Luisa Isabel de Orleans (1709-1742)

Luisa Isabel de Orleans nace en Versalles el 9 de diciembre de 1709 y muere en París, Francia el 16 de junio de 1742, sin haber perdido nunca el rango de Reina de España; princesa francesa; princesa de Asturias; reina consorte de España; famosa en la corte española, por su comportamiento inapropiado debido al Trastorno límite de la personalidad que padecía, los miembros de la corte empezaron a llamarla "La reina loca".

Luisa Isabel de Orléans por Jean Ranc.

Hija de Felipe II de Orleans y de su esposa Francisca María de Borbón (hija bastarda de Luis XIV); quienes formaron una familia numerosa compuesta por ocho hijas y un hijo.  Bisnieta de Luis XIII.  

Sus padres no tuvieron interés en criar a sus hijos, por lo que todos ellos sufrían un evidente déficit de cariño que en la mayoría de los casos desembocaría en la edad adulta en comportamientos extremos y disolutos.  

Recibió poca educación y parecía destinada a casarse con algún príncipe alemán o italiano que no fuera muy conocido, siendo educada en un convento cercano a París.  

Curiosamente no tuvo nombre.  Durante su infancia se la conoció como Mademoiselle de Montpensier.  

Fue expulsada del convento por su mala conducta.  Cuando volvió a la corte, creció totalmente descontrolada.  

El 1 de septiembre de 1715 en el Palacio de Versalles, falleció Luis XIV.

Tras la muerte de Luis XIV y siendo su heredero, Luis XV todavía un niño, su padre Felipe II de Orléans fue nombrado presidente del Consejo de Regencia.

En 1721 cuando se pactó su enlace con Luis de Borbón príncipe de Asturias (futuro rey Luis I de España), tenía 12 año y fue entonces cuando notaron que Mademoiselle de Montpensier no estaba bautizada ni había recibido la primera comunión, sacramentos que se le otorgaron rápidamente.  

El 22 de octubre de 1721 es bautizada en el Palais Royal, ella misma elige su nombre, y el padrino es el rey Luis XV de Francia.  

El 31 de octubre de 1721 hace la Comunión.  

El 16 de noviembre de 1721 recibió la Confirmación.  

La visten a la española, algo que a ella no le desagrada.  

En 1721 se casa por poderes con Luis de Borbón príncipe de Asturias (futuro rey Luis I de España).  

Luis I por Jean Ranc.

El 20 de enero de 1722 en Lerma, contrajo matrimonio con su primo Luis de Borbón príncipe de Asturias (futuro rey Luis I de España); no podría ser consumado hasta varios años más tarde, debido a la tierna edad de los contrayentes, ni siquiera llegaba a los quince años el príncipe Luis y ella apenas tenía doce.  

Es protagonista de numerosos incidentes, como pasearse sin ropa, eructar, ventosear en público, corretear por los pasillos y treparse a los árboles, síntomas que hoy serían del Trastorno límite de la personalidad (TLP) y de la bulimia que padecía. 

Isabel de Orleans aprende español.  

Luisa Isabel de Orleans no se adaptó fácilmente a la corte española y pensaron en mandarla de vuelta a Francia, pero Luis de Borbón no lo permitió.  

El 15 de enero de 1724 abdicó su suegro, el rey Felipe V.  

El 9 de febrero de 1724 Luis I fue proclamado rey de España, cuatro semanas después de la renuncia de su padre a la Corona.  Se convirtió en reina consorte de España.  

La actitud de Luisa Isabel llevó a Luis I a buscar consuelo en correrías nocturnas por Madrid y en la caza.  

Cuando su esposo se contagió de la viruela lo cuida hasta su muerte, el 31 de agosto de 1724 y aunque ella se contagia, pudo recuperarse al ser, en su caso, menos maligna.  No tuvieron descendencia.  

La esposa de su suegro, Isabel de Farnesio, concluyó que en esa Corte no había hueco para más desequilibrados y envió a la reina viuda Luisa Isabel de vuelta a Francia, donde es acogida por su madre.  

España le otorgó una pensión.  

Pasa los siguientes años de su vida en el Château de Vincennes.  

Al saber que Luisa Isabel  retornó su vida disoluta, España le retiró la pensión.

Se vió forzada a despedir a toda su servidumbre y se fue vivir en el convento en el que había pasado su infancia.  

En 1733 por cuestiones de salud tuvo que abandonar el convento y se trasladó al Palacio de Luxemburgo, donde residió el resto de su vida. 

Terminó sus días abandonada por la corte española que dejó de enviarle la prensión prometida, aunque siempre mantuvo su rango de reina. 

Se dedica a comer compulsivamente dulces, llegando a estar obesa y teniendo problemas de insomnio que no le permiten distinguir los horarios de las comidas.  

Es enterrada en la Iglesia de San Sulpicio de París a la espera de que sus restos fueran trasladados al Escorial, pero hasta hoy no se ha realizado.