José de León Toral nace en Matehuala, SLP nace en Matehuala, SLP el 23 de diciembre de 1900 y muere fusilado en el Polígono de la Penitenciaria de Lecumberri en Ciudad de México el 9 de febrero de 1929; dibujante y fanático católico; asesinó cobardemente al general Álvaro Obregón (Presidente electo de la República, el 17 de julio de 1928); el 7 de febrero de 1929 el Presidente Emilio Portes Gil recibe petición de indulto de defensores de José de León Toral.
Hijo de Aureliano de León y María Toral. Padre de la religiosa Esperanza de León.
En 1920 junto con su familia, llegó a Ciudad de México. Se instaló en la Colonia Santa María la Ribera.
Formó parte del Centro Unión (hoy Club América).
Trabajó con su padre en el negocio familiar.
Obtuvo una plaza de maestro en el Colegio Apolonio del Valle.
Por las tardes trabajaba en el periódico Excélsior como dibujante.
Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de la Universidad Nacional.
En la Academia de San Carlos, donde estudió pintura, antes de entrar a la clase de modelaje, preguntaba si el modelo era hombre o mujer. Cuando le mentían que era hombre y se veía frente a una mujer desnuda, se retiraba a un rincón a santiguarse y a pedir perdón a Dios.
Perteneció a la Acción Católica de la Juventud Mexicana, donde conoció a varios hombres y mujeres, que participarían en la Guerra Cristera.
En enero de 1925 contrajo matrimonio con Paz Martín del Campo, con quien tiene dos hijos (Juan José y Esperanza de León Martín del Campo).
Miembro de la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa o Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa.
Después del fusilamiento de Humberto Pro, José de León Toral lo sustituyó como jefe de la organización cristera en la Colonia Santa María la Ribera.
Hizo amistad con Humberto Pro y las hermanas Leonor y Margarita Rubio.
Después del fusilamiento de Humberto Pro, José de León Toral lo sustituyó como jefe de la Liga Defensora de la Libertad Religiosa en la Colonia Santa María la Ribera.
El 13 de noviembre de 1927 unos conocidos activistas católicos, entre ellos Luis Segura Vilchis, habían tratado de asesinar a Alvaro Obregón con una bomba, arrojándola a su automóvil, cuando transitaba por la Avenida Jalisco (hoy Álvaro Obregón).
En marzo de 1928 las señoritas Leonor y Margarita Rubio le presentaron a la Madre Conchita.
El 11 de julio de 1928 después de una misa clandestina, José de León Toral se detuvo un momento para comentar a la Madre Conchita: "Madre, ¿ya supo lo que le pasó al aviador Carranza? Lo mató un rayo", "¡Cómo Dios no me da un aparatito para lanzar rayos y poder mandarle uno al general Calles, otro a Obregón y otro más al patriarca (Joaquín) Pérez (y Búdar)!"
El 14 de julio de 1928 el sacerdote jesuita José Aurelio Jiménez Palacios bendijo la pistola con la que José de León Toral asesinaría a Obregón, proyecto del cual el sacerdote ya estaba enterado.
El 17 de julio de 1928 en Ciudad de México, con el pretexto de mostrarle un retrato que la había realizado se acercó al general Alvaro Obregón, durante la comida que se ofrecía en el restaurante "La Bombilla" del Barrio de San Ángel
y le disparó cinco o seis tiros con una pistola española de marca Star calibre 32, mientras la orquesta del maestro Esparza tocaba la pieza "El limoncito". Fue detenido.
y le disparó cinco o seis tiros con una pistola española de marca Star calibre 32, mientras la orquesta del maestro Esparza tocaba la pieza "El limoncito". Fue detenido.
El 6 de agosto de 1928 monseñor Miguel M. de la Mora, obispo de San Luis Potosí, declaró a la prensa que "no es el clero católico el autor del atentado".
El 2 de noviembre de 1928 Día de Muertos, comenzó el juicio contra José de León Toral y la madre Concepción Acevedo y de lata por el asesinato del general Alvaro Obregón; los acusados portaban abrigos, ante algunas muestras de apoyo y abucheos de grupos obregonistas, entraron en la sala del juicio.
José de León Toral declaró "No me inspiré en Judas, sino en Judith, la que mató a Holofernes para salvar a su pueblo".
Fue torturado espantosamente. José de León Toral describió las torturas que la infringió la policía, las mismas que ilustró en su cuaderno de dibujo con el título “Mi martirio".
Sus defensores, los licenciados Demetrio Sodi, José García Gaminde, Gabriel Gay Fernández y Femando Ortega, protestaron por las flagrantes irregularidades del juicio.
Su defensor, el licenciado Demetrio Sodi alegó que el cadáver de Álvaro Obregón mostraba orificios de proyectiles de tres calibres diferentes, es decir, que no sólo Toral le disparó, pero esa evidencia no se tomó en cuenta, dando preferencia a la confesión de Toral, de que había actuado solo.
Se autorretrato hablando con Jesús, con la virgen de Guadalupe, ante quien parece Juan Diego.
Durante el juicio bajo juramento y ante la presencia del juez y los miembros del jurado, la Madre Conchita aceptó que sus palabras textuales durante una conversación con José de León Toral "¡Sí! ¿Qué mueran los generales Calles y Obregón, y también el patriarca Pérez.
José de León Toral durante los interrogatorios públicos y estando presente la Madre Conchita, dijo que las palabras de la abadesa fueron: "¡Dios sabrá lo que hace! Pero lo que sí sé es que para que se compongan las cosas en este país es indispensable que mueran Calles, Obregón y el patriarca Pérez".
