miércoles, 5 de febrero de 2020

Agustín de Ahumada y Villalón (1715-1760)

Agustín de Ahumada y Villalón, Marqués de las Amarillas nace Ronda, Andalucía, España en 1715 y muere en Ciudad de México el 5 de febrero de 1760; noble y militar; II marqués de las Amarillas; gobernador de Barcelona; 42º Virrey de la Nueva España (10 de noviembre de 1755-5 de febrero de 1760); celebró el nombramiento de la Virgen de Guadalupe como la patrona de la Nueva España.

Hijo de Bartolomé Félix de Ahumada y Mendoza y de Luisa Gertrudis Villalón y Narváez, Luisa Gertrudis Villalón y Narváez.  

Contrajo matrimonio con su sobrina Luisa María del Rosario de Ahumada.  

En 1754 nació su hijo Agustín Ahumada y Ahumada.  

En 1755 junto con su familia, se embarcó en Cádiz rumbo a la Nueva España.  

El 10 de noviembre de 1755 toma posesión como el 42º Virrey de la Nueva España.

Su pequeño hijo Agustín de Ahumada recibió el nombramiento de capitán de la Guardia de Infantería del Real Palacio.  

Su hijo enfermó.  

El 1 de marzo de 1756 falleció su pequeño hijo Agustín.  

Manuel Romero de Terreros en "Bocetos de la vida social en la Nueva España" relata que en la capilla del Palacio Real fue el sepelio del pequeño Agustín, que sobre "una cama con colgaduras de damasco carmesí [estaba] el pequeño ataúd forrado de terciopelo nácar, guarnecido de franjas de Milán, y cuya tapa, cantoneras y tachuelas, eran de plata amartillada.  Servíanle de mortaja un hábito de monje Benito, pero adornaban el severo sayal ricos ahogadores de diamantes, ‘siendo la guirnalda de los más costosos brillantes’".   

Los familiares trasladaron el cadáver del pequeño Agustín al Convento de Santo Domingo, acompañados por representantes de la divisiones de infantería y caballería.    

Mandó hacer un retrato póstumo del pequeño Agustín, titulado "Caballerito Ahumada", recostado sobre un lujoso lecho de terciopelo azul con detalles en hilos de oro y plata, y rematado con finos encajes.  Los niños difuntos eran considerados angelitos y los vestían como un santo o advocación religiosa.

A fin de soportar el dolor por tan terrible pérdida, los virreyes se trasladaron a Tacubaya a pasar el luto.  

Recibió y dio lectura a la proclama del Papa Benedicto XIV en la que se designaba a la Virgen de Guadalupe como patrona del reino.  

Joaquín Magón realizó una obra de arte efímero que se usaban para dar bienvenida a Virreyes, Arzobispos y otras autoridades en la Nueva España, que se colocó en la Catedral de Puebla para darle la bienvenida al virrey Agustín de Ahumada.  


Mando construir la Fuente de Belén, considerada la más antigua de la capital de la Nueva España.  

En 1756 se ocupó de arreglar irregularidades del clero de Puebla, el que concedía autorización a personas de poca confianza para la fabricación de aguardiente y para explotar casas de juego.  

En 1756 fundó otro presidio San Agustín de Ahumada, erigido en el Condado de Chambers.  

En 1757 fundó la Misión de la Santa Cruz de San Saba.  

En 1758 los indios Comanches, aliados con otras tribus del norte, atacaron la Misión de la Santa Cruz y prácticamente la destruyeron.  

Organizó una expedición de castigo contra los indios agresores al mando del coronel Diego Ortiz Padilla.  Este sufrió una grave derrota en el Río Rojo a manos de los indios.  Las noticias de la derrota del coronel Padilla le llegaron poco antes de su muerte.  

El 27 de agosto de 1759 ordena a los naturales de San Esteban de la Nueva Tlaxcala (hoy Saltillo, Coah.) "guardar el debido respeto a los alcaldes mayores y acudir en caso necesario a las acciones de guerra contra los indios".   

En 1759 apoyo la reubicación de los poblados de Michoacán cercanos al naciente Volcán de Jorullo (29 de septiembre de 1759).  

Una de las últimas acciones del virrey fue mandar limpiar de arena las calles de Veracruz, pues a muchas de las casas se entraba ya por las ventanas a causa de los médanos.

Ya tenía algún tiempo estar enfermo, por lo que en varias ocasiones se refugió en Cuernavaca, para que la calidez del clima apaciguara sus dolencias.   

Fue sepultado en la Iglesia de la Piedad en Ciudad de Mèxico.  

La Real Audiencia de México abrió el pliego de mortaja y encontró que se nombraba virrey interino de Nueva España al gobernador de Cuba Francisco Echeverri, quien llevo el cargo de febrero a junio de 1760.  

Dejó a su esposa en una situación económica muy crítica, por lo que tuvo que pedir ayuda al arzobispo Manuel Rubio y Salinas para regresar a España, donde moriría el 10 de diciembre de 1791.




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