jueves, 14 de mayo de 2020

Enrique IV de Fancia (1553-1610)

Enrique de Borbón nace en Pau, Beame, Francia el 13 de diciembre de 1553 y muere asesinado por el fanático religioso Ravaillac en París, Francia el 14 de mayo de 1610; rey de Navarra con el nombre de Enrique III (1572-1610); rey de Francia como Enrique IV (1589-1610); primer rey de la Casa de Borbón en este Francia; copríncipe de Andorra (1562-1610); conocido como Henri le Grand (Enrique el Grande) o Le bon roi Henri (El buen rey); llamado el "Vert-Galant" (el Viejo Verde), a causa de sus numerosas aventuras amorosas con chicas muy jóvenes y de cualquier estrato social; considerado por los franceses como el mejor monarca que ha gobernado Francia.

Hijo de Antonio de Borbón (duque de Vendôme) y de la reina de Navarra, Juana de Albret.  

Fue bautizado católico pero educado por su madre en la fe calvinista.  

Fue famoso porque nunca no se bañaba y sus amantes caían ante sus pies a causa de su olor; la más famosa de esas mujeres fue Gabrielle d’Estrées, quien afirmaba que tenía suerte de ser rey, porque sin eso ella no lo hubiera podido aguantar a causa de que él "olía como la carroña".  


Fleurette de Nérac es su primera amante de la que se tiene constancia.  Fleurette de Nérac era vecina de la villa de Nérac e hija de un jardinero del castillo.  Tras conocerla a través del padre, iniciaron una relación secreta.  Un día la abandonó.  Se dice que Fleurette se quitó la vida arrojándose al Río Baïse.   Otros dicen que su primera amante vivió al menos 16 años más tras haber finalizado su aventura amorosa.

El 9 de junio de 1572 en París, falleció su madre, cuando precisamente iba de camino a París para asistir a su boda.  

Sucedió a su madre Juana de Albret.


El 18 de agosto de 1572 contrajo matrimonio con Margarita de Valois (hermana del rey Carlos IX de Francia); no tuvieron hijos.  


Entre el 23 y 24 de agosto de 1572 una semana después de la boda, los extremistas católicos rompieron todo entendimiento, con la Matanza de San Bartolomé contra los hugonotes.  


El 5 de febrero de 1576 se convirtió al catolicismo.  Consiguió escapar de la corte, abjuró de su reciente adhesión al catolicismo, declarando de nuevo su profesión de fe calvinista, y se puso al frente de las fuerzas protestantes durante la Cuarta Guerra de Religión.  

Se relacionó con una de las damas de honor de su esposa, la joven Françoise de Montmorency llamada Fosseuse, de la que Enrique estaba enamorado desde que ella tenía 14 años y a quien embaraza.  

En 1580 se produjo su asalto a la ciudad fortificada de Cahors.  

En 1583 se relacionó con la condesa de Gramont, Diane de Andoins "la bella Corisande".  
En 1587 logró otra gran victoria en Coutras, en el conflicto conocido como la Guerra de los Tres Enriques.  

En 1589  formó una alianza con Enrique III (el último rey francés de la dinastía Valois) contra la Liga Santa, dominada por la familia de Guisa.  

Tras el asesinato del rey Enrique III de Valois en 1589, se convirtió en rey de Francia, con el nombre de Enrique IV.   No fue reconocido como rey de Francia por ser protestante.  


Enrique aborrecía a su esposa Margarita de Valois y cuando se coronó rey de Francia, no disimuló lo más mínimo al introducir a sus amantes en palacio.

Conoció a Diana d’Andouins, condesa de Guiche y mujer con gran poder a la que podía pedir ayuda siempre que lo necesitara.  Diana era una de las mujeres más adineradas del sur de Francia y siempre se mantuvo fiel a su amado Enrique IV.  Necesitado de efectivos para las guerras de la Liga que estaban sucediendo en el territorio, vendió todas sus joyas para poder costear un ejército de aproximadamente 20,000 gascones que lo socorrieran.  El rey Enrique IVle prometió contraer matrimonio con ella por su valerosa ayuda.

