martes, 30 de junio de 2020

Teodoro de Croix (1730-1792)

Teodoro Francisco de Croix Heuchin conocido como Teodoro de Croix nace en el Castillo de Prevôtes en Lille, Flandes, Países Bajos (hoy Francia) el 30 de junio de 1730 y muere en Madrid, España el 8 de abril de 1792; aristócrata y militar flamenco al servicio de España; gobernador de Acapulco; primer Comandante General de Provincias Internas de Oriente; Virrey del Perú (1784-1790).

Tercer hijo gemelo del marqués de Heuchin, Alexandre-Maximilien-François de Croix y de Isabelle-Claire-Eugène de Houchin.  Hermano del conde Felipe Carlos de Croix.  Sobrino del marqués de Croix Carlos Francisco (virrey en Nueva España).  

El 26 de abril de 1747 y con 17 años, llamado por su tío, el general Carlos Francisco de Croix, ingresó en el Ejército español.  

Entró al servicio del rey de España como alférez de granaderos de la Guardia Real.  

Fue enviado a Italia, en el ejército a las órdenes del marqués de la Mina.  

En 1750 se incorporó a la Guardia Flamenca.  

En 1750 fue transferido a la Guardia Valona, la guardia personal de los reyes Borbones de España.  

En 1756 es ascendido a teniente y se le nombra caballero de la Orden Teutónica.  

En 1760 fue nombrado como Coronel de la Guardia Valona.  

En 1762 participó en la campaña de Portugal, bajo las órdenes del conde de Aranda.  

El 3 de mayo de 1766 se embarcó a bordo de "El Dragón" rumbo a la Nueva España, acompañando a su tío Carlos Francisco de Croix, quien venía asignado como Virrey de Nueva España.  

El 18 de julio de 1766 llegaron al Puerto de Veracruz.  

Al llegar fue nombrado Gobernador de Acapulco e Inspector de las Tropas de Nueva España. 

En 1767 al recibir del rey Carlos III la orden de expulsión de los Jesuitas, su tío el virrey se apoyó en él para la redacción de las instrucciones a todo el virreinato.   

El 30 de noviembre 1771 regresó a España, cuando su tío culminó su mandato como virrey.   Se reincorporó a los reales ejércitos.  

El 16 de mayo de 1776 el rey Carlos III de España lo nombra como primer comandante general de las Provincias Internas del Norte de Nueva España, con un sueldo de 20,000 pesos anuales.  

El 22 de agosto de 1776 el rey Carlos III crea la Comandancia de las Provincias Internas en la Nueva España y designa a Teodoro de Croix como su primer Comandante.  

El 22 de diciembre de 1776 hace su entrada en la Ciudad de México, presentándose ante el virrey fray Antonio María Bucareli y recibiendo nombramiento oficial de su cargo.  

El 1 de enero de 1777 asumió sus funciones por un periodo de 6 años.  

Se dirigió en primer lugar a Coahuila y Tejas, con la intención de ir luego a Nueva Vizcaya y finalmente a Sonora, y establecer su residencia en Arizpe; le acompañan el ingeniero Carlos Du Parquet y el padre fray Juan Morfi, que le serviría de capellán, consejero y cronista.  

El 10 de noviembre de 1777 en misión expedicionaria cruza Río Aguanaval, llegando a lo que hoy es La Laguna (Durango).  

Sufrió varias revueltas de los indios apaches, seris, comanches y otras tribus indígenas.  

Tenía intención de visitar Monterrey, en la Alta California, donde tenía como gobernador a Felipe Neve, pero este viaje nunca llegó a realizarlo.  

Desde el mes de marzo de 1778 permanece durante 18 meses en San Felipe el Real, aquejado de una grave dolencia.  

En abril de 1779 falleció el virrey Frey Antonio María Bucareli.  

El 13 de noviembre de 1779 se instala en Arizpe.  

El 14 de enero de 1781 el caballero Teodoro de Croix, Comandante General de las Provincias Internas de Oriente en la Nueva España, prohíbe se recibiesen empeñadas armas o equipo de la tropa.

En 1782 al no considerar necesario un gobierno militar en la Provincia de Sonora, solicita y obtiene la supresión del mismo.  

El 13 de febrero de 1783 fue nombrado Virrey del Perú.  

El 6 de abril de 1784 en Lima, Perú, tomó posesión como Virrey del Perú.  

En abril de 1783 harto de la insubordinación del singular brigadier, Juan de Ugalde, gobernador de Coahuila, que no creía en la pacificación de los indios y si su sometimiento por las armas, le destituye y sustituye por otro.  

El 6 de abril de 1784 hizo su entrada en Lima.  

En 1786 pusó en funciones el Tribunal de Minería de Lima.  

En 1788 instaló la audiencia del Cuzco.  

Atendiendo las quejas que se multiplicaban sobre asaltos de maleantes tanto en el campo como en la ciudad, dispuso la creación del tribunal de la Santa Hermandad.  

Estimuló la fabricación local de pólvora para eventualidades de defensa y desarrolló, en general, una administración extraordinariamente honesta.  

El 25 de marzo de 1790 abandonó el gobierno virreinal, dejando en solvente posición las arcas del Estado.  

En abril de 1790 regresó a España por la vía del Cabo de Hornos.  

En 1790 pasó a ser coronel de las Guardias Valonas en España.  

Fue distinguido con la gran cruz de la Orden de Carlos III.  








Catalina de Erauso (1592-1650)

Catalina de Erauso "La Monja Alférez" nace en San Sebastián, Guipúzcoa, España en 1592, es bautizada en la Parroquia donostiarra de San Vicente el 10 de febrero de 1592 y muere en Cuitlaxtla, cerca de Orizaba, Ver., el 30 de junio de 1650; novicia, soldado, conquistador, pendenciera, virgen, lesbiana y viajera; asesina de al menos diez hombres; como novicia de un convento en España, escapó vestida de hombre y sirvió después como paje.
Catalina de Erauso por Juan van der Hamen.

