Sofía Albertina de Suecia nace en Estocolmo, Suecia el 8 de octubre de 1753 y muere en Estocolmo, Suecia el 17 de marzo de 1829; princesa de Suecia y de Holstein-Gottorp; princesa abadesa de Quedlinburg; pintora y coleccionista de arte.
Hija del rey Adolfo Federico de Suecia y de Luisa Ulrica de Prusia. Hermana de Carlos XIII, Gustavo III de Suecia y Federico Adolfo de Suecia.
Tenía los nombres de sus abuelas Sofía Dorotea de Prusia (hija del rey Jorge I de Gran Bretaña) y Albertina Federica de Baden-Durlach.
Cuando tenía 14 años Sofia Albertina, su tío, el rey Federico II de Prusia la nombró como coadjutora de la Abadía de Quedlinburg.
El 12 de febrero de 1771 en Estocolmo, Reino de Suecia, falleció su padre Adolfo Federico de Suecia, a causa de problemas digestivos después de haber terminado una opípara cena en la que repitió 14 veces el postre.
En 1777 su madre Luisa Ulrica de Prusia, fue obligada a abandonar Drottningholm con todo su acervo artístico, que pasó entonces a resguardo del Estado. Se le prohibió presentarse en la corte, y tuvo que vivir en una especie de exilio, en los castillos de Fredrikshov o de Svartsjö.
El 16 de julio de 1782 en el Castillo de Svartsjö en Ekerö, Reino de Suecia, falleció su madre, Luisa Ulrica de Prusia.
Desde de 1787 ocupó el cargo de abadesa de Quedlinburg; durante su cargo, permaneció el mayor tiempo en Suecia.
En Estocolmo se construyó una residencia para ella (hoy Palacio del Príncipe Heredero), donde vivió desde 1794.
Hasta 1803 fue la gobernante de Quelinburg, año en que el monasterio fue secularizado.
Nunca se caso.
En su testamento, legó su palacio al príncipe heredero de Suecia, Óscar (futuro Óscar I de Suecia).
Fue sepultada en la Iglesia de Riddarholmen.
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