobrina y heredera del magnate.
Tres veces Carlos Balmori consiguió que conocidas damas aceptaran casarse con él por su dinero, y las respectivas ceremonias se efectuaron con todos los detalles, ante supuestos jueces y notarios. Cuando se revelaba la verdad las mujeres lloraban desconsoladamente, más por los millones esfumados que por el hecho de haberse casado con una fémina.
Fue enterrado en el Panteón Civil de Dolores, en una tumba sarcásticamente decorada con azulejos que tienen pintadas las mejores hazañas de Carlos Balmori.
En 1960 su biógrafo, el doctor Luis Cervantes Morales, en su libro Memorias de don Carlos Balmori, escritas por su secretario particular (23 de junio de 1926-27 de noviembre de 1931) en donde relata 37 de las balmoreadas más divertidas que realizó Concepción Jurado: a Conchita poco antes de los 15 años surgió en ella el gusto por encarnar seres diversos; el primero fue una indita con su criatura sujeta a la espalda por un rebozo. Se presentó a su propia madre, que no la reconoció, diciéndole que estaba sola y abandonada en la ciudad, suplicándole que fuera su comadre, pues su inocente hijo estaba sin bautizar. A la madre le enterneció el corazón, aceptó a llevar a la pila del bautismo, pero Conchita se quitó el rebozo, puso el muñeco que pasaba por su hijo en una silla y dejó a su progenitora con la boca abierta al descubrirle el engaño.
En 1981 Fernando Marti publica el libro "El increíble Carlos Balmori".