sábado, 5 de enero de 2019

Catalina de Médici "madame serpiente" (1519-1589)

Caterina Maria Romula di Lorenzo de' Medici conocida como Catalina de Médici "madame serpiente" nace en Florencia, Italia el 13 de abril de 1519 y muere en Blois, Francia el 5 de enero de 1589; damaflorentina; reina consorte de Francia.
Catalina de Médici a los 13 años por Corneille de Lyon.

Hija de Lorenzo di Piero de' Medici y de Magdalena de la Tour de Auvernia (condesa de Boulogne).  

El 28 de abril de 1519 en Florencia, tres semanas después de su nacimiento, su madre Magdalena falleció de fiebres puerperales.  


Su padre, el duque de Urbino, Lorenzo II de Médici tuvo que defender la región después de que fuera atacada por Francesco Maria, un exduque de Urbino, quien había planeado su venganza durante un momento vulnerable para la familia paterna.  Su padre fue herido.

El 4 de mayo de 1519 en la Villa de Careggi en Florencia, falleció su padre Lorenzo II de Médici. 


Catalina paso a la tutela de su abuela Alfonsina Orsini,

El 7 de febrero de 1520 en Florencia, falleció su abuela Alfonsina Orsini.


Su padre, Lorenzo II de Médici había sido hecho duque de Urbino por su tío, el Papa León X, pero a su muerte, el ducado pasó a Francesco María della Rovere, por lo que Catalina no heredó el título, aunque todos se refirieran a ella como la duchessina.  

Entonces la niña Catalina de Médici pasó al cuidado de sus tías ya casi ancianas, Clarice de Médicis y Maria Salviati. 

En 1523 su primo, el Papa Clemente VII, ordenó que fuera alojada en el Palazzo Medici-Riccardi en Florencia.  

El 3 de mayo de 1528 en Florencia, falleció su tía Clarice di Piero de' Medici,


Los republicanos florentinos aprovecharon la derrota del Papa Clemente VII por Carlos V y el desorden instaurado en Roma, para revelarse contra los Médici y tomar el poder en Florencia.  En medio de los graves disturbios, Catalina fue tomada como rehén por los rebeldes, que amenazaron con violarla y matarla, cuando las tropas del imperio asediaron la ciudad.  

Para protegerla fue llevada a vivir en distintos conventos, como una religiosa más y después al Vaticano, donde se formó bajo la atenta mirada del Papa Clemente VII, recibiendo una formación exquisita y completa, sobre bases humanistas y neoplatónicas.  


Cuando se alcanzó la paz, el Papa Clemente VII la llevó a vivir con él en Roma. 

A principios de 1533 arregló su unión con el duque Enrique de Orleans (segundo hijo del rey Francisco I de Francia.

El 28 de octubre de 1533 en Marsella, ante el Papa Clemente VII, que también viajó para entrevistarse con el rey Francisco I, contrajo matrimonio con Enrique duque de Orleans (futuro rey Enrique II de Francia).  
 Boda de Catalina de Médici y Enrique por Giorgio Vasari.

Es la primera mujer en usar tacones en una boda, aunque otros dicen que fueron creados para su esposo Enrique II.

La falta de nobleza de Catalina, fue compensada con una gran dote de 100,000 escudos de plata y 28,000 en joyas; una cifra tan elevada, que hizo que los franceses la apodaron "Madame la Banquera".  

Catalina se caso con el segundo hijo del rey Francisco I de Francia y éste dejaría la corona, algún día, a su hijo mayor, el Delfín Francisco.  

Llevo de Florencia el tenedor y la moda de los perfumes, por lo que varios reputados perfumistas italianos viajaron a Francia y abrieron sus tiendas en París.  También la acompañó su adivino favorito Cosimo Ruggieri 


Se cree que Catalina llevó a Francia el misterioso "Veneno de los Médici", fabricado casi artesanalmente con "belladona", una planta que tiene la facultad de dilatar las pupilas, y que contiene atropina, una droga aceleradora del ritmo cardíaco y que en altas dosis resulta mortal.  

Se dice que la habitación de la reina Catalina de Medici tenía dos entradas:  una puerta daba a la capilla y la otra llevaba a la habitación de su astrólogo Côme Ruggieri, que elaboraba sus horóscopos diarios para que pudiera tomar sus decisiones gubernamentales.  
Catalina de Medici  Cosimo Ruggeri.

Se cuenta que la propia Catalina había perfeccionado su técnica para matar a su cuñado, probando el veneno en huérfanos, mendigos y enfermos, a los que nadie lloraría, anotando cuidadosamente sus efectos, con el único objetivo de que su marido se convirtiera en el próximo rey y ella, en reina.  



En 1536 su esposo Enrique de Orleans fue reconocido duque de Bretaña, sin coronación,

La ballesta de Catalina de Medici es un arma de caza lanza jalets, pequeñas bolas de terracota o plomo.
 


El 10 de agosto de 1536 la repentina muerte del hijo mayor y heredero del rey Francisco I, hizó que su esposo fuera el heredero de la corona francesa; el temor de Catalina era que aun no había tenido hijos, por lo que ya presentía la oscura amenaza del repudio.  

