miércoles, 30 de enero de 2019

María Vetsera (1871-1889)

Marie Alexandrine Freiin von Vetsera conocida como María Vetsera nace en Viena, Austria el 19 de marzo de 1871 y aparece muerta en Mayerling, Austria el 30 de enero de 1889 en un aparentemente suicidio acordado con su amante Rodolfo de Habsburgo-Lorena como una especie de ritual de amor;  aristócrata austrohúngara; baronesa Vetsera.

Hija del barón Albin von Vetsera y de Hélène Baltazzi.  

En 1888 la prima del Kronprinz presentó a Rodolfo, la baronesa María Luisa Mendel von Wallersee, María Larisch le presentó a María Vetsera de 17 años.

Rodolfo estaba casado con la princesa Estefania de Bélgica y tenía una hija.  

Rodolfo se fascinó tanto con María Vetsera que envió al Papa León XIII una carta para solicitarle la anulación de su matrimonio, quien le rechazó su petición.  

El  emperador Francisco José le ordenó a su hijo Rodolfo que terminara con aquella relación escandalosa.  

El 13 de enero de 1889 Rodolfo le regaló a María Vetsera un anillo con la leyenda:  "Unidos en el amor hasta la muerte".   
María y Rodolfo.

La noche del 28 de enero de 1889 durante un baile imperal, Rodolfo  se atrevió a presentarse junto a su amante María Vetsera, y esta miró a la princesa Estefanía de arriba abajo, sin hacerle una reverencia.  

Después, Rodolfo y María en compañía de dos amigos. el conde Hoyos y el príncipe Felipe de Sajonia partieron a Mayerling,.   

En la madrugada sus amigos oyeron disparos en la habitación de Rodolfo y María.  El camarero personal de Rodolfo, Johan Loschek tuvo que derribar a hachazos la puerta de su dormitorio.  


El 30 de enero de 1889 en el pabellón de caza de Mayerling, se encontraron los cuerpos del príncipe heredero Rodolfo de Austria y su amante María Vetsera.

Las heridas en el cuerpo de los suicidas, alentaron desde el principio la hipótesis de un asesinato político.  

Tras una larga investigación oficial, se informó que Rodolfo había matado a su amante antes de dispararse contra sí mismo.  

Los médicos que practicaron la autopsia al cuerpo del príncipe certificaron que el acto se produjo en un "estado de confusión mental".

El cuerpo del príncipe está enterrado en la cripta de los Capuchinos de Viena.

Su cadáver fue depositado en una sencilla féretro de madera. Fue enterrada en el Cementerio de Heiligenkreuz.

El 16 de mayo de 1889 sus restos fueron depositados en un lujoso féretro de cobre que su madre había encargado para llevarla a una nueva tumba.  Fue enterrada en el cementerio junto a la Monasterio de Heiligenkreuz.  

En abril de 1945 cuando la II Guerra Mundial estaba por terminar, el monasterio fue atacado por la artillería soviética y un proyectil de largo alcance desplazó la losa de granito de la tumba de María, la cual fue saqueada.   

En 1959 se mandó a hacer un tercer ataúd donde fueron depositados sus restos.  

Su doble suicidio ha inspirado innumerables películas, novelas y obras de teatro.   

En 1983 se solicitó al médico Gerd Holler que examinara sus restos, antes de volver a enterrarlos, comprobando que estos no presentaban herida de bala alguna, lo que echaba por tierra la teoría de que Rodolfo le hubiese disparado.   Gerd Holler esperó que se abriera el Archivo Secreto Vaticano para cotejar los resultados de su investigación con la que se había realizado en su momento para decidir si sus cuerpos podían recibir sepultura eclesiástica:  este primer análisis también había llegado a la conclusión de que el arma homicida solo había sido disparada una vez, y la víctima habría sido Rodolfo; por eso su cabeza aparecía vendada.  Según Gerd  Holler, María fue asesinada a puñaladas y golpes.  

Gerd Holler ha publicó el libro "Mayerling".   

El 28 de octubre de 1993 sus restos fueron llevados al Cementerio de Heiligenkreuz.  

En 2015 la Biblioteca Nacional de Austria anunció que se encontraron sus cartas de despedida en una caja fuerte de un banco austriaco, en un portafolios de cuero depositado en 1926, y que contiene fotografías así como tres cartas de despedida manuscritas por María Vetsera, varios documentos administrativos, como el certificado de bautismo de la baronesa y su acta de defunción en dos ejemplares.  Antes de morir, Rodolfo le había escrito a su esposa Estefanía: "Te ves libre de mi funesta presencia.  Sé buena con la pobre pequeña, ella es todo lo que queda de mí.  Voy tranquilo hacia la muerte" y María también le dirigió una carta dirigida a su madre.  


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