Hija del capitán Miguel de Erauso.  Fue la menor de seis hermanos.  

A los cuatro años, junto a sus tres hermanas, fue internada en el Convento de las dominicas de San Sebastián el Antiguo.  Como era una niña inadaptada y rebelde, la cambiaron al Convento de San Bartolomé, que tenía normas y clausura más estrictas.   Recibió cierta formación y aprendió latín.

A los 15 años, huyó del convento, sin haber llegado a profesar.  

Deambuló por el monte comiendo lo que pudo, se corta el pelo, transforma su hábito en un traje de hombre.  Decidió vivir y vestir como un hombre, usando el nombre de Antonio Erauso.

Llegó hasta Vitoria, donde entró a trabajar en casa de un médico, pariente lejano, que no supo reconocerla con los ropajes de hombre.  

Tres meses después huyó de la casa de su pariente, con el dinero que le robó.  

Se estableció en Valladolid, donde se convirtió en paje del secretario del rey Juan de Idiáquez y se hizo llamar Francisco de Loyola.  

Escapó hacia Bilbao, allí apedreó a unos muchachos que se burlaron de ella e hirió tan gravemente a uno de ellos, por lo que fue encarcelada durante un mes.  

Se trasladó a Estella en Navarra, donde se empleó como paje de un hidalgo.  

Dos años más tarde regresó a San Sebastián.  

Se enroló en la flota que partía hacia América.  

Al año siguiente, cuando los galeones regresaban a España cargados con el oro y la plata americana, Catalina robó 500 pesos del camarote del capitán de su nave y se escondió en el puerto de Nombre de Dios hasta que los navíos estuvieron bien lejos.   

Se estableció en Perú, donde entró a trabajar como ayudante de un comerciante español al que sirvió con lealtad y diligencia, por lo que al poco tiempo estaba al frente de uno de los almacenes del empresario en la ciudad de Saña.  

Tuvo una riña que terminó con un caballero muerto, otro herido y ella en la encarcelada por dar cuchilladas a un hombre.  Su amo la sacó de prisión con el ánimo de casarla con su propia amante, pero al negarse a ello, el comerciante la trasladó a su negocio de Trujillo.  

Un par de meses apareció con dos amigos el caballero al que Catalina había herido, y nuevamente se enfrentron, terminado con otro hombre atravesado por el estoque de la donostiarra y ella refugiada a sagrado en una iglesia.  Para que escapara del cargo de homicidio y de numerosas deudas de juego, su amo logró enviarla a Lima a trabajar en una tienda de un amigo suyo.  

Tuvo relaciones con la sobrina de su nuevo jefe, lo que a le costó el despido.  

Cuando salió libre, se alistó en uno de los enganches que reclutaban soldados para enfrentarse con los indios mapuches en Chile.  

Desembarcó en Concepción bajo la identidad de Alonso Díaz Ramírez de Guzmán.  

Se encontró con su hermano Miguel, secretario del gobernador de Chile y sin confesarle la vinculación familiar, se hicieron buenos amigos y Alonso se incorporó al séquito personal de Miguel.  

Cuando Miguel se enteró de que su sirviente cortejaba a una amante suya lo envió al Fuerte de Paicabí, una correccional en el frente araucano.  

Sentó plaza como soldado; pronto fue ascendida a Alférez por sus hazañas en la milicia.  

En una de sus muchas trifulcas a causa de su afición a los naipes, atravesó con su espada a otro oficial e hirió de muerte al alguacil que iba a detenerla y siguiendo su vieja estrategia, se acogió a sagrado en el convento de San Francisco, donde permaneció más de seis meses cercado por las tropas del gobernador.  

Una noche decidió salir para ejercer de padrino de un compañero suyo en un duelo, estaba tan oscura que se batieron no sólo los dos que se habían desafiado, sino también sus apoderados; el padrino de la parte contraria al que Catalina hirió de muerte resultó ser su hermano Miguel, quien fue enterrado en el Convento de San Francisco, donde ella se había acogido.  Tuvo que esconderse ocho meses más antes de poder huir a Tucumán en Argentina junto con otros dos prófugos.  

Hizo promesa de casamiento a dos mujeres, de las que tuvo que huir antes de que se descubriese su verdadera naturaleza.  

Llegó hasta la villa de Potosí, donde vivió durante dos años.  Se enrolo en una compañía militar con destino a la región de los Chunchos, tierras en las que batalló a los indios con gran ímpetu.  

Después de acumular todo el oro que pudo, se licenció y se estableció en La Plata (hoy Sucre, Bolivia) como administradora de una viuda rica.  

Fue acusada de rajar la cara a una mujer con una navaja de barbero por vengar a su señora, que había sido golpeada en la cara con un zapato por la malhumorada dama tras una discusión entre ambas.  Huyó de nuevo.  

Se dedicó a comerciar con trigo entre Cochabamba y Potosí.  

Pendenciera como siempre, mató a dos hombres en riñas de juego.  

Fue sentenciada a cárcel por homicidio.  

Regresó a Cuzco.  

A causa de su afición por naipes, tuvo un lance de espadas.  Catalina fue herida de gravedad, pero acabó con la vida de un gigantón apodado "el Nuevo Cid".  

Fue reconocida y detenida en Huamanga (hoy Ayacucho), no sin antes matar a uno de los guardias que querían prenderla y herir a dos más.  

Pidió entrevistarse con el obispo Agustín de Carbajal, al que contó en confesión toda su vida y le reveló el engaño de sus ropas:  "La verdad es ésta, que soy mujer", el obispo mandó a dos matronas que reconocieran a Catalina y éstas certificaron que era doncella.  Tras descubrirse su secreto, el obispo Carbajal pactó que cumpliera su pena en el convento de las clarisas de Huamanga donde vivió dos años enclaustrada.  