En 1589 Enrique y Margarita de Valois se separan; su matrimonio fue anulado hasta 1599.  

Margarita aceptó la anulación del matrimonio a cambio de una lujosa residencia en París, un papel oficial en la corte, el pago de todas sus deudas y el título vitalicio de reina.  El matrimonio no sólo no era deseado por la pareja, tampoco lo era por el Papa Gregorio XIII que no autorizó la boda, ni por el pueblo francés.  


El 1 de marzo de 1590 Batalla de Ivry, Enrique de Navarra derrota a la Santa Liga de París encabezadas por el duque de Mayenne, Carlos de Lorena y el duque de Aumale, Claudio de Lorena.  

Durante el asedió de París, se presentó en la Abadía de Montmartre, donde conoció a la monja Marie Catherine de Beauvilliers.  Ella se convirtió en una de las muchas amantes del rey Enrique IV.


El 30 de abril de 1589 se reconcilió con el rey Enrique III de Francia, quien le reconoció como su sucesor, y por lo tanto se convirtió en heredero de la corona francesa.  Sólo fue reconocido como rey por los hugonotes, pues La Liga Católica, el Papa Sixto V y el rey  Felipe II de España se negaron a reconocerlo como rey de Francia en razón de su adscripción al protestantismo y propusieron al cardenal Carlos de Borbón (que reinaría como Carlos X de Francia).  

Su protestantismo lo llevó a la Guerra de los Tres Enriques, a raíz de los combatientes Enrique III, Enrique de Navarra y Enrique de Guisa.  

El 5 de septiembre de 1590 se rinde ante Alejandro Farnesio y se convierte en católico.  

En 1590 Enrique de Borbón (futuro rey Enrique IV de Francia) se enamoró de  Gabriela de Estrées, pero hasta su coronación, ella no le mostró gran amor aunque, se convirtió en su amante oficial, actuando como una verdadera reina en la corte.  Enrique IV la amaba y veneraba "por su belleza, su actitud discreta, su dulzura y su espíritu inteligente", tanto la adoraba, que la cubría de regalos, cartas románticas y poemas; la consentía en todo, al punto de prometerle la corona.  

Enrique nombró a Antoine d’Estrées, padre de su amada Gabriela de Estrées, como miembro de su consejo privado y así se aseguró de que la joven pasara a formar parte de la corte, agasajándola con fiestas y bailes en su honor.  

Con Gabriela de Estrées tiene tres hijos (César de Borbón duque de Vendôme, Catalina Enriqueta de Borbón y Alejandro chevalier de Vendôme).  

Para mantener a Gabriela d’Estrées cerca suyo pero a la vez guardar las apariencias, Enrique IV organizó el matrimonio de ella con el viejo noble Nicolas d’Amerval de Liancourt, barón de Benais, quien aceptó con gusto el papel de "cornudo oficial" de la corte francesa pero bajo la condición de no tocar jamás a su esposa y, a cambio, recibiría una dote de 50,000 escudos y un importante puesto cortesano. 

El 25 de julio de 1593 abjura del protestantismo abraza el catolicismo y se le adjudica la famosa frase de "París bien vale una misa".   

En 1594 sobornó al comandante de la Liga para que dejara entrar a su ejército.  Uno por uno, derrotó o sobornó a todos los magnates de la Casa de Guisa que aún resistían.

En 1594 Enrique IV y Gabriela de Estrées tuvieron a su primer hijo, César de Vendôme.  Enrique IV decidió a legitimar a su hijo para lo cual tuvo que anular el matrimonio de Gabriela de Estrées en un proceso en el que su pobre esposo tuvo que confesar una supuesta impotencia.  

Los franceses la bautizaron a Gabriela d’Estrées como "la duquesa de la basura" porque ella vivía con grandes lujos a costa del dinero público mientras Francia apenas sobrevivía después de varias décadas de guerras.  