Durante su juicio, señaló que el detonante que lo llevó a cometer el homicidio fue el fusilamiento del padre Miguel Agustín Pro, en la Guerra Cristera.
Cuando Elias Calles le preguntó a José de León Toral por qué había cometido el crimen, le respondió: “…para que Cristo pudiera reinar en México”.
El 7 de noviembre de 1928 durante el llamado "Juicio del siglo", un numeroso grupo de fanáticos obregonistas, encabezados por senadores y diputados del PNR, irrumpieron violentamente bajo el grito: "¡Viva el general Obregón! ¡Y mueran Toral y la Monja Alférez! ¡Mal rayo los parta! ¡Muera Toral! ¡Muera la Madre Tatiana!".
Por sus declaraciones, tanto el juez Aznar Mendoza como los miembros del jurado decidieron condenar a la pena de muerte a José de León Toral y a 20 años de prisión a la Madre Conchita.
El 7 de noviembre de 1928 durante el llamado "Juicio del siglo", un numeroso grupo de fanáticos obregonistas, encabezados por senadores y diputados del PNR, irrumpieron violentamente bajo el grito: "¡Viva el general Obregón! ¡Y mueran Toral y la Monja Alférez! ¡Mal rayo los parta! ¡Muera Toral! ¡Muera la Madre Tatiana!".
Por sus declaraciones, tanto el juez Aznar Mendoza como los miembros del jurado decidieron condenar a la pena de muerte a José de León Toral y a 20 años de prisión a la Madre Conchita.
En la confusión trataron de linchar a los acusados: a José de León Toral le arrancaron mechones de su cabello, lo abofetearon ante la mirada aterrada del juez y los 28 integrantes del jurado; a la Madre Conchita le llovieron escupitajos y patadas que le causarían la fractura de la tibia de la pierna izquierda, una dolencia que la acompañaría por el resto de su vida.
El 9 de noviembre de 1928 el secretario del Juzgado, Lic. Luis Lajous, leyó el veredicto: "Después de haber escuchado las pruebas y refutaciones presentadas por ambas partes, este Tribunal Popular condena a José de León Toral, acusado de cometer materialmente el crimen del presidente electo de México, a la pena capital, la cual habrá de ejecutarse cundo lo solicite el agente del ministerio Público".
Durante la lectura de su sentencia se concluyó que "si ella no hubiera pronunciado esas palabras, José de León Toral jamás hubiera matado al general Obregón".
Fue uno de los asesinos de Álvaro Obregón y el único que pagó por ello.
El 21 de noviembre de 1928 se subastan sus dibujos a lápiz y en tinta, así como acuarelas realizadas entre 1920 y 1928, cuyos precios de salida oscilan entre los 800 y los 4 mil pesos.
El 7 de febrero 1929 el presidente Emilio Portes Gil recibe petición de indulto de sus defensores.
Fue fusilado por un pelotón de ocho gendarmes a cargo del comandante José Rodríguez Rabiela.
El sacerdote Luis Soto le untó en el rostro del ejecutado los aceites de la extremaunción. Su sangre manchó el traje y las manos del padre Soto y no le permitieron salir de la penitenciaría una sola gota de sangre de León Toral para evitar que los mochos la conviertan en zumo de reliquias. Lo obligaron a lavarse las manos y a frotar su traje con zacate y jabón y le quitaron su pañuelo blanco manchado.
Los forenses Madrid Mendizábal, Lozano Garza y Torres Torrija examinaron su cadáver y le sacaron con jeringas hasta la última gota de sangre, totalmente limpio y seco, deshidratado antes de extender el certificado de defunción.
Su cuerpo fueentregado a su primo, el doctor Pascual Toral Moreno.
Se dice que los doctores Pascual Toral Moreno y Aristeo Domínguez suturaron las heridas y sacaron el corazón de José de León.
El fotógrafo Manuel Ramos fotografió el corazón perforado con una cartulina blanca detrás donde alguien ha escribo "Corazón de José de León Toral".
Los Trovadores Tapatíos cantaban "El corrido de León Toral".
Se dice que los doctores Pascual Toral Moreno y Aristeo Domínguez suturaron las heridas y sacaron el corazón de José de León.
El fotógrafo Manuel Ramos fotografió el corazón perforado con una cartulina blanca detrás donde alguien ha escribo "Corazón de José de León Toral".
Los Trovadores Tapatíos cantaban "El corrido de León Toral".
En 1932 su viuda, Paz Martín del Campo se casó con Rosendo Vázquez, con quien tiene un hijo.
En una vieja casona de la Colonia Santa María la Ribera, muy cerca de donde vivió, se inauguró el Centro de Estudios Históricos José de León Toral.
En 2001 un grupo de familiares y simpatizantes de José de León Toral intentaron abrir su causa de canonización en el Arzobispado de México. El arzobispado no aceptó abrir el proceso de canonización.
Su hija, la religiosa Esperanza de León declaro "Mi padre es un santo, un mártir, un héroe que ofreció su vida por la causa de Cristo. Para mí y para mi familia está en lo más alto del cielo".
Su sobrino Jorge de León dijo que "sacrificó su vida con fines religiosos".
El historiador Rius Facius redescubrió el testimonio de la revisión del cadáver de Alvaro Obregón realizada por un médico donde consta que el cuerpo presentaba orificios de bala de diferentes calibres, lo que hace suponer que se utilizó más de un arma para asesinar a Alvaro Obregón.
"Señor, si Tú estás conmigo
¿que me importa que los hombres me condenen?
José de León Toral
José de León Toral quizá nunca llegue a ser santo, pero si es un héroe que libró a la Nación de alguien tan nefasto como Obregón, quin se perfilaba para ser otro Porfirio Díaz o quizá peor.
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