Fue reclamada por el arzobispo de Lima y el virrey, ansiosos de conocerla.  

Enclaustrada en el convento de las comendadoras de San Bernardo, vivió en Lima dos años hasta que se supo que nunca había profesado como monja como ella sostenía.  

En 1624 regresó a España, como hombre, haciéndose llamar Antonio de Erauso.   

Catalina escribió o dictó un libro con sus memorias, que fueron publicadas bastante tiempo después en 1829 en París.  

Fue recibida por el rey Felipe IV de España.  Logró el reconocimiento real por sus servicios a la corona.  

Se entrevistó con el Papa Urbano VIII, que le otorgó permiso para vestir y firmar como hombre.  

Pensionada, viajó a la Nueva España.  

Se dedicó con una recua de mulas a trasladar a pasajeros y equipajes desde el Puerto de Veracruz a la Ciudad de México.  
Monumento de Catalina de Erauso en Orizaba, Ver.

En sus memorias asegura que nació en San Sebastián en 1585, pero su partida de bautismo de la Parroquia donostiarra de San Vicente indica el 10 de febrero de 1592.  

En 1629 el dramaturgo Juan Pérez de Montalbán compuso y representó en la corte "La monja Alférez".

En 1944 se estrenó la película "La Monja Alférez" protagonizada por María Félix "la doña", basada en la extraordinaria vida de Catalina de Erauso "La monja alférez" quien fue uno de los personajes más controvertidos del Siglo de Oro español; dirigida por Emilio Gómez Muriel; producida por Francisco A. de Icaza.





Carlos VIII de Francia (1470-1498)

Carlos de Valois conocido como Carlos VIII de Francia "el Afable" o "el Cabezudo" nace en Amboise, 30 de junio de 1470 y muere al golpearse en la cabeza con el dintel de una puerta en el Castillo de Amboise (su capilla de Saint Hubert guarda el cuerpo de Leonardo da VInci) el 7 de abril de 1498; rey de Francia (1483-1498).

Hijo del rey Luis XI y de Carlota de Saboya.  

Se dice que tenía seis dedos en cada pie.  

Fue el primer y único hijo del rey Luis XI en pasar la edad de un año.  Era de constitución frágil y su padre, ansioso por asegurar una sucesión, estaba más preocupado por su salud que por su educación.  Le prohibió el estudio del latín, que él mismo había aprendido.  

El 29 de agosto de 1475 el Tratado de Picquigny, que ponía fin a la Guerra de los Cien Años, iba acompañado de una promesa de matrimonio entre Carlos de Valois e Isabel de York, hija de Eduardo IV de Inglaterra.  Matrimonio que no llegue a concretarse.  

En 1476 cuando Carlos tenía 6 años, eligió como tutor al humanista Guillaume Tardif.  Hizo redactar un tratado histórico, político y ético para la educación del delfín Carlos, el Rosier des guerres.  

Afortunadamente para el delfín Carlos, el rey Luis XI también tomó a su servicio al mejor médico de la época, Jean Martin, gracias al cual, sin duda, Carlos conservó una buena salud.

En 1477 después de la muerte del duque de Borgoña, Carlos el Temerario, el rey Luis XI tenía la intención de tomar bajo su tutela a la hija y heredera, María de Borgoña, y desposarla con Carlos de Valois para reunir los Estados de Borgoña con Francia.  María de Borgoña ya era soberana, capaz de reinar sobre sus Estados, y también tenía 13 años más que Carlos de Valois y eligió casarse con el archiduque Maximiliano de Austria. 

El 27 de marzo de 1482 en Brujas, Flandes, Sacro Imperio Romano Germánico, falleció accidentalmente por una caída de caballo estando embarazada.  Fue enterrada en la Iglesia de Nuestra Señora en Brujas.  Dejando dos niños pequeños Felipe y Margarita de Austria.  Su viudo Maximiliano de Austria, que era solo su tutor y no el heredero del ducado de Borgoña, prefirió firmar el Tratado de Arras, que sellaba la paz, y ofreció a Margarita de Borgoña de 3 años, hija de Maximiliano y de María, en compromiso con Carlos de Valois. 

El Tratado de Arras era una violación del Tratado de Picquigny que estipulaba el matrimonio de Carlos con Isabel de York, lo que condujo a una nueva batalla anglo-francesa, durante la cual la armada francesa derrotó a los corsarios ingleses. Margarita de Borgoña vivió en la corte de Francia con su novio, que la amaba mucho,​ pero a pesar de ello, por presiones política, Carlos finalmente no se casó con ella.

Su padre Luis XI que había enfermado gravemente y sabiendo que iba a morir, le aconsejó retener a la mayoría del personal real para facilitar la transición (algo que él mismo no había hecho), incluido a su secretario principal Pierre I Brûlart y le pidió que aceptase la tutela de su hermana, Ana de Beaujeu. 

No había tenido mejoría debido a los numerosos tratamientos a los que fue sometido por los médicos de la corte, y al oír de la gran santidad y capacidad milagrosa de San Francisco de Paula, le pidió al santo que lo visitara.  Este se negó, ya que no le gustaba alejarse de su tierra, el rey Luis XI le ruega al Papa Sixto IV que interceda, sabiendo que San Francisco no podría desobedecerle al supremo pontífice. San Francisco de Paula acude a la orden de su superior, pero su visita no trajo consigo la salud física del soberano, sino la espiritual.  El rey Luis le pide antes de morir que guiara también los pasos de su hijo Carlos de Valois, heredero al trono.

San Francisco de Paula logró convertir a Luis XI antes de su muerte, este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo el príncipe Carlos (futuro Carlos VIII rey de Francia).  

