miércoles, 13 de abril de 2022

María Josefa Teresa de Busto y Moya (1682-1742)

María Josefa Teresa de Busto y Moya nace en la villa de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato en 1682 y bautizada en el Templo de Nuestra Señora de Guanajuato el 8 de octubre de 1682 y muere en Aguas Buenas (Silao, Gto.) el 13 de abril de 1742; dama y benefactora guanajuatense; se debe la fundación de la actual Universidad de Guanajuato.


Hija del capitán y minero Francisco Busto Muñóz de Xerez y de Francisca de Moya y Monroy.  Hermana de Francisco Xavier, Andrés Antonio y Andrés Antonio, Francisco Matías de Busto y Moya.  

Vivió la mayor parte de su niñez y juventud en la ciudad de Santiago de Querétaro.   

Regresa a Guanajuato raíz de su matrimonio.  

En 1701 contrajo matrimonio con Manuel Gonzalo Aranda Saavedra, español originario de la provincia de Extremadura, España.  Tuvo 11 hijos (Alfonso, Josefa Manuela, Juan Ignacio, Manuel Francisco, Miguel Ambrosio, María Antonia de Guadalupe, Vicente y Ramón Luis Aranda de Busto).   

En 1729 al enviudar, se hizo cargo de los negocios que hasta entonces administraba junto con su esposo Manuel Gonzalo Aranda Saavedra. 

El 1 de octubre de 1732 se funda el Hospicio de la Santísima Trinidad, a instancias de doña Josefa Teresa en la que fuera su casa (hoy Universidad de Guanajuato) y otros guanajuatenses.  

Se propuso fundar un colegio de la Compañía de Jesús en la Villa de Guanajuato.  Su iniciativa fue secundada por varios empresarios mineros de la localidad, quienes se comprometieron a recaudar fondos diariamente, obtenidos de las ganancias que generaban las minas que tenían en propiedad.   


En este afán destacaron entre otros, su hermano el marqués don Francisco Matías de Busto y Moya quien se comprometió a dar $10,000 pesos en reales y Juan de Hervas, con $5,000 en reales.  

El 23 de mayo de 1732 compareció ante el escribano público, Félix Alfonso Martínez de León, para dejar constancia formal del ofrecimiento de $60,000 en reales para la manutención del colegio jesuita, si la autorización para fundarlo, de parte de Felipe V, Rey de España, se concretaba en los siguientes ocho años, a partir de la fecha de la elaboración de esta escritura.  En posterior escritura, la benefactora daría en cesión la casa que tenía en la calle de Cereros (hoy calle Lascuráin de Retana), justo donde ahora se encuentra el Edificio Central de la Universidad de Guanajuato.  Esta casa incluía la capilla que otrora fuera del hospital de los indios otomíes, y que actualmente es el Salón del Consejo Universitario.


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