Gabriela d’Estrées intrigó para conseguir el matrimonio con el rey y por tanto el derecho al trono para sus hijos.  

Enrique IV puso a su disposición los aposentos de la reina en el Palacio del Louvre y Gabrielle d’Estrées tuvo derecho a la ceremonia diaria por la cual, al levantarse, las más grandes damas de la nobleza francesa le alcanzaba sus ropas y la ayudaban a arreglarse.  

El 27 de febrero de 1594 en la Catedral de Chartres, fue coronado rey de Francia como Enrique IV, entrando en París ese mismo año, fue ungido con los santos óleos, consagrado y coronado rey con el fastuoso boato y ceremonial.  

El 22 de marzo de 1594 la ciudad de París, baluarte de la Liga Católica ocupada dos años antes por las tropas españolas, se entrega a Enrique IV, que hace su entrada triunfal a la cabeza de 1,500 coraceros tras haber abjurado del protestantismo y abrazado el catolicismo.  

En 1595 cuando declaró de forma oficial la guerra a España, el Papa le concedió la absolución.  

Ya que la Catedral de Reims está en manos de los Guisa, elige la Catedral de Chartres para la ceremonia de su consagración, siete meses después de su solemne abjuración en la real abadía de Saint-Denis (necrópolis de los reyes de Francia), realizada el 25 de julio de 1593.  

En 1596 Enrique IV y Gabriela de Estrées tuvieron a su hija, Catalina Enriqueta de Borbón conocida como Mademoiselle de Vendôme.  

El 1 de agosto de 1596 Enrique IV de Francia firma la ratificación de su abjuración del protestantismo ante Alessandro de Medici, el legado pontificio (futuro Papa León XI). 


El 18 de abril de 1598 el rey Enrique IV de Francia firma el Edicto de Nantes, en donde el reino de Francia reconoce al calvinismo como una religión, por la cual se otorgaba cierta libertad de culto a los calvinistas, impidiéndose su persecución por motivos religiosos, pudiéndose imprimir y vender sus libros en las ciudades donde esa religión estuviera públicamente aceptada, otorgándoles ciento cincuenta y un plazas bajo su gobierno, y la posibilidad de acceso a cargos públicos, y de acceder a escuelas y hospitales. 

La reina Margot de Medici, alejada del rey desde hacía más de 10 años, estaba demasiado entretenida con sus propias aventuras sexuales como para no dejarse repudiar por el rey y le comunicó a su marido, sin embargo, que estaría dispuesta a aceptar la nulidad del matrimonio con la condición de que Enrique IV se casara con una mujer digna de ser reina:  una princesa europea, católica piadosa, de comprobada sangre real, una virgen sin pasado sentimental y una vida sin mancha alguna.  

El 2 de mayo de 1598 los reyes Felipe II de España y Enrique IV de Francia firman la Paz de Vervins, uno de los tratados que sirvió para acabar las Guerras de Religión de Francia.  

El 13 de mayo de 1598 el rey Enrique IV promulga el Edicto de Nantes que garantiza la tolerancia religiosa en Francia.  

En febrero de 1599 el rey Enrique IV dio grandes muestras de alegría al anunciar públicamente, ante la corte, la decisión de casarse con Gabrielle d’Estrées, ante el estupor de la reina Margot, de los nobles y hasta del pontífice.  

En 1599 le regaló a Gabrielle d’Estrées, un bellísimo anillo de compromiso y la joven compró de inmediato su vestido de bodas.  Toda Francia se oponía al matrimonio; tanto los círculos allegados a la realeza como la gente simple del pueblo, así como la iglesia.  

El pueblo llamaba a Gabrielle d’Estrées "Cleopatra" y la acusaba de tener hechizado y dominado a su "César".  

Las bodas se programaron para el 18 de abril de 1599, Domingo de Pascuas, en la Iglesia de Saint-Quasimodo.  

