Alfonso IX de León nace en Zamora el 15 de agosto de 1171 y muere en Sarria el 24 de septiembre de 1230, cuando realizaba una peregrinación a Santiago de Compostela; infante leones; rey de León (21 de enero de 1188-24 de septiembre de 1230).
Hijo del rey Fernando II de León y de la infanta Urraca de Portugal.
Estuvo al cuidado de María Ibáñez.
En junio de 1175 debido al parentesco que existía entre sus padres, los reyes de León, pues ambos eran primos segundos, Fernando II se vio obligado a repudiar a Urraca de Portugal, ya que su matrimonio había sido anulado por el Papa Alejandro III.
Su madre Urraca de Portugal ingresó como freira en la Orden de San Juan de Jerusalén, y se retiró a vivir en los municipios zamoranos que le concedió el rey Fernando II. Después se retiró al monasterio de Santa María de Wamba, que pertenecía a la citada orden.
Su padre Fernando II de León se casa con Teresa Fernández de Traba (hija ilegítima del conde Fernando Pérez de Traba y de Teresa de León y viuda del conde Nuño Pérez de Lara), quien falleció en 1180.
En 1187 su padre Fernando II de León se casa con Urraca López de Haro (hija de Lope Díaz I de Haro, señor de Vizcaya, Nájera), con quien mantenía relaciones amorosas desde el año 1180, en que falleció su segunda esposa.
Poco antes de morir su padre, su vida se ve turbada por la ambición de su madrastra, Urraca López, que desea el trono para su hijo Sancho Fernández de León. La reina Urraca sostuvo que el nacimiento del infante Alfonso era ilegítimo, ya que el matrimonio de sus padres había sido anulado debido a los lazos de sangre existentes entre ambos cónyuges.
El rey Fernando II desterró entonces a su hijo primogénito Alfonso, lo que supuso un triunfo para su madrastra Urraca, que se esforzó en que su hijo Sancho heredase el trono a la muerte de su padre.
Alfonso se dirigió a Portugal.
El 22 de enero de 1188 en Benavente, falleció el rey Fernando II.
Antes de pasar la frontera recibe la noticia de la muerte de su padre. Apoyado por la parte más poderosa de la nobleza, vuelve a León a marchas forzadas y allí es proclamado rey.
El 22 de enero de 1188 en el Reino de León, Alfonso IX es proclamado. Su madre Urraca asistió a su coronación. El 4 de mayo de 1188 Alfonso IX y Urraca de Portugal confirmaron los privilegios concedidos por el difunto Fernando II a la Orden de Santiago.
En 1188 recién llegado al trono Alfonso IX de León, se convoca a la Curia Regia del Reino de León, a la que por primera vez se le suman los representantes electos de las principales ciudades con voz y voto; es el primer del parlamentarismo moderno en la historia de la Europa.
El 18 de abril de 1188 se celebraron durante la primavera y al principio del reinado de Alfonso IX de León, en el claustro de la Basílica de San Isidoro de León, tal como se mantiene en la afirmación del monarca en una comunicación al arzobispo de Compostela.
El 4 de mayo de 1188 nacen las cortes de León bajo el reinado de Alfonso IX, considerado el parlamento más antiguo de Europa.
Al principio de su reinado, tuvo rivalidades con el rey Alfonso VIII de Castilla y para vencerlo no le importa aliarse con los musulmanes.
El 12 de mayo de 1191 en Huesca, contrajo matrimonio con su prima hermana Teresa de Portugal, con quién tiene tres hijos (Sancha, Fernando y Dulce de Portugal).
En 1191 se celebra la Liga de Huesca, un pacto acordado en la ciudad de Huesca entre los reyes Alfonso II de Aragón, Sancho VI de Navarra, Alfonso IX de León y Sancho I de Portugal con el propósito de hacer la guerra al reino de Castilla, donde reinaba Alfonso VIII.