En París aparecieron unos panfletos que acusaban a la duchessina de envenenadora, con esto nació la leyenda de la reina despiadada y cruel que no dudaría en utilizar todo tipo de magia y hechizo para retener la corona de Francia.  

En la corte recomendaron al rey Fancisco I y a su esposo Enrique, ya convertido en delfín repudiarla, ya que era necesario continuar la línea sucesoria de la monarquía francesa.  


El delfín Enrique repudiaría a Catalina y se pensó en alguna de las princesas extranjeras capaces de reemplazarla, como la princesa Claudia de Guisa.  

Catalina sabía perfectamente que su posición corría riesgo si no lograba darle hijos a su esposo, por lo que comenzó a recurrir todo lo que en esa época se consideraba infalible:  usaba talismanes, bebía filtros, consultaba astrólogos y alquimistas, leía tratados médicos, lanzaba conjuros contra la mala suerte y evitaba montar en lomo de mulo, un animal conocido por su infecundidad, practicó con celo todo tipo de posiciones sexuales con su marido hasta lograr engendrar a su primer hijo.  

Con la ayuda de astrólogos, curanderos, alquimistas, brujos, supersticiosos y remedios caseros, logró tener diez hijos (Francisco, Isabel, Claudia, Luis, Carlos IX, Alejandro Eduardo o Enrique III, Margarita, Hércules, las gemelas Victoria y Juana de Francia).  
Catalina de Médici con sus hijos por Francois Clouet.

Inventó un talismán formado por una amalgama de oro y bronce, fundido y dorado al fuego, en donde aparecían grabadas una mujer y un hombre que personifican a Hagei, el poder de Venus, y Asmodei, rey de los demonios lujuriosos; se dice que gracias a este amuleto, que llevaba a todas partes, Catalina logró engendrar a su tercer hijo, que fue el que más se hizo esperar.  

Otros afirmaron que llevaba siempre, en contacto con la piel de su estómago, un trozo de pergamino que, según sus enemigos, era la piel de un niño desollado y un talismán, hecho con sangre humana, que le permitía ver el futuro.  

El 25 de julio de 1547 en la Catedral de Reims, su esposo fue coronado rey de Francia como Enrique II. 

Durante los festejos nupciales de su hija, la princesa Isabel con el rey Felipe II de España; la corte había organizado unas fiestas caballerescas a las que fueron invitados nobles y caballeros de todos los rincones de Europa, y el galante Enrique II quiso intervenir en una justa en honor a su amante, Diana de Poitiers, enfrentándose al caballero Gabriel de Lorges, conde de Montgomery; en la competencia, el noble atacó al rey con una lanza quebrada y una astilla atravesó el yelmo y se alojó en el ojo de Enrique; Catalina se hizo cargo de la situación, tras las primeras curaciones, el rey no mejoraba, y se comprendió que una astilla había quedado dentro de su cerebro; ordenó que se reprodujera la herida en 10 condenados a muerte, a los que también se les clavó una astilla en el ojo, los médicos trataron de curarlo, aunque sin éxito y todos fallecieron al poco tiempo, fueron decapitados para estudiar una solución; pero fue inútil.

El 10 de julio de 1559 en Hôtel des Tournelles, falleció su esposo el rey Enrique II de Francia.

Cuatro años antes, el profeta Michel de Nostradamus, había relatado ese acontecimiento con una exactitud increíble:  "El León joven dominará al viejo en un torneo, le reventará los ojos en jaula de oro y el viejo morirá de muerte cruel"; la fama del astrólogo se difundió rápidamente por Europa y Catalina lo llamó a su corte.  

Una noche, Cosimo Ruggieri le hizo ver a la reina un espejo presuntamente mágico, donde la reina vio aparecer, una después de otra, las figuras de sus hijos Francisco, Carlos y Enrique, primero apareció el reflejo del delfín, Francisco, que dio una vuelta por la habitación y desapareció; después apareció el príncipe Carlos, quien dio catorce vueltas, y finalmente apareció Enrique, quien dio quince vueltas; según le explicó el astrólogo, cada vuelta correspondía a un año de reinado; después de ello, si sus hijos no tenían descendencia, los Valois llegarían a su fin.  

Al ascender al trono su hijo mayor, Francisco II, empezó a manejar con mano dura y hasta maquiavélica los designios de Francia, lo que le valió el apodo de "Madame Serpiente".  

En 1560 el embajador francés en Lisboa, Jean Nicot envió una carta a la reina Catalina de Médicis, junto a una muestra de tabaco, describiendo los usos medicinales de esta planta procedente del Nuevo Mundo, en agradecimiento a esta encomiable labor terapéutica, durante algún tiempo el tabaco se conoció como "herbe á la reine", "herbe á Nicot" o " nicotina".

En 1560 su hijo Francisco II murió bruscamente tras haber agonizado durante un mes, aquejado de una violenta fiebre, su rostro se había cubierto de manchas, su aliento se volvió insoportable y un absceso que había aparecido detrás de la oreja derecha se extendió rápidamente por toda su cabeza.  

