jueves, 31 de octubre de 2019

Alonso Núñez de Haro y Peralta (1729-1800)

Alonso Núñez de Haro y Peralta nace en Villagarcía del Llano el 31 de octubre o 1 de noviembre de 1729 y muere en Ciudad de México el 26 de mayo de 1800; religioso español; Arzobispo de México (12 de septiembre de 1772 hasta su muerte); Virrey de la Nueva España  (8 de mayo-16 de agosto de 1787).

Estudió en la Universidad de Toledo.  Estudió latín, griego, francés, hebreo e italiano.  Hizo el doctorado en la Universidad de Bolonia, donde ejerció como catedrático de Sagrada Escritura.  

En 1771 es nombrado arzobispo de México.  

En 1774 promueve la formación de la Congregación de la Caridad.  

Como arzobispo fundó el Seminario de Tepotzotlán, el Asilo de Niños Expósitos y el Convento de las Capuchinas.  

Convirtió el Colegio de Tepotzotlán en el Seminario de Instrucción, Retiro Voluntario y Corrección, una especie de cárcel para eclesiásticos.  

En 1779 fundó el Hospital General de San Andrés (hoy Museo de Nacional de Arte), último construido en la Colonia.  

En 1787 el arzobispo de México Alonso Núñez de Haro y Peralta es nombrado virrey temporal por decreto real.   

El 8 de mayo de 1787 se convierte en el 50º Virrey  de la Nueva España, hasta la llegada del nuevo virrey.  

Se preocupó por la situación de muchos indios que, engañados por los patrones, vivían en un estado de esclavitud disimulada, para liberarlos, reorganizó el Juzgado General de Indios a fin de hacer más expedita la justicia y evitar la esclavitud simulada que padecían los indígenas.  Además, para compensar a quienes perdieron a sus trabajadores indígenas, ordenó la compra de esclavos negros en Cuba y Venezuela, utilizando fondos de la real hacienda para adquirirlos de los traficantes ingleses.  

Estableció un jardín botánico con especímenes de todas las provincias nombrando al naturalista Martín Sessé y Lancasta como director.  

En su localidad natal promovió la obra de la nueva iglesia, a estilo de la catedral de México en miniatura.  

En 1792 el rey Carlos IV de España lo condecoró con él la gran cruz de la Orden de Carlos III.   

En 1797 envió una circular a los párrocos pidiendo instruir a sus feligreses en los adelantos de la agricultura y las artes.  

Hasta su muerte siguió recibiendo el tratamiento y honores de virrey de Nueva España.


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