domingo, 12 de abril de 2020

Juana de Castilla "la Beltraneja" (1462-1530)

Juana de Castilla "la Beltraneja" nace en Madrid, España el 28 de febrero de 1462 y muere en Lisboa, Portugal el 12 de abril de 1530; infanta castellana y religiosa; reina proclamada de Castilla; reina consorte de Portugal.

Hija de Enrique IV de Castilla y de la princesa Juana de Portugal.  Cuando nació, poco importó que fuera una niña, pues las leyes permitían a las mujeres reinar.  

El 7 de marzo de 1462 la infanta Isabel de 11 años sostenía en sus brazos a la infanta Juana que iba a recibir el bautismo.  

Juana fue jurada en las Cortes de Madrid como Princesa de Asturias y se convirtió en heredera legítima al trono de Castilla.  A pesar de ser la heredera legítima no tardaron en levantarse voces dudando de su legitimidad.  

Fue llamada "la beltraneja" por ser supuesta hija biológica de  Beltrán de la Cueva, primer duque de Alburquerque.  

En 1464 los nobles descontentos con el rey Enrique IV de Castilla, encabezados por Juan Pacheco marqués de Villena, redactaron y rubricaron el Manifiesto de Burgos, en el que se atrevían a considerar públicamente a Juana como hija bastarda de la reina.  

El 5 junio de 1465 la nobleza encabezada por el marqués de Villena, depuso la efigie del rey Enrique IV y puso en su lugar la de su medio hermano Alfonso de Castilla.   

La Farsa de Ávila trajo enfrentamientos armados que solamente terminaron con la sospechosa muerte de Alfonso tres años después.  

Juana y su madre vivieron refugiadas en varios castillos y custodiadas por fieles miembros de la nobleza.  

El 19 de septiembre de 1468 en la explanada de los berracos prehistóricos conocidos como los Toros de Guisando, el rey Enrique IV ratificaba unos acuerdos pactados previamente con la nobleza rebelde, proclamaba la ilegitimidad de su propia hija Juana y aceptaba a su media hermana Isabel (futura reina Isabel la católica) como su heredera.  

En 1469 Isabel se casa en secreto con Fernando de Aragón, sin esperar la aprobación de Enrique IV.  Esta boda hace que Enrique IV revoque lo firmado en Guisando mediante la Declaración de Valdelozoya, Juana volvía a ser la legítima heredera.  

El 26 de octubre de 1470 Enrique IV de Castilla y León deshereda a su media hermana Isabel y nombra sucesora a su hija Juana.   

En la ermita de Santiago en Gargantilla de Lozoya, se casa con el conde de Boulogne representante del duque de Guyena; pero su padre en sus últimos días había visto desbaratado este enlace, porque el duque falleció en 1472.  

El 11 de diciembre de 1474 su padre Enrique IV moría súbitamente, algunos dijeron que fue envenenado.  

Dos días después de la muerte de Enrique IV, la infanta Isabel se autoproclamaba en Segovia reina legítima de Castilla.
  
En las cartas que Juana envió a la aristocracia y a las ciudades, aseguraba que su padre en su lecho mortal había declarado solemnemente que ella era su heredera legítima. 

El rey Alfonso V de Portugal entró en Extremadura acompañado de un ejército, dispuesto a casarse con su sobrina Juana de doce años y luchar para defender sus derechos.  

El 12 de mayo de 1475 contrajo matrimonio con su tío, el rey Alfonso V de Portugal; el matrimonio fue anulado.  

Se enfrentó con su tía Isabel de Castilla en la Guerra de Sucesión castellana tras la muerte de Enrique IV, el Impotente.

El 13 de junio de 1475 en Madrid, falleció su madre Juana de Portugal.


El 1 de marzo 1476 Batalla de Toro, el rey Fernando el Católico vence a los partidarios de Juana la Beltraneja; el estandarte real portugués, fue sucesivamente tomado y perdido por los castellanos partidarios de Isabel en la confusa contienda.  

Abandonados por los nobles castellanos y las fuerzas internacionales, Juana y su esposo huyeron a Portugal.  

El Papa Sixto IV anuló la dispensa por consanguinidad, concedida para el matrimonio de Juana con Alfonso V.

El rey Luis XI de Francia reconoció a Isabel como Reina de Castilla, rompiendo su alianza con Portugal.

El 4 de septiembre de 1479 terminaba oficialmente el conflicto sucesorio con la Paz de Alcaçovas.  

Paralelo al Tratado de Alcazovas se negociaron las llamadas Tercerías de Moura, donde Juana de Castilla o Juana la beltraneja renunció a todos sus títulos castellanos y optar entre el casamiento con el príncipe heredero Juan de Aragón y Castilla,  de un año de edad, para que dentro de quince años se casaran y sellaran la paz en Castilla, o recluirse en un convento, opción que finalmente escogió.  

Prefirió ingresar al Monasterio de Santa Clara de Coímbra, aunque se le permitía salir bajo supervisión.  

Fue llamada "La Excelente Señora".  

Hasta el día de su muerte, Juana firmó todos sus documentos como "Yo, la Reina".  

Los restos de Juana se perdieron y no es posible hacer una prueba de ADN, para corroborar si Enrique IV era su padre.

Almudena de Arteaga publicó la novela histórica "La Beltraneja".  

José Miguel Carrillo de Albornoz publicó "Juana la Beltraneja.  La reina traicionada".  

Tarsicio de Azcona publicó la biografía "Juana de Castilla, mal llamada La Beltraneja:  Vida de la hija de Enrique IV y su exilio en Portugal".  

Óscar Villarroel González publicó "Juana la Beltraneja:  la construcción de una ilegitimidad".


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