El 30 de agosto de 1483 en Plessis-les-Tours, Francia, falleció su padre, el rey Luis XI.  Fue enterrado Basílica de Notre-Dame de Cléry, Cléry-Saint-André, cerca de Orléans.




En 1483 y con 13 años, ascendió al trono de Francia.  La regencia fue administrada por su hermana mayor Anne de Beaujeau (Ana de Francia) de 23 años, casada con Pedro de Borbón, señor de Beaujeu.  Esa supervisión fue impugnada durante un tiempo por la Casa de Orleans.  Entre enero y marzo de 1484 la reunión de los Estados Generales de Tours, permitió el fortalecimiento del poder de Ana y Pedro de Beaujeu.  

El 30 de mayo de 1484 en la Catedral de Nuestra Señora de Reims, se celebró la coronación del rey Carlos VIII de Francia.


El 1 de diciembre de 1483 en Amboise, Reino de Francia, falleció su madre Carlota de Saboya.  Fue enterrada en la Basílica de Notre-Dame de Cléry.


En 1490 compró el Castillo de Clos-Lucé que Etiènne le Loup que Etiènne le Loup levantó en 1450.  Transformó la fortaleza medieval en un castillo de placer y construyó un oratorio para su esposa, Ana de Bretaña. 


El 19 de diciembre de 1490 en Rennes, la duquesa Ana de Bretaña, se había casado por poderes con Maximiliano I de Habsburgo, lo cual le confirió el título de reina de romanos.  Este matrimonio tuvo serias consecuencias. Francia, ya que Carlos VIII estaba comprometido con Margarita de Borgoña, hija de Maximiliano y de María de Borgoña, pero los regentes rompieron el compromiso y lo prometieron a Ana de Bretaña heredera del ducado.  

Como Maximiliano I de Habsburgo falló en asistir a su prometida Ana de Bretaña, Rennes cayó en poder francés y tras largas negociaciones, los regentes comprometieron a Ana finalmente con Carlos VIII el 15 de noviembre de 1491 en la Capilla de los Jacobinos de Rennes.  La duquesa  Ana de Bretaña salió, escoltada por su propio ejército para dar a entender que consentía libremente en el enlace, lo que fue importante para la legitimidad del matrimonio, el Papa Alejandro VI rechazó la fuerza, y para la anexión de Bretaña, en dirección al Castillo de Langeais.  El matrimonio de Ana de Bretaña con Maximiliano I de Habsburgo se anuló puesto que no había sido consumado. Se debió anular el compromiso con Margarita de Bretaña, que llevaba diez años viviendo en Francia bajo la tutela de Luis XI, fue devuelta a su padre.

El 6 de diciembre de 1491 en el Castillo de Langeais contrajo matrimonio con Ana de Bretaña; con quien tiene cuatro hijos que murieron en la infancia (Carlos Orlando, Carlos, Francisco y Ana de Valois).  Carlos VIII le prohibió a su esposa Ana, utilizar el título de duquesa de Bretaña.  


El 8 de febrero de 1492 Ana de Bretaña fue coronada reina de Francia y consagrada en Saint-Denis.  Su esposo Varlos VIII le prohibió utilizar el título de duquesa de Bretaña y la reina residiría en el Castillo de Clos Lucé.  Ana llevaba dos camas cuando fue a casarse, y el rey y la reina a menudo vivían separados.  La prohibición de Carlos del uso del título de duquesa de Bretaña, se convirtió en la manzana de la discordia entre ambos. 

Cuando Carlos VIII luchó en las guerras de Italia, la regencia la ejerció de nuevo su hermana, Ana de Beaujeu.  

Carlos VIII de Francia trató de dominar los estados italianos y Fernando el Católico de España trato de impedírselo.  

El 19 de enero de 1493 los reyes Fernando el Católico y Carlos VIII de Francia firman el Tratado de Barcelona o de Narbona por el cual Francia devuelve los condados de Rosellón y Cerdaña a España.  El acuerdo quedó roto dos años después por desavenencias.  

En Florencia fue recibido como un libertador por el agitador dominico Savonarola, el rey aprovechó la oportunidad para expulsar a Piero de Medici, que no contaba la habilidad política de su padre, Lorenzo, muerto dos años antes.  

En 1494 Carlos VIII de Francia cruza los Alpes con su ejército, se le une Ludovico, el moro de Milán.   

El 31 de diciembre de 1494 Roma abrió sus puertas y Carlos se instaló en el Palazzo Venezia, mientras el Papa Alejandro VI (que sin éxito había solicitado la ayuda del sultán Bayezit) se refugió por poco tiempo en el Castel Sant’Angelo; quince días después el Carlos y el Papa se encontraron por primera vez y el famoso encanto de Alejandro hizo el resto.  

El 17 de enero de 1495 celebró misa frente a 20,000 soldados del ejército francés en la gran plaza de enfrente de San Pedro, con el mismo Carlos asistiéndolo.  

El 22 de febrero de 1495 Carlos VIII de Francia invade Nápoles, para reclamar el trono.  El rey Alfonso abdicó de inmediato e ingresó en un convento.  

El 12 de mayo de 1495 fue coronado por segunda vez.  

Carlos abandonó su nuevo reino para siempre y se dirigió junto con 20,000 mulas cargadas con el botín saqueado en Nápoles, de regreso al norte.   

Dicen que el queso parmesano se convirtió en la moda para Francia después de Carlos VIII regresó de su expedición a Nápoles.  


El 20 de abril de 1496 el rey Carlos VIII de Francia prohíbe el comercio veneciano en su país porque la República de Venecia el 4 de noviembre de 1495 rechazó su oferta de paz por separado, estrechando aún más la amistad con Nápoles.