Su matrimonio con la infanta portuguesa no puede ser reconocido por la iglesia, por razón del parentesco de los contrayentes. El Papa Celestino III dicta sentencia de excomunión contra los reyes y pone en entredicho el reino de León mientras sigan unidos. Teresa no renegó, sino que renunció con humildad a su corona.
El cardenal Gregorio, legado pontificio, busca la unión de Castilla y León que juzga indispensable para la eficacia de la lucha contra los musulmanes. Consigue que los dos monarcas se entrevisten en Tordehumos.
El 20 de abril de 1194 en Tordehumos firman un tratado por el que ambos se comprometen a mantener la paz durante diez años, luchar de acuerdo contra el infiel y a devolver Alfonso VIII los castillos tomados al monarca leonés.
En la primavera de 1195 se reciben noticias de que el sultán almohade, Abu Yusuf al Mansur, avanza para entrar en tierras de Castilla.
El 19 de julio de 1195 Batalla de Alarcos, sin que hayan acudido las tropas leonesas. La derrota cristiana calienta los ánimos de los reyes: Alfonso VIII de Castilla se une a Sancho I de Portugal y el rey Alfonso IX de León busca el apoyo de Abu Yusuf al Mansur, rompiendo sin miramientos los compromisos de Tordehumos.
En la primavera de 1196 estalla la guerra contra los cristianos. Alfonso IX aliado con los musulmanes, avanza hacia Castilla; el ejército almohade devasta la cuenca del Tajo llegando a las puertas de Toledo. Ante la actitud hostil de Alfonso IX contra los castellanos, El Papa Celestino III vuelve a intervenir, excomulgando a Alfonso IX de León y autorizando al pueblo a tomar las armas contra su rey, eximiendo a sus súbditos del vínculo de fidelidad y obediencia.
En abril de 1197 vuelve a reanudarse la lucha, el ejército almohade entra en el valle del Tajo, al mismo tiempo que el leonés recobra Puente de Castro.
En 1196 el Papa Celestino III anula su matrimonio por por razones de parentesco, pues ambos contrayentes eran nietos de los reyes de Portugal Alfonso y Mafalda. La separación se lleva a efecto.
En 1198 se casa con Berenguela de Castilla, con quién tiene a su hijo Fernando (futuro rey Fernando III de Castilla "el santo", sucediendo a su padre como rey de León, uniendo ambas coronas en la llamada Concordia de Benavente), anulando su matrimonio.
Alfonso IX dona al monasterio de San Salvador de Asma cuanto le pertenece en la feligresía de Santa María de Camporramiro, cuyas villas acota (1208).
En 1208 y 1209 Alfonso IX se dedica a la repoblación y restauración de su reino.
El 27 de junio de 1209 Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla firman el Tratado de Valladolid contra el moro, poniendo fin a sus disputas y establecen, entre otros acuerdos, una tregua de cincuenta años, imponiéndose pena de excomunión al infractor.
En 1211 en Wamba, Reino de León, falleció su madre Urraca de Portugal.
El 21 de abril de 1211 en presencia del rey Alfonso IX de León, el Arzobispo Pedro Muñiz consagra la Catedral de Santiago de Compostela.
Entre el invierno y primavera de 1212 se predica la cruzada por España, Francia, Alemania e Italia y los castellanos, con la ayuda de Navarra y Aragón.
El 11 de noviembre de 1212 los tres Alfonsos, de Castilla, León y Portugal, firman una paz en Coimbra. Alfonso VIII de Castilla devuelve los castillos y se planea una expedición conjunta contra los musulmanes en la que Castilla marchará sobre Córdoba, y León sobre Sevilla.
En agosto de 1214 muere el infante don Fernando, hijo de su primer matrimonio y heredero de su corona.
En 1220 Alfonso IX en un acto público, nombra herederas de su reino a las dos hijas de su primer matrimonio, doña Sancha y doña Dulce.