En la Semana Santa el rey Enrique IV invitó a Gabrielle d’Estrées, que estaba embarazada, a ausentarse por unos días de la corte mientras aumentaban los preparativos para una gran ceremonia nupcial.  

El 7 de abril de 1599 después de leer las últimas dos cartas de amor que el rey Enrique IV le había enviado, Gabrielle d’Estrées comenzó a sentirse mal y se sospechó que había sido envenenada.  Los dolores fueron en aumento y se convirtieron en una agonía durante la cual Gabrielle d’Estrées abortó al hijo que esperaba.  Un adivino le había anticipado que nunca se casaría por segunda vez, que moriría sola y que jamás sería reina de Francia.  

En el Hotel de Sourdis fueron velados sus restos, ataviados con el vestido de novia, de color púrpura, que nunca pudo utilizar en vida, y un velo blanco.  Gabrielle d’Estrées tuvo funerales de reina y Enrique IV asistió a ellos vestido de negro, a la usanza española, pero no se atrevió a sepultarla en el panteón real; los nobles, embajadores y cortesanos rindieron sus respetos como si la fallecida fuera la reina de Francia y expresaron sus profundas condolencias al rey.  

Gabrielle d’Estrées fue sepultada en la Abadía de Monceaux.  

Dos meses después de su muerte, Enrique IV nombraba una nueva amante, Henriette de Balzac d'Entragues.  

En 1599 consiguió la anulación papal de su primer matrimonio.  

El 5 de octubre de 1600 se casa con María de Médici.  Uno de los banquetes más espectaculares de la historia se celebró en el Palazzo Vecchio, diseñado por Buontalenti, Ligozzi, Giambologna.
Boda de Enrique IV y Maria de Medici por Jacopo Chimenti.

Tuvieron seis hijos (Luis XIII de Francia, Isabel, Cristina María, Nicolás Enrique, Gastón y Enriqueta María de Francia).  
Enrique IV y familia por Fouquet de la Varenne 1607. 

Su amante Catalina Enriqueta de Balzac d'Entragues se refiría a la reina María de Medici como "la hija del banquero gordo".  

Le fue dedicada la marcha Vive Henri IV (Viva Enrique IV), que llegó a ser el himno de facto del reino y el de iure durante la restauración, y es conocida aún hoy día por los franceses.  

Usaba la Gran Galería del Louvre para cazar zorros los días de lluvia.  

El 17 de enero de 1601 Tratado de Lyon entre Francia, España y Saboya, para poner fin a la guerra entre Carlos Manuel I duque de Saboya y el rey Enrique IV de Francia.  

En 1609 inició los preparativos para intervenir en Alemania en contra de la dinastía católica de los Habsburgo, un movimiento al que se opusieron algunos católicos franceses.  

El 14 de mayo de 1610 queriendo visitar a su viejo amigo el duque de Sully en su domicilio, es víctima de las puñaladas de François Ravaillac en plena calle, fue trasladado urgentemente al Palacio del Louvre, de donde había salido la misma mañana, falleciendo poco después.  

Aprovechando un atasco que había inmovilizado el coche real de la Rue de la Ferronnerie, François Ravaillac lo apuñaló dos veces.

Antes de morir, señaló a los Jesuitas como autores de varios intentos de asesinato contra su vida.  


Su atacante ni siquiera quiso escapar, sino que se quedó en la escena del crimen con su largo cuchillo en la mano, siendo detenido por los guardias.  Lo llevaron al Hotel de Retz, que no tenía nada que ver con un establecimiento hotelero, donde permaneció encerrado durante 2 días, pudo hablar con mucha gente.  

Una hora después del asesinato de Enrique IV, se realizó un acto corpore insupulto simbolizando la entronización de su hijo Luis XIII.   

Horas después, María de Medici fue confirmada como regente por el Parlamento de París y de inmediato desterró de la corte a la amante de Enrique IV, Catherine Enriqueta de Balzac.  

