Catalina Ulfsdotter conocida como Santa Catalina de Suecia nace en 1331 y muere en Vadstena, Sverige el 24 de marzo de 1381; religiosa católica sueca; monja brigidina; patrona de las vírgenes; protectora de la virginidad de las jóvenes; se pide su intercesión contra el pecado del aborto; escribe "Consolación del Alma" (Sielinna Troëst); en 1484 es canonizada por el Papa Inocencio VIII; su festividad se celebra el 24 de marzo.
Cuarta hija de Ulf Gudmarsson y de santa Brígida (Patrona de Europa).
A los 7 años fue encargada a la abadesa del Convento de Risberg para que continúe recibiendo la educación católica impartida por sus padres. Dedicó muchas horas del día a la meditación de la pasión y muerte de Cristo.
Solía visitar a pobres y enfermos en los hospitales, realizaba trabajos domésticos y rezaba en los lugares de culto.
A la edad de 13 años, su padre decidió prometerla en matrimonio con Eggart von Kürnen.
Es casada contra su voluntad, con el noble alemán Eggart von Kürnen, con consentimiento de su cónyuge conservó la virginidad. Catalina logró persuadir a su esposo (un hombre de fe profunda) de hacer juntos un voto de castidad, el que cumplirían celosamente.
En 1349 después del fallecimiento de su padre, Catalina llegó a un acuerdo con su marido y partió junto a su madre Santa Brígida hacia una peregrinación para venerar las tumbas de San Pedro y San Pablo en Roma.
Al regresar a Suecia, recibió la noticia de que su esposo había muerto.
Después de enviudar, se entregó a la vida piadosa. Rechazó cualquier oferta de matrimonio.
Catalina no quiso volver a casarse y fue a vivir con su madre, en el monasterio que ella había fundado. Allí empezaría una nueva vida, imitando fervorosamente a Brígida en su vida ascética y su pertenencia a Dios.
En 1372 junto con su hermano Birger, acompañaron a su madre Santa Brígida a una peregrinación a la Tierra Santa; después de su regreso a Roma, acompaña a su madre en la última enfermedad y muerte de ella.
El 23 de julio de 1373 en Roma, falleció su madre, santa Brigida.
Trasladó los restos de su madre a Suecia y los depositó en el monasterio de Vástena, donde ella misma tomó el hábito monástico.
Catalina vivió y dirigió el convento que fundó su madre hasta 1375, tiempo en el que regresó a Roma para promover su canonización.
En 1378 logró la ratificación en la aprobación de las reglas de la orden brigidina.
Tras cinco años regresó a Suecia y el obispado le entregó formalmente la dirección de la nueva orden religiosa.
Fue enterrada en la Abadía de Vadstena.
Es representada con una cierva a su lado, la cual se ha dicho vino a su ayuda cuando jóvenes sin castidad buscaban cortejarla.
En 1484 el Papa Inocencio VIII concedió la autorización para su veneración.
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