La noche del 22 de abril del año 1229, un pequeño grupo de soldados cristianos capitaneados por el joven capitán entran en la ciudad por el pasadizo secreto. Una vez dentro, encienden hogueras como señal para el rey Alfonso IX con su ejército atraviesen las murallas y, aprovechando la oscuridad de la noche asaltan por sorpresa y toman la ciudad. Qazris es conquistada por los cristianos. Lo que no podían hacer las armas, lo hizo el amor; a través de un túnel que atravesaba la muralla, los cristianos, al mando del rey Alfonso IX, entraron en el alcázar y conquistaron la ciudad. Cuando el caíd se entera de la traición de su amada hija entró en cólera por lo sucedido, preguntándole por qué había traicionado a su pueblo, a su raza y a él mismo. Ella respondió, con lágrimas en los ojos, que el amor a su enamorado había nublado sus actos. El caíd lanzó una maldición sobre ella en castigo a su traición. Pidió a Alá que la condenara a vagar eternamente por estas tierras y no descansaran en paz mientras los cristianos reinen en ellas: "Así ha de ser hasta que Qazris vuelva a ser musulmana". Y la arrojó, junto a sus esclavas, a los pasadizos del alcázar, enterrándolas en ellos, desapareciendo desde esa noche a la vista de todos. Desde entonces, la princesa encantada y sus doncellas salen en la noche de San Jorge, a recorrer la ciudad antigua convertida ella en gallina y sus esclavas en doce polluelos, cubiertas de oro, que pían y cacarean desconsoladas por amor, esperando el fin del conjuro. Esta leyenda inspira una tradición en la noche de San Jorge: la búsqueda de la gallina, en la que participan niños y mayores después de la también tradicional quema del dragón.
El 23 de abril de 1229 el rey Alfonso IX de León reconquista Cáceres al moro, cuenta la leyenda que fue con ayuda de San Jorge; gracias a amores entre un capitán cristiano y la princesa mora Mansaborá. Las tropas cristianas asediaban amurallada ciudad de Qazris (Cáceres), protegida por la infranqueable muralla, mientras el jefe musulman se encontraba en el alcázar (hoy Casa de las Veleta). Todas las noches el capitán se dirigía hacia el punto indicado y alguna de las esclavas de la princesa le esperaba para llevarle hasta sus aposentos. Una de esas noches, la princesa le hizo entrega al capitán cristiano de la llave del pasadizo. Le hace jurar que su secreto jamás será revelado. El joven jura de nuevo por su honor y se despide hasta la noche siguiente. Un día pidió hablar con el rey a solas. Ante él, el joven miró al suelo y, tras pedirle perdón, le contó sus amores con la princesa y cómo cada noche entraba en el alcázar para encontrarse con ella. El rey le preguntó cuál era aquel camino secreto y él le pidió que, una vez conquistada la ciudad, le hiciera entrega de la princesa para desposarse con ella cristianamente. El rey se comprometió a ello y le prometió una espléndida dote. El capitán le reveló el camino secreto a la ciudad.
En el camino en peregrinación a Compostela a agradecer al Apóstol sus grandes victorias, en Villanueva de Sarriá, le sorprende la muerte.
El 11 de diciembre de 1230 se firma la Concordia de Benavente por la que se declara inhábil el testamento de Alfonso IX de León entregando la Corona a su hijo Fernando III de Castilla, unificando las dos corona.
En 1230 sus hijas doña Sancha y doña Dulce de acuerdo con doña Berenguela, han de renunciar generosamente al trono para que este recaiga en su hermano Fernando, el ya rey de Castilla.
Además de los ocho habidos en sus dos matrimonios, tuvo once hijos bastardos.
El martes 23 de abril de 2019 en León, España, la Real Cofradía del Pendón de San Isidoro de Sevilla inaugura una estatua de una tonelada en honor al rey Alfonso IX de León, responsable del primer parlamento de la historia de Europa. Falleció en Sarria cuando realizaba una peregrinación a Santiago de Compostela.
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