domingo, 23 de febrero de 2025

Felicitas Juárez Maza (1847-1905)

Felicitas Juárez Maza nace en Oaxaca en 1847; es bautizada el 1 de abril de 1847 y muere en Ciudad de México el 23 de febrero de 1905; dama mexicana.


Hija de Benito Juárez Garcia y de Margarita Maza Parada.  Hermana de Manuela, Margarita, María Guadalupe, Soledad, Amada, Benito; las gemelas María de Jesús y Josefa; José María, Francisca y Antonio Juárez Maza.  Media hermana de Susana y Tereso Juárez.  Miembro de una familia liberal oaxaqueña.  


Su físico revelaba los rasgos y el color del padre; no era tan bonita como algunas de sus hermanas.  

En su infancia vivió en Oaxaca.  Su familia la llamaba cariñosamente Feli.  

En 1853 su padre fue desterrado por orden de Antonio López de Santanna.  Benito Juárez fue trasladado a Veracruz, de donde partió a La Habana y de ahí a Nueva Orleáns, sitio en el que trabajó en una imprenta y como torcedor de tabacos, y en el que se allegó a otros liberales.  

Feli y sus hermanos se fueron con Margarita Maza a la sierra, quien con la ayuda de unos amigos estableció un tendajón en Etla mediante el cual pudo sostener a su hijos, aumentada con el nacimiento de las gemelas.  

En 1855 regresó su padre.  Benito Juárez fue elegido gobernador de Oaxaca.  

En 1857 salió nuevamente del estado de Oaxaca, esta vez para ocupar el ministerio de Gobernación y la presidencia de la Suprema Corte de Justicia.  

En 1858 Benito Juárez asumió la presidencia de la República y por pugnas con los conservadores trasladó el gobierno a Guanajuato, luego a Guadalajara y Veracruz, ya iniciada la Guerra de Reforma.  

Entre 1861 y 1863 junto con sus padres y hermanos sobrevivientes, vivió en Palacio Nacional.  

En 1863 se trasladó con el gabinete y la familia al norte del país.  Un intento de plagio determinó que ésta se fuera a los EEUU bajo el cuidado del liberal cubano Pedro Santacilia, quien se había casado con Manuela Juárez Maza, yerno al don Benito le decía “Santa” y al que quiso como a un hijo.  De esta forma y por otra guerra, Feli se alejó nuevamente de su padre y ahora del país.  


Entre 1864 y 1867 vivió en EEUU.   Es posible que Felícitas, Margarita y Soledad, las hijas solteras mayores, hayan sido las más beneficiadas en su aprendizaje por haber tenido escuela en los EEUU.  
Manuela, Felícitas y
María de Jesús Juárez Maza
con su madre.

Todos los hijos de Benito Juárez se casarán con europeos o descendientes de europeos, por lo que muchos lo criticaron.  

En 1868 se casa con el español Delfín Sánchez Ramos, con quien tiene 2 hijas (Carmen e Isabel Sánchez Juárez).  

Su esposo Delfín Sánchez Ramos se convirtió en el principal contratista del Ministerio de Guerra.  

El 2 de enero de 1871 Margarita Maza de Juárez muere en su casa de campo en San Cosme.  Antes de morir pidió ser inhumada con las cenizas de sus hijos e hijas que habían muerto años atrás.


El 18 de julio de 1872 Benito Juárez muere a consecuencia de una angina de pecho en Ciudad de México.

Sus padres no habían dejado testamento, y cuando se llevó a cabo el juicio de intestado en 1873, Felícitas se encontraba en Nueva York, por lo que su esposo la representó ante el notario José Villela. 

Aunque no se especificó lo que le tocaba a ella, Delfín Sánchez dejó escrito en su testamento que fueron $23 567.86 1/4, más los $1,500.00 anuales que desde 1872 recibía por parte de la Tesorería de la Nación.  

El arquitecto Silvio Contri diseño su residencia de 38 habitaciones en Ciudad de México.

El 12 de mayo de 1877 su cuñado José Sánchez Ramos se casa con su hermana María de Jesús Juárez Maza.  

Sus hijas Carmen e Isabel Sánchez Juárez contrajeron nupcias, la primera con el comerciante Javier Algara y Cervantes; la segunda con el abogado y negociante Ramón Corona hijo.  

El 27 de agosto de 1898 falleció su esposo Delfín Sánchez Ramos.  Días antes paseaba por los campos de la Hacienda de Tenextepango en Morelos, acompañado de sus amigos Nacho de la Torre y Mier, y Porfirio Díaz hijo; el carruaje se volcó y los tres cayeron, Delfín Sánchez se lastimó las costillas y se agravó en él un problema de corazón que padecía desde joven, lo que le provocó la muerte.  

Felícitas pasó a ser una de las viudas más distinguidas y ricas de la elite porfiriana.  Guardó probablemente luto durante los dieciocho o veinticuatro meses que dictaba la costumbre.

En septiembre de 1898 escuchó el testamento de su difunto esposo mediante el que quedó instituida como albacea y heredera única; si moría, sus hijas Isabel y Carmen recibirían la herencia por partes iguales.  

Como varias damas de entonces, visitó asilos y probablemente otras instituciones de beneficencia pública.   

Falleció a los 57 años de edad, en su casa, cuando regresaba de un paseo. 

El 24 de febrero de 1905 fue enterrada en el Panteón Español en Ciudad de México.



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