Francisco Javier Lizana y Betaumont nace en Arnedo, España el 3 de diciembre de 1750 y muere en Ciudad de México el 6 de marzo de 1811; religioso español; la Junta Central de Aranjuez lo nombra como 45º Virrey de la Nueva España (19 de julio de 1809-1810), a su virreinato se le llamo "el pontificado".
Hijo de Bernardo de Lizana y de Bernarda de Beaumont.
Se trasladó a Calatayud, donde ingresó en la Universidad de Zaragoza para cursar jurisprudencia canónica y civil, mereciendo los grados de doctor en ambos derechos.
En 1771 y con 21 años, recibió los grados de doctor en ambos derechos.
En 1772 se trasladó a la Universidad de Alcalá de Henares, donde fue profesor.
El 21 de Febrero de 1795 fue consagrado obispo in partibus de Taumasia de Toledo.
En 1801 fue designado Obispo de Teruel.
El rey Carlos IV lo designa para reemplazar al arzobispo de México, Alonso Núñez de Haro y Peralta, quien había fallecido el 26 de mayo de 1800. Se dice que renunció tres veces al nombramiento, en obediencia al rey, aceptó el cargo.
En 1802 se embarcó acompañado por Pedro de Fonte, a quien designó como Provisor y vicario general del arzobispado.
Al desembarcar en el Puerto de Veracruz, su primera disposición fue nombrar gobernador de la mitra al doctor Juan Francisco de Campos, deán de la iglesia Metropolitana, quien con las formalidades de estilo tomó posesión el 27 de febrero.
En enero de 1803 junto con el virrey Iturrigaray, llegó a Ciudad de México.
El 11 de enero de 1803 tomó posesión de la Arquidiócesis de México. Su primer edicto, fechado el 30 de enero de 1803, fue para convocar al clero a realizar unos ejercicios espirituales.
Celebraba una junta semanal con los curas de su arzobispado. Visitó todo su arzobispado. En Guanajuato fundó el pueblo de indios de la Concepción de Arnedo. Dividió los curatos de Santiago y San Sebastián de Querétaro. Procuró la reforma en puntos de Liturgia, extinción de abusos y mejora del ministerio sacerdotal. Reglamentó los monasterios de religiosas y los tribunales eclesiásticos. Publicó veinticinco cartas pastorales.
En 1808 participó en la conspiración que depuso al virrey Iturrigaray, gracias a esos disturbios se dio la conspiración de los insurgentes.
Fue de los que propusieron a Pedro Garibay para que se hiciese cargo interinamente del virreinato; pero como la Junta de Aranjuez estuvo informada de que Garibay estaba ya anciano y enfermo, así como que sólo era un instrumento de los comerciantes ricos y de la Real Audiencia de México, dispuso que fuera sustituido interinamente por el arzobispo de México Francisco Javier Lizana y Beaumont.
En virtud de que el rey de España, Fernando VII, es prisionero de Napoleón en Francia, la Junta Central de Aranjuez lo nombra como 58º virrey de la Nueva España.
Como Virrey renunció a un crecido sueldo en favor del Tesoro Nacional.
En ese periodo, su primo, el inquisidor Sáenz de Alfaro, gobernó el arzobispado.
El 14 de agosto de 1809 en Valladolid (hoy Morelia, Mich.), Manuel Abad y Queipo informa al virrey-arzobispo Francisco Javier de Lizana y Beaumont de su oposición al cumplimiento de la Real Cédula del 12 de marzo relativa al préstamo de 20 millones.
El 18 de agosto de 1809 aparece la Nueva representación de Manuel Abad y Queipo sobre el préstamo de 20 millones y acerca de la organización de un ejército.
El 21 de septiembre de 1809 el virrey-arzobispo Francisco Javier de Lizana y Beaumont sustituyó la Junta Consultiva con la Junta de Seguridad y Buen Orden encargada de combatir la infidencia en la Nueva España.
En su escaso mandato como virrey envió a España más de tres millones de pesos.
Se rumoreaba que los miembros del Real Acuerdo, buscaban asesinarlo. Solicitó a los ministros del Tribunal de la fe, y no a la Junta de Seguridad y Buen Orden, que dirimiesen sobre los testimonios para determinar la verdad sobre la confabulación.
En abril de 1810 estuvo en Querétaro para fundar el nuevo convento de las religiosas carmelitas descalzadas.
El 8 de mayo de 1810 fue destituido por la Junta Central, menos de un año después de su nombramiento.
El arzobispo Francisco Javier de Lizana, virrey de la Nueva España, entrega el poder a la Audiencia de México, la que nombró regente a Pedro Catani.
El 14 de agosto de 1810 el Arzobispo de México, Francisco Javier de Lizana y Beaumont levanta la reclusión de que era objeto desde junio pasado, al doctor Miguel Ramos Arizpe, cura de Borbón en el Obispado del Nuevo Reino de León, por haber dejado la Diócesis sin autorización.
El 11 de septiembre de 1810 una denuncia firmada de Juan Alonso a Juan de Noriega acerca del movimiento revolucionario que se preparaba en Dolores para que entregue un pliego adjunto al Virrey y Arzobispo Francisco Javier de Lizana y Beaumont.
El 24 de septiembre de 1810 el Arzobispo de México, Francisco Javier de Lizana y Beaumont exhorta a sus fieles y demás habitantes de su diócesis, para que no ayuden al Miguel Hidalgo en la revolución y que vuelvan a su hogar.
El 24 de septiembre de 1810 el obispo de Michoacán Manuel Abad y Queipo, decretó la excomunión mayor del canon Siquis suadente Diabolo en contra Miguel Hidalgo y sus compañeros perturbadores del orden público, por haber iniciado la lucha de emancipación considerada como una rebeldía y herejía. omo el abad Manuel Abad y Queipo aún no estaba consagrado y su nombramiento había sido hecho por la regencia se suscitaron dudas sobre la excomunión, por lo que el Arzobispo de México, Francisco Javier de Lizana y Beaumont con edicto del 11 de octubre de 1810 declaró que la excomunión estaba hecha por superior legítimo.
El arzobispo Francisco Javier de Lizana y Beaumont describió a Miguel Hidalgo “como un astro brillante por su ciencia”.
Como el abad Manuel Abad y Queipo aún no estaba consagrado y su nombramiento había sido hecho por la regencia se suscitaron dudas sobre la excomunión.
El 11 de octubre de 1810 el arzobispo de México, Francisco Javier Lizana y Beaumont excomulga a Miguel Hidalgo y Costilla, confirmando la excomunión decretada por el obispo de Michoacán, Manuel Abad y Queipo es legítima y válida la excomunión decretada por el Obispo de Michoacán. Describió a Miguel Hidalgo "como un astro brillante por su ciencia".
El 27 octubre 1810 el Arzobispo de la Ciudad de México, Francisco Javier de Lizana, ordena al obispo de Linares, que el doctor Miguel Ramos Arizpe se traslade a España a la brevedad para cumplir con su encargo como Diputado por la Provincia de Coahuila.
Fue estrenado en sus honras fúnebres un magnífico Cenotafio o túmulo obra del escultor Manuel Tolsá.
Fue enterrado en la Cripta de los Arzobispos en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
José Toribio Medina recoge, siguiendo la obra de Beriatáin, la trayectoria de Francisco Javier Lizana de Beaumont, desde su nacimiento en Arnedo en el año 1750 hasta su muerte en el año 1811.
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