El 7 de abril de 1498 la reina Ana de Bretaña se recuperaba en el Castillo de Amboise de su último parto del 20 de marzo, donde había tenido otro niño que nació muerto. ​ Para distraerla, Carlos VIII la llevó a ver un jeu de paume (antecedente de un partido de tenis) en el foso del castillo.  Acelerando el paso, el rey Carlos VIII se golpeó violentamente la cabeza contra el dintel de piedra de una puerta baja. Se tambaleó pero no perdió el conocimiento, yendo a acomodarse para el espectáculo del juego que observó largo tiempo.  Alrededor de las dos de la tarde, se derrumbó en el suelo.  No podía hablar.  Se tumbó en un colchón esperando a los médicos, permaneció allí durante nueve horas hasta su muerte.

A los 27 años falleció sin descendencia, pasando el reino y su viuda y a su primo Luis de Orleans (futuro rey Luis XII de Francia).   

Las reinas se vestían de blanco en el luto, hasta que Ana de Bretaña, en el funeral de Carlos VIII de Francia, usó vestido negro porque simbolizaba mejor la constancia en el amor, así empezó a usarse el negro para el luto.

Fue enterrado en la Iglesia de la Abadía Real de Saint-Denis.  Su corazón se depositó en la Colegiata de Notre-Dame de Clery.

La reina Ana de Bretaña supervisó el diseño de la tumba de Carlos VIII y luego las obras.  La ejecución fue confiada a Guido Mazzoni, que Carlos VIII había traído de sus conquistas italianas y que había entrado al servicio de Luis XII.  Su tumba superó a todas las demás en Saint-Denis por sus dimensiones y su suntuosa ornamentación.  El monumento medía 8½ pies de largo y 4½ pies de ancho.  Dominaba a las estatuas yacentes medievales frente a las cuales se colocaba. La estatua monumental en bronce dorado representaba al rey orante. Iba recubierto con el vestido azul con flores de lis doradas realizadas en esmalte.

Dibujo de la tumba del rey Carlos VIII de Francia por François Roger de Gaignières.  En 1792 se retiran los 4 ángeles y la efigie que estaban en bronce y luego se funden.  En 1793 el resto de su tumba desapareció.


En 1873 durante las obras de la Colegiata de Notre-Dame de Clery, el corazón de Carlos VIII se encontró en una pequeña bóveda.  En 1892 se colocó una losa en su sitio.










lunes, 29 de junio de 2020

Antoine Saint-Exupéry (1900-1944)

Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupéry conocido como Antoine Saint-Exupéry Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupéry conocido como Antoine Saint-Exupéry nace en Lyon, Francia el 29 de junio de 1900 y desaparece en el avión en el Mar Mediterráneo, cerca de la costa de Marsella el 31 de julio de 1944; periodista, aventurero, escritor y aviador francés; autor de "Correo Sur", "Vuelo de Noche" (con prólogo de André Gide), "El principito" (publicado el 6 de abril de 1943).


Hijo del conde Jean de Saint-Exupéry y de Marie de Fonscolombe.  Fue el tercero de cinco hermanos.  Miembro de una familia aristocrática.  

Cuando tenía cuatro años, su padre falleció.  

Al poco, la viuda y los niños fueron acogidos por una tía, la condesa de Tricaud, en el castillo familiar de Saint-Maurice, a pocos kilómetros de Lyon, enclavado en el paisaje campestre de la región del Ródano-Alpes.  

A los 9 años, junto a su hermano François y su hermana Gabrielle fueron llevados a un internado en Le Mans.  

Cuando su hermano François tenía 15 años, falleció de fiebre reumática.  Antoine le acompañó en su lecho de muerte; su impresión de este suceso fue plasmada en el final de "El Principito".

Se instaló en París para estudiar, pero fue un asiduo de la bohemia.   

Fracasó en el examen de ingreso para la Universidad y decidió matricularse en Arquitectura en la Escuela de Bellas Artes.

Yvonne Lestrange (prima lejana de su madre) lo acogió en su casa y lo ayudó en su vocación literaria.  

En abril de 1921 se incorpora al Segundo Regimiento de Aviación de Estrasburgo, donde hizo su servicio militar.  

Para conseguir la costosa Licencia Civil de Aviación, pidió a su madre 2 mil francos para poder tomar las clases necesarias.  Su madre solicitó un préstamo.  

A los 21 años consiguió la Licencia Civil de Aviación.  

Fue destinado a Casa Blanca.  

Regresó a París.  

Entre 1922 y 1926 trabajó en diversos oficios, como inspector de una fábrica de ladrillos o representante de los camiones Saurer.

Se enamoró de Louise de Vilmorin, quién le exigió dejar la aviación.  Se comprometieron para casarse a finales de 1923.   

Louise de Vilmorin terminó la relación porque le pareció poca cosa el jóven piloto.  

Consiguió un trabajo en la Compañía Latécoère en Toulouse.  

En 1926 comenzó su etapa como piloto comercial trabajando para Aeropostale y volando regularmente entre Toulouse y Rabat, Toulouse y Dakar o Dakar y Casablanca.

En varias ocasiones, negoció con fuerzas marroquíes que habían tomado a aviadores caídos como prisioneros.  Gracias a esta labor, el gobierno francés le condecoró con la Medalla de la Legión de Honor.

El 15 de diciembre de 1926 realizó su primer vuelo en solitario en un avión para transportar el correo entre Toulouse y Perpiñán.  

En 1926 publicó su primer título literario “El Aviador (L’Aviateur)”, un relato aparecido en la revista “Navire D’Argent”, publicación en la que trabaja su buen amigo Jean Prévost.

A finales de 1928 fue director del campo de aviación de Cabo Juby, en Río de Oro.

En 1929 publicó su primera novela titulada Correo Del Sur”, ensalza la profesionalidad y camaradería de los pilotos de línea postal.

