viernes, 30 de agosto de 2019

Concepción Acevedo de la Llata "La madre Conchita" (1891-1979)

Concepción Acevedo de la Llata "La madre Conchita" nace en Querétaro en 1891 y muere en Ciudad de México el 30 de agosto de 1979; religiosa y escritora; instigadora y autora intelectual del asesinato de Álvaro Obregón.

La fecha exacta de su nacimiento y de su muerte exacta se desconocen.  

De niña ingresó a un convento.  En la Orden de las Capuchinas Sacramentarias, tomó los hábitos, aceptando el voto de silencio.  

Escandalizaba por su costumbre de hablarle de tú a todo el mundo.  

A partir de 1924 fue superiora del Convento Hijas de María. 

Cuando José de León Toral conoció a la madre Conchita, le maravillaron su sencillez y la confianza que inspiraba.  José de León Toral solía oír misa en la casa donde estaba oculta la Madre Conchita.  

A principios de 1928 asistía de manera regular a las reuniones en Chopo 133, donde se llevan a cabo conspiraciones a favor del movimiento Cristero y contra las recientes reformas del gobierno que limitaban el poder del clero en el país. 

El 17 de julio de 1928 en el Restaurante La Bombilla, de San Ángel, mientras el maestro Esparza Oteo interpretaba "Limoncito", José de León Toral con el pretexto de mostrarle un retrato que la había realizado se acercó al general Álvaro Obregón y lo asesinó.  

La acción fue ejecutada por un dibujante de caricaturas de nombre de “Juan”,  miembro de las brigadas de Liga de Defensa de la Religión en la Ciudad de México. 

El 18 de julio de 1928 es aprendida y torturada como instigadora y autora intelectual del asesinato de Álvaro Obregón.  

Cuatro días después serían conocidos el nombre de su asesino:  José de León Toral.  Con vigilancia, se les dejó solos a José de León Toral y a la Madre Conchita, quienes comenzaron a tutearse, esto asombró a los detectives, quienes concluyeron que Toral y la Madre Conchita eran amantes.  

El 6 de agosto de 1928 monseñor Miguel M. de la Mora, obispo de San Luis Potosí, declaró a la prensa que "no es el clero católico el autor del atentado".   

El 2 de noviembre de 1928 Día de Muertos, comenzó el juicio contra José de León Toral y la madre Concepción Acevedo y de lata por el asesinato del general Alvaro Obregón; los acusados portaban abrigos, ante algunas muestras de apoyo y abucheos de grupos obregonistas, entraron en la sala del juicio.  

El 6 de noviembre de 1928 la Madre Conchita fue declarada culpable del asesinado del general Alvaro Obregón en un juicio y condenada a prisión por 20 años.  

José de León Toral declaró "No me inspiré en Judas, sino en Judith, la que mató a Holofernes para salvar a su pueblo".   

José de León Toral durante los interrogatorios públicos y estando presente la Madre Conchita, dijo que las palabras de la abadesa fueron:  "¡Dios sabrá lo que hace!  Pero lo que sí sé es que para que se compongan las cosas en este país es indispensable que mueran Calles, Obregón y el patriarca Pérez".   

El 7 de noviembre de 1928 durante el llamado "Juicio del siglo", un numeroso grupo de fanáticos obregonistas, encabezados por senadores y diputados del PNR, irrumpieron violentamente bajo el grito:  "¡Viva el general Obregón! ¡Y mueran Toral y la Monja Alférez!  ¡Mal rayo los parta!  ¡Muera Toral!  ¡Muera la Madre Tatiana!".   

Por sus declaraciones, tanto el juez Aznar Mendoza como los miembros del jurado decidieron condenar a la pena de muerte a José de León Toral y a 20 años de prisión a la Madre Conchita.  

En la confusión trataron de linchar a los acusados:  a José de León Toral le arrancaron mechones de su cabello, lo abofetearon ante la mirada aterrada del juez y los 28 integrantes del jurado; a la Madre Conchita le llovieron escupitajos y patadas que le causarían la fractura de la tibia de la pierna izquierda, una dolencia que la acompañaría por el resto de su vida.   

El 9 de noviembre de 1928 el secretario del Juzgado, Lic. Luis Lajous, leyó el veredicto:  "Después de haber escuchado las pruebas y refutaciones presentadas por ambas partes, este Tribunal Popular condena a José de León Toral, acusado de cometer materialmente el crimen del presidente electo de México, a la pena capital, la cual habrá de ejecutarse cundo lo solicite el agente del ministerio Público".   Durante la lectura de su sentencia se concluyó que "si ella no hubiera pronunciado esas palabras, José de León Toral jamás hubiera matado al general Obregón".   

El 14 de mayo de 1929 es trasladada a las Islas Marías.  

Escribió dos veces su biografía, una a pedido del director de la Penitenciaría de las Islas Marías donde purgo una parte de los 20 años de su condena y después "Yo, la Madre Conchita".  En las Islas Marías conoció a Carlos Castro Balda.  

El 20 de octubre de 1934 en las Islas Marías, contrajo matrimonio con Carlos Castro Balda.  

Su esposo obtuvo primero su libertad.   

En 1940 recibe el indulto del presidente y general Manuel Ávila Camacho.  

El 9 de diciembre de 1940 salió libre.   

Recorrió los teatros de México, dando conferencias.  

Se unió a la Sociedad Civil Luz Fernández Semallera en apoyo a niños otomíes.

Isaac Araiza, jefe de redacción de la revista Hoy, contrató a Conchita para que escribiera una serie de artículos sobre temas de su vida, semanalmente de ocho cuartillas.  La madre Conchita redactaba y Carlos Balda transcribía los artículos, recibiendo $75.00 semanales.  

En 1965 en Madrid, Gráficas Marciegas, S.A. publicó como edición privada, el libro “Una Mártir de México”, por Concepción Acevedo de la Llata.  Conchita había pensado titularlo “Memorias” pero a sugerencia del Papa Juan XXIII se le cambió el título.

En 1971 en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque se presentó la obra de "El Juicio" de Vicente Leñero basada en el juicio contra José de León Toral y la Madre Conchita en 1928; llegó las 100 representaciones.

Le fue permitido ser amortajada con su hábito de monja por permiso del Papa Pablo VI. 


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