domingo, 10 de febrero de 2019

León XII (1760-1829)

Annibale Francesco Clemente Melchiorre Girolamo Nicola Sermattei della Genga Periberti di Fabriano conocido como Annibale della Genga nace en La Genga, Marca de Antona, Italia el 22 de agosto de 1760 y muere en Roma el 10 de febrero de 1829; con el nombre de León XII fue elegido  Papa Nº 252 de la Iglesia católica (28 de septiembre de 1823 - 10 de febrero de 1829).

Fue el sexto de los diez hijos del conde Flavio Sermattei della Genga y de Maria Luisa Periberti di Fabriano. 

Miembro de la familia de los condes de La Genga.  

Se educó en Collegio Campana de Osimo y en el Collegio Piceno de Roma.  

Estudió en la Pontificia Accademia dei Nobili Ecclesiastici de Roma.  

En 1783 fue ordenado sacerdote.  

En 1783 fue nombrado secretario privado del Papa Pío VI.  

En 1784 fue designado nuncio en Lucerna, Suiza.  

En 1790 regresó a Roma para ocupar una cátedra en la Pontificia Accademia dei Nobili Ecclesiastici y el cargo de prefecto del Seminario Vaticano.  

En 1792 fue nombrado canónigo de la Patriarcal Basílica Vaticana y abad comendatario del Monasterio de Monticelli.  

El 21 de febrero de 1794 fue designado arzobispo titular de Tiro.  

El 24 de febrero de 1794 fue consagrado obispo por el Cardenal-Duque de York.  

Fue trasladado a la nunciatura de Colonia, pero debido a la guerra tuvo que establecer su residencia en Augsburgo.  

Cuando las tropas francesas de Napoléon ocuparon los Estados de la Iglesia, fue tratado como prisionero de estado y vivió varios años en recluido en su Abadía Comendataria de Monticelli.  

En 1814 fue designado para llevar las felicitaciones del Papa Pío VII al rey Luis XVIII de Francia, después de ser restaurado en el trono por el Congreso de Viena.  

En 1816 fue nombrado cardenal del título de Santa Maria in Trastevere y obispo de Senigallia con el título de arzobispo ad personam.  

En 1820 el Papa Pío VII le dio la distinguida posición de cardenal vicario para la ciudad de Roma.  

En 1821 el Papa Pío VII le nombró arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor.  

El 28 de septiembre de 1823 tras sólo veinte días de cónclave, fue elegido Papa Nº 252.  La mayoría de cardenales habían optado entonces por un papa de transición.   Estaba muy enfermo, él mismo dijo a los cardenales que acababan de elegir "a un hombre muerto".  

El 5 de octubre de 1823 fue coronado Papa por el cardenal Fabrizio Ruffo, protodiácono de S. Maria in Via Lata.  

Su escudo lleva "El perro y la serpiente".

Redujo los impuestos.  

Con la bula Charitate Christi extendía a todo el mundo sus beneficios espirituales, al tiempo que recordaba la prohibición de la usura y la obligación universal de contribuir al sostenimiento de la Santa Sede.  

El 18 de febrero de 1825 firmó una Encíclica que exhortaba a los fieles del Nuevo Mundo a obedecer al rey Fernando VII de España.  

En 1825 llegó a su vida, un gato llamado "Micetto" o "el gato del Papa", quien asistía a las audiencias papales, se le restregaba mientras recibe a sus visitas. 

En 1828 por deseo del Papa León XII el arquitecto Giuseppe Valadier construyó el Templo neoclásico octogonal de Valadier en la región de Las Marcas, ubicado en el interior de una cueva de una montaña alta situada cerca de las cuevas de Frasassi Genga y de las grutas de Frasassi.

El 14 de diciembre de 1828 mandó al arquitecto Giuseppe Valadier que construyera otro contrafuerte al Coliseo para consolidarlo en la zona de a Meta Sudans.  

Luchó contra movimientos liberales como carbonarios y masones a los que acusaba de querer subvertir las enseñanzas de la iglesa y destruir su poder temporal.  

Se dice que recibió la extremaunción 17 veces durante toda su vida.  La más famosa de ellas fue durante su coronación en 1823, y se consideró un milagro su salvación, en la víspera de Navidad.  

Antes de morir confió a su amado gato "Micetto" al escritor francés François-René de Chateaubriand, llamándolo "Petit Minet".  

La noticia de su muerte fue recibida por el pueblo con auténtico júbilo.   

Fue sepultado en las Grutas Vaticanas, delante del altar del Papa León I el Grande.   Pasquino realizó su epitafio "Aquí yace della Genga, por su y nuestra paz".  

Se le llama el "Papa anti-vacuna", pues se opuso a la vacuna contra la viruela, y dicen que pronunció estas palabras "El que se deja vacunar deja de ser hijo de Dios.  La viruela es un castigo querido por Dios, la vacunación es un desafío contra el Cielo", se le considera en el responsable de la muerte de miles de personas; pero en esos tiempos la vacunación era peligrosa pues se utilizaba material humano y no bovino, y se daban fallecimientos a consecuencia de la vacuna contaminada.  

Un estudio histórico de 2010 tomó en serio las acusaciones contra León XII y, tras profundizar en el tema, afirma:  "Se concluye que la prohibición contra la vacuna no fue real, sino una voz malévola, difundida sobre todo en los sitios de Internet" (Artículo publicado originalmente en el sitio UCCRONLINE y traducido por Aleteia).


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