Se trasladó a Buenos Aires, Argentina, donde fue nombrado director de la Aeroposta Argentina.  Su trabajo era encontrar nuevas rutas aéreas a través de América del Sur y negociar tratados comerciales. 

En abril de 1931 se casó con la escritora y artista salvadoreña Consuelo Suncín-Sandoval Zeceña conocida como Consuelo Carrillo.  Tuvieron una relación tormentosa, separándose y reuniéndose a través de los años.  Consuelo es considerada su musa.

En 1931 publicó la novela “Vuelo Nocturno”, prologada por André Gide, con la que obtuvo un enorme éxito comercial y crítico logrando el Premio Fémina.

Fue piloto de pruebas para Latécoère.  

Intentó conseguir el récord de velocidad volando entre París y Saigón (hoy Ho Chi Minh, Vietnam), pero sufrió un accidente.  El 30 de diciembre de 1935 su avión cayó en el Desierto del Sahara.  Antoine y el mecánico aviador André Prévot sobrevivieron milagrosamente a la colisión.  Sus suministros les duraron sólo un par de días; de quedaron sin agua; debido al intenso calor del desierto, sufrieron alucinaciones; estuvieron al borde de la muerte.  Fueron rescatados por un beduino al cuarto día de su accidente.

El accidente hizo que  escribiera el libro biográfico "Tierra de Hombres" (1939), con el que ganó varios premios.  Fue traducido al español y al inglés.  Antoine modificó la versión para EEUU fue modificada, quien consideró que algunas parte del libro original eran "inapropiadas" para los lectores estadounidenses.  Este episodio del desierto aparecería como punto de partida de "El Principito".

Se empleó en el servicio de propaganda de Air France.  

Desde Moscú firmó artículos para el Paris Soir.  

Cubrió el conflicto de la Guerra Civil Española para el Intransigeant.

En 1938 en Guatemala sufrió un accidente cuando pretendía viajar desde Nueva York a Tierra de Fuego, estuvo postrado en cama durante un tiempo.

En este período de convalecencia escribió “Tierra De Hombres” (1939).  Por esta novela recibió el Gran Premio de la Academia Francesa y el National Book Award estadounidense.

A causa de su accidente le recomendaron que no podía participar en el conflicto de la II Guerra Mundial, tras mucho insistir, consiguió formar parte del ejército activo en la lucha contra los nazis.

Cuando Alemania ocupó Francia, Antoine se marchó a los EEUU para intentar encontrar ayuda contra esta invasión.

En América escribió “Piloto De Guerra” (1942) y “Carta A Un Rehén” (1943).

En EEUU, Antoine Saint-Exupéry escribió "El Principito", quien se lo entregó a su amiga Silvia Hamilton

El 6 de abril de 1943 la editorial Reynal & Hitchcock en Nueva York, publicó "El Principito", el que se convertiría en uno de los libros más vendidos y traducidos de todos los tiempos.  El libro fue ilustrado por el propio Antoine de Saint-Exupéry.  Se cuenta que la rosa de El Principito es un homenaje de Saint-Exupéry a su esposa Consuelo Carrillo.

Volvió a la Fuerza Aérea de Francia para volar con los aliados. En 1943 intentó reingresar a labores de combate, a pesar de que había pasado el límite de edad por 8 años.

Dwight Eisenhower le concedió un permiso especial, sin embargo, las lesiones ocasionadas por sus choques anteriores evitaron que pudiera desempeñar esas tareas, al grado de no poderse poner por sí mismo su traje de vuelo.

El Régimen de Vichy lo nombró como uno de sus miembros.  El anuncio sorprendió al escritor, quien desconocía el interés del gobierno.  A raíz de la declaración, el general Charles de Gaulle (futuro presidente de Francia) acusó a Antoine de simpatizar con los alemanes.  Esto deterioró su moral y se refugió en la bebida.

En 1944 le autorizaron a realizar cinco misiones de reconocimiento.  

El 31 de julio de 1944 a bordo de su avión P-38 salio en un vuelo de reconocimiento desde Córcega, el avión desapareció en el Mar Mediterráneo, cerca de la costa de Marsella, hasta el día de hoy no se han podido establecer las causas de su desaparición.  

Varios días después, un cuerpo con un traje de la Fuerza Aérea de Francia fue hallado al sur de Marsella.  Se creyó que era de Antoine.   En septiembre de 1944 se enterró. 

En 1946 su viuda Consuelo de Saint-Exupéry escribe un manuscrito en francés titulado "Mémoires de la rose", el cual fue hallado por casualidad varios años después de su muerte en 1979 y publicado hasta 2000.  Consuelo cuenta que Antoine de Saint-Exupery era un hombre egoísta, infantil, cruel, que tenía numerosas amantes y que la relación entre ambos era tormentosa.

Póstumamente aparecieron libros como “La Ciudadela” (1948), cuadernos de notas, o “Carta A Su Madre” (1955).

En 1963 Paul Webster publicó "Antoine de Saint-Exupéry:  la vida y la muerte de El Principito".

En 1975 un asteroide descubierto, fue nombrado 2578 Saint-Exupéry, en honor al autor de "El Principito".

Desde 1977 un muelle de París, lleva su nombre (antes Quai du Point du Jour).  

En 1988 al sur de Marsella, un pescador encontró su pulsera de identificación, supuestamente el 6 de abril de 2004 son localizados los restos de su avión.  

En 1993 un asteroide descubierto fue nombrado 46610 Bésixdouze.  Traducido al español, sería B-seis-doce, en honor al asteroide B-612, donde vivía el Principito.

En septiembre de 1998 un pescador francés halló un brazalete de plata con los nombre de Saint-Exupéry y su esposa Consuelo, lo que reavivó el interés sobre su misterioso accidente. 

La Fundación B612 (cuyo nombre es una referencia al libro) se encarga de rastrear asteroides que puedan significar una amenaza a la Tierra.