Debido a que Carlos IX, era un niño de diez años, fue declarada regente de Francia; con el tiempo, este hijo se convirtió en un joven desquiciado, una locura asesina se apoderaba frecuentemente del él durante las cacerías, donde se sentía extasiado de ver sangrar a los animales que mataba; pasaba hasta catorce horas matando ciervos, confundía el día con la noche y casi no intervenía en los asuntos del gobierno, lo cual a Catalina le resultaba fascinante.  

Se dijo que Carlos IX había muerto a causa de la sífilis y la tuberculosis, pero Catalina culpó a los hugonotes, los protestantes enemigos de Francia, pero el verdadero motivo de su muerte, era que Catalina  había impregnado con venenos las hojas de un libro sobre cetrería destinado a su yerno, el rey Enrique de Navarra.  

Se dice que mantuvo a un grupo de 80 mujeres que obedecían sus órdenes y espiaban para ella, estas damas eran una atracción más, a veces hacían de camareras con el pecho desnudo en los festejos para luego mezclarse con los invitados (ministros, políticos, nobles, diplomáticos, religiosos); las mujeres del escuadrón, todas bellísimas, debían conquistarlos para sacar información o conducirlos por el camino que la reina indicaba.  
Catalina de Médici vestida de negro por Antoine Caron.

A estas mujeres les exigía belleza, cuerpos armoniosos, ausencia de vicios, obediencia ciega y pocos escrúpulos en todos los sentidos, pues debían seducir a los caballeros e incluso conseguir que se enemistasen entre ellos por sus  favores; eran expertas en las artes amatorias; debían vigilar no quedar embarazadas, pues entonces eran automáticamente expulsadas del escuadrón; a cambio, Catalina les proporcionaba todas las comodidades, generosas retribuciones y su agradecimiento.  

Nostradamus elaboró horóscopos para la reina Catalina de Médici y Enrique II.  

En 1561 Jean Nicot le envió rapé, como tratamiento medicinal para las migrañas padecidas por su hijo.  

El 17 de enero de 1562 promulga en Francia el "Edicto de Saint-Germain" que consagra la libertad de conciencia y la libertad de culto para los protestantes.  

En 1571 su astrólogo Cosimo Ruggieri, le predijo que moriría "prés de Saint-Germain" (cerca de Saint-Germain), desde entonces, ella pasó años alejada todo lo que pudiera recordarle siquiera aquel nombre, abandonando, el Palacio de las Tullerías, porque estaba edificado en la parroquia de Saint-Germain L’Auxerrois; así que cuando llegó su hora, un sacerdote acudió a darle la extremaunción, Catalina le preguntó su nombre y este respondió "Mi nombre es Julien de Saint-Germain".  

Entre las muertes por tóxicos que se le achacan, se señala la de su suegra, la reina Juana III de Albret en 1572, a quien invitó cortésmente a su corte incluso prometiéndole a través de una carta que no le haría nada, en unos guantes envenenados, al ponerlos en la mano, la monarca navarra probó con un dedo crema de queso ingiriendo así el letal veneno.  

En la noche del 23 al 24 de agosto de 1572  Catalina de Médicis y el duque de Guisa instigaron a los católicos a llevar a cabo la Massacre de la Saint-Barthélemy (Matanza de San Bartolomé), asesinato en masa de hugonotes (cristianos protestantes franceses de doctrina calvinista) durante las Guerras de religión de Francia del siglo XVI.   Los hechos se extendieron durante los meses siguientes por toda Francia.  
Catalina de Médici contempla la matanza de la Noche de San Bartolome.


El 31 de mayo de 1578 con las dos reinas madre Catalina de 'Medici y Luisa de Lorena-Vaudémont, se coloca la primera piedra se coloca para el puente más antiguo de París entre el Louvre y la Abadía de Saint-Germain-des-Prés; en 1607 fue bautizado por el rey Enrique IV como "Pont Neuf".  


El 7 de julio de 1585 el Tratado de Nemours entre Catalina de Médici y la Casa de Guisa prohibe la tolerancia con los protestantes en Francia.

Mandó construir en las paredes de su palacio conductos acústicos secretos para oír lo que se hablaba en las distintas habitaciones, lo que originó la frase "las paredes oyen".   

Terminó sus días, siendo una mujer obesa y aberrante, que tenía grandes problemas para desplazarse de un lado al otro y sus criados difícilmente la transportaban en una silla.  

En el momento de su muerte, uno de sus amuletos preferidos, el "Talismán de la Felicidad", se partió en dos, no se había despegado ni un instante de ese objeto de la suerte que le había regalado Nostradamus, asegurándole que, mientras lo tuviera, tendría salud y estaría protegida de sus enemigos.  

Como la Basílica de Saint–Denis estaba en manos de la Liga, no pudo ser enterrada en la suntuosa tumba que ella misma había edificado para su familia; sus restos se depositaron allí 22 años después, pero en el siglo XVIII, el cenotafio fue destruido.
Efigies sobre la tumba de Enrique II y Catalina de Médici
en la basílica de Saint Denis, talladas por Germain Pilon








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