Las entrañas son llevadas a Saint-Denis.  El corazón se depositó en la Capilla del Colegio de La Flèche.  El 30 de mayo de 1610 su cuerpo es enterrado en Saint-Denis.  Se colocó una placa que marca el lugar del asesinato de Enrique IV en la Rue de la Ferronnerie.




François Ravaillac afirmó que había actuado completamente solo, pero los jueces nunca le creyeron.  Fue juzgado y condenado a una muerte brutal, que los franceses reservaban a los que cometían magnicidios de ese tipo.  El 27 de mayo de 1610 fue llevado a lo que hoy es el Ayuntamiento de París, para su ejecución.

La testigo Jacqueline D’Escoman informó de una conspiración tramada por el duque de Epernon y la amante del rey la marquesa de Verneuil, Enriqueta d’Entragues, por lo que ambos fueron investigados, sin poder probarles la acusación.   Ambos salieron en libertad.  La testigo, dama de compañía de la marquesa, fue condenada por calumnias.

La actuación de François Ravaillac siempre ha sido muy discutida, los católicos franceses se empeñaron en que se abriera una investigación en el Vaticano para intentar beatificarlo, como si hubiera sido un mártir.  Incluso, se le ofrecen misas habitualmente, considerándolo como uno de los defensores de la fe católica en Francia.

La regencia de María de Médicis obligó un acercamiento a la católica y hegemónica España de Felipe III, mediante el matrimonio de su hijo el rey Luis XIII con la infanta española Ana.  

En 1614 se erigió una estatua en su honor en París; durante la Revolución Francesa fue destruida, pero fue la primera en ser reconstruida en 1818.  

En 1793 durante la Revolución Francesa, profanaron las tumbas de Saint Denis.  Entre ellos el cuerpo de Enrique IV se encontraba en buen estado de conservación, por lo que decidieron exponerlos en público.  Aprovecharon la situación para mutilarlo, llevándose varias partes de su cuerpo, incluyendo su cabeza.  
Pintura de Théodore Basset de Jolimont (ant.1837)


Cuando el rey Luis XVIII mandó a sacar todos los cuerpos de la fosa común donde fueron enterrados y que fueran de nuevo inhumados en Saint Denís se descubrió que la momia de Enrique IV no tenía cabeza.  A pesar de una profunda búsqueda de la cabeza de su antepasado no se logró encontrar.  

Los corazones del rey y la reina que estaban en la Capilla del Colegio de La Flèche fueron quemados en una plaza pública, pero sus cenizas fueron recogidas por un residente.  En 1814 sus cenizas fueron colocadas en un nicho en el brazo norte de la iglesia. 

En 1919 durante una subasta en el Hotel Drouot de París, un anticuario compró la cabeza por tres francos.  Después fue adquirida por la pareja de los jubilados.

Los monárquicos franceses realizan todos los años un homenaje frente a su estatua del Pont Neuf (Puente Nuevo) de París el día de su entrada a la ciudad.

En 2010 se dijo que su había sido encontrada en la casa de una pareja de jubilados en Montmartre, una cabeza momificada que podía ser de Enrique IV, quienes la conservaron durante 53 años en el fondo de un armario, para luego confiarla a los científicos.  Gracias a la momificación con una técnica italiana, la cabeza se encontraba en excelente estado.  Los científicos e historiadores dirigidos por Philippe Charlier viajaron hasta Florencia, para estudiar la técnica de embalsamamiento del rey Enrique IV  utilizada por Pierre Pigray.  Descubrieron que el embalsamador usó un pigmento negro o carbón de hueso, que protegió al cadáver de la descomposición.  De hecho, a diferencia de los reyes anteriores, la cabeza de Enrique IV no fue serruchada ni vaciada.  Su cerebro se mantuvo así intacto.

En 2013 a través de una prueba de ADN se demostró que era la cabeza del rey Enrique IV, usando como referencia el de Luis XVI. 






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