En mayo de 2000 un buzo encontró restos esparcidos por la costa de Marsella, de un P-38 Lightning, como los del avión que usó Antoine el día que desapareció. 

El 29 de junio de 2000 en Lyon, Francia, se inauguró una escultura de la lionesa Christiane Guillaubey, con motivo del centenario del nacimiento del célebre escritor y aviador Antoine de Saint-Exupéry, quien está sentado y le cuelgan las piernas en el pedestal de mármol blanco que lo alza.  

En 2001 el investigador japonés Yoshitsugu Kunugiyama sugirió que la ilustración de la portada original de "El Principito" fue elaborada por Antoine con una configuración astronómica deliberada, trazó en un triángulo isósceles a los planetas Saturno y Júpiter, y la estrella Aldebarán.  Esa formación estelar ocurrió a inicios de los años 1940 y se repitió en el año 2000.  Kunugiyama cree que Saint-Exupéry dibujó esa disposición adrede para conmemorar el centenario de su nacimiento, ya que el piloto francés era un experto en navegación y en matemáticas.

Hasta 2003 sus restos pudieron ser recuperados, y tras un análisis, autentificados como la nave de Saint-Exupéry.   Sobre el cuerpo hallado en 1944, se mantiene la teoría de que pudo haber sido arrastrado por el mar hasta el punto donde se encontró, aunque esta hipótesis no ha podido ser confirmada.

En 2003 la luna de un asteroide recibió el nombre de Petit-Prince, en honor al libro de Antoine Saint-Exupéry.

El gobierno de Francia acuñó una moneda conmemorativa, de un lado aparecía el rostro de Antoine Saint-Exupéry y del otro, la imagen del Principito mirando hacia las estrellas.  

Su rostro también apareció en los billetes de 50 francos.

La Monnaie de París acuñó moneda sde plata de 10 euros, con la imágenes del Principito.  


En 2020 coincidiendo con el 120 aniversario del nacimiento del autor de El Principito, el Museo L’Envol des Pionniers de Toulouse ha inaugurado la muestra "Un Principito entre los hombres".

La exposición se ha realizado en francés, inglés y español y repasa los momentos claves de la vida de Antoine Saint Exupéry a través de objetos personales, imágenes, manuscritos, testimonios, montajes audiovisuales, esculturas de Arnaud Nazare-Aga inspiradas en los dibujos de "El Principito", libros y hasta una réplica a tamaño real del primer avión de la Aéropostale, el Salmson 2A2, en el que voló Saint Exupéry.

Ana de Mendoza (1540-1592)

Ana de Mendoza de la Cerda y de Silva Cifuentes conocida como Ana de Mendoza nace en Cifuentes, Guadalajara, España el 29 de junio de 1540 y muere en Pastrana, España el 2 de febrero de 1592; aristócrata española; II duquesa de Francavilla; II princesa de Mélito; II condesa de Aliano; II marquesa de Algecilla; marquesa de Diano; princesa de Éboli; duquesa de Estremera; duquesa de Pastrana; conocida entre sus enemigos como "La Hembra".

Hija única de Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda (nieto del cardenal Mendoza) y de María Catalina de Silva y Toledo.  

Fue bautizada el mismo día de su nacimiento. en la villa alcarreña de Cifuentes 

Pasó la infancia y adolescencia con su tía paterna María de Mendoza.  

En su infancia pierde el ojo derecho, por la punta de un florete manejado por un paje, aunque otros dicen que no era tuerta sino estrábica.  Desde entonces lució con orgullo y elegancia un parche sobre su ojo.

En 1552 y con doce años de edad, contrajo matrimonio con Ruy Gómez de Silva, por recomendación del príncipe Felipe (futuro rey Felipe II).  Su matrimonio tardó en consumarse.

Ana aportó al matrimonio el título de Condes de Mélito, cedido por su padre. 

Ruy intentó colocar en puestos relevantes de la corte española a su suegro, aunque su actuación en los puestos que desempeñó provocó grandes rechazos. 

En 1559 Ruy volvió al lado de su esposa Ana.  Tuvieron diez hijos (Diego, Ana, Rodrigo, Pedro, Diego, Ruy, Fernando, María, María y Ana de Silva y de Mendoza).   

Fue dama de honor de la princesa Juana de Austria y luego de Isabel de Valois (tercera esposa de Felipe II).  


Tenían tan buena relación Ana e Isabel de Valois, que la madre de esta, Catalina de Médicis le regala ó la princesa de Éboli una bella sortija por la dedicación que esta le procesaba a su hija.  

En 1560 nació su hija Ana Mendoza de Silva, duquesa de Medina-Sidonia.

En 1561 el rey Felipe II decidió trasladar la corte de Toledo a Madrid, junto a el se mudaron sus consejeros los príncipes de Éboli a una casa junto al Alcázar, un lugar ansiado por todos los nobles por su cercanía a la residencia real.  A causa de las intrigas políticas, los príncipes de Éboli perdieron su posición en la corte y su estrecha relación con los reyes. 

En 1562 nació su hijo primogénito Ruy II Gómez de Silva y Hurtado de Mendoza, II duque de Pastrana y soldado en Portugal y Flandes.

El rey Felipe II en agradecimiento a su fidelidad les otorgó el título de príncipes de Éboli y duques de Pastrana.  Esto no agradó mucho a las otras familia nobles, que veían con malos ojos que los privilegios y favores del rey Felipe II fueran a recaer en un individuo sin sangre noble como era "El Portugués".  Estos inconformes propiciaron los rumores de una posible relación amorosa entre Felipe II y la Princesa de Eboli e incluso de que el primogénito del matrimonio era hijo del rey.  

En 1564 nació su hijo Diego de Silva, III duque de Francavilla y I marqués de Alenquerquien fue muerto por los turcos en la batalla de Lepanto en 1571.
En 1565 nació su hijo Ruy Gómez de Silva y Hurtado de Mendoza, I marqués de la Eliseda.

En 1566 los príncipes de Éboli se rinden y abandonan la corte rumbo a Pastrana en donde nacieron sus dos últimos hijos (Fernando y Ana).  

En 1569 recibió de su padre, el dominio sobre Pastrana.    
Princesa de Eboli por Sofonista Anguissola.

En 1570 nació su hijo Fernando de Silva y Mendoza, quien se convertiría en religioso franciscano  con el nombre de fray Pedro González de Mendoza.  Fue arzobispo de Granada y de Zaragoza y obispo de Sigüenza.

Tuvo a sus hijas gemelas María Gómez de Silva y Hurtado de Mendoza y María Gómez de Silva y Hurtado de Mendoza, muertas de niñas.

En 1573 nació su última hija Ana Gómez de Silva y Hurtado de Mendoza, quien  la acompañaría en sus años de encierro.

Solicitó junto con su marido dos conventos de carmelitas en Pastrana, lo que provocó numerosos conflictos con monjas, frailes, y sobre todo con santa Teresa de Jesús, fundadora de las carmelitas descalzas.  

En 1573 falleció su esposo Ruiz Gómez de Silva.  


Cuando enviudó, quiso hacerse monja bajo el nombre de "Ana de la Madre de Dios" y que todas sus criadas también lo fueran, le fue concedido a regañadientes por Teresa de Jesús y se la ubicó en una celda austera, de la que se cansó y se fue a una casa en el huerto del convento con sus criadas, con armarios llenos de vestidos y joyas, además de tener comunicación directa con la calle y poder salir a voluntad.  Las quejas de las monjas y del municipio de Pastrana llegaron hasta el rey Felipe II, quien ordenó a la princesa de Eboli volver con su familia.  Por mandato de Teresa de Jesús, todas las monjas se fueron del convento y abandonaron Pastrana, dejándola sola con sus criadas, lo que la hizo regresar de nuevo a su palacio de Madrid, no sin antes publicar una biografía tergiversada de Teresa de Jesús, lo que produjo el alzamiento de escándalo de la Inquisición, que prohibió la obra durante diez años. 

Tras salir del convento, desahogó su dolor dilapidando la fortuna que su marido le había dejado a cargo suyo en maravillosos regalos para sus hijos, aunque eso significase tener que vender propiedades.  Tal era el malgasto que estaba llevando que su propio padre le escribió al rey Felipe II rogándole que le permitiese volver a su hija a la corte, sin conseguirlo.   

En 1576 falleció su madre María Catalina de Silva y Toledo.

Su padre, se volvió a casar con una joven que muy pronto quedó embarazada.  Si llegaba a nacer un niño, Ana perdería todos los títulos y privilegios por parte de la rama paterna.  

Ana junto a sus hijos, volvió a Madrid en contra de los deseos del rey Felipe II.  
Princesa de Eboli por Javier Cámara. 

Inició una extraña relación con el entonces secretario de estado, Antonio Pérez, que propició que Ana fuera la mujer mejor informada de los secretos de estado de todo el reino.  

Intrigó para evitar que el rey consiguiera el trono de Portugal utilizando los secretos que Antonio le había proporcionado.  

Se decía que era amante del rey Felipe II, que llegó a ser más que amiga de Antonio Pérez, secretario del rey; estas relaciones fueron descubiertas por Juan de Escobedo, secretario de Juan de Austria (medio hermano de Felipe II).  Se dice que Ana y Antonio Pérez fueron sorprendidos en situaciones comprometidas.  

Hasta uno de sus hijos abandonó en una ocasión la casa de su madre escandalizado por su comportamiento, aunque también pudo ser por un interés personal.  

El 19 de marzo de 1578 en Madrid, falleció su padre Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda.  Ana conservó su herencia.

En 1578 A la muerte del rey Sebastián de Portugal, la princesa de Eboli volvió a colaborar con Antonio Pérez con el fin de apoyar la candidatura de la duquesa de Braganza al trono portugués, oponiéndose así a las pretensiones dinásticas de Felipe II en este mismo sentido.

El 31 de marzo de 1578 Juan de Escobedo fue encontrado muerto de varias estocadas tras varios intentos de asesinato por envenenamiento. Se dice que seis sicarios asesinaron a Juan Escobedo, secretario de don Juan de Austria, por orden del traidor Antonio Pérez en la calle de la Almudena de Madrid.  Juan de Escobedo venía de la casa de Ana de Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli.  


Felipe II pudo estar despechado por la nueva amistad de la princesa de Éboli con Antonio Pérez, y habría querido vengarse.  

Fue privada de la tutela de sus hijos y de la administración de sus bienes.  El 29 de julio de 1579 el rey Felipe II la manda arrestar por conspiración.  

En 1579 el rey Felipe II la encerró primero en el Torreón de Pinto, luego en la Fortaleza de Santorcaz.  

Fue privada de la tutela de sus hijos y de la administración de sus bienes.  

Ana y Antonio fueron privados de libertad obligados a permanecer arrestados en su casa.  

El 29 de julio de 1579 el rey Felipe II la mandó arrestar por conspiración.  

En 1581 el rey Felipe II de España y Portugal permite que Ana vuelva a su Palacio Ducal de Pastrana, se le estaba permitido moverse por toda la casa e incluso acudir a la capilla que había dentro del palacio, donde estaría diez años en lo que ella llamaba "una cárcel oscura".  

El rey Felipe II se empeñó en mantener recluida a la princesa de Éboli hasta su muerte.  

Fue enterrada junto a su esposo, en la Sacra Capilla del Salvador, que mando construir Francisco de los Cobos, secretario de Carlos V, y que es el mayor mausoleo civil de España.