viernes, 19 de octubre de 2018

El Niño Fidencio (1898-1938)

Fidencio Constantino Sintora conocido como "el Niño Fidencio" nace en el Rancho de las cuevas, en Irámuco, Gto., el 13 de noviembre de 1898 y muere en Espinazo, NL el 19 de octubre de 1938; curandero o santón; es uno de los curanderos más famosos que han existido en México; el 17 de octubre sse celebra su nacimiento espiritual; el 19 de octubre sus adeptos conmemoran el "Santo entierro del niño Fidencio".  El Niño Fidencio acostumbraba celebrar el día de San José y esa es la razón por la que la fiesta se realiza cada 19 de marzo en Espinazo.


Hijo de Socorro Constantino y de María Tránsito Síntora.  Tuvo 4 hermanos, Buenaventura, Socorro, Joaquín y Fulgencia Constantino Sintora.  

Fue un niño muy reservado.  Cuanto tenía diez años, fallecieron sus padres.  

Su hermano dos años menor que él, José Joaquín Constantino, fue su compañero inseparable.  

En 1904 conoció a un compañero de clase, que sería con el tiempo su protector, y con el que sostendría una relación de amistad que duraría toda la vida, Enrique López de la Fuente, quien vivía en Irámuco su tío Segura, quien era el sacerdote del pueblo.  

En 1912 Enrique López se trasladó a Morelia, Mich., acompañado por Fidencio quien trabajaba en las labores de la cocina.  

En 1913  Enrique López se enroló en la Revolución Mexicana y no se volvieron a ver, hasta 1921.  

Se contactó con su hermana Antonia, que vivía con Lucio López de la Fuente, en Loma Sola, Coah., cerca de Espinazo, para irse a trabajar con ellos.  

En 1913 Enrique López se hace cargo de Fidencio de 15 años y lo inscribe en la escuela de Mina, NL, cercana a Espinazo, donde cursó el tercer año de primaria.  

Fue enviado a trabajar como pastor en la hacienda "Larraldeña ".  

Trabajó un tiempo con Antonio L. Rodríguez, en la mina de San Rafael.  

En 1921 se trasladó a Espinazo, gracias a su amigo Enrique López de la Fuente, quien era administrador de la hacienda de Teodoro Von Wernich.  A partir de esa fecha comenzó Fidencio a llamar "papá" a Enrique López.  

Empezó a escuchar voces, sonidos sin rostros que le decían que él tenía la magia de curar a otros y debía usarla.  

El 17 de octubre de 1926 cayó en un desmayo un trance donde recibió el mensaje de Dios y los dones curativos; desde entonces esta fecha es considerada como su nacimiento espiritual.  

Su primera curación se la  hizo a una trabajadora de la hacienda, a quien asistió en una cesárea, con la ayuda de un trozo de vidrio.  

Lo que le haría famoso, sería cuando curó con trozos de tomates la pierna gangrenada del dueño de la hacienda, Teodoro Von Wernich, a quien los médicos le habian dicho que la única forma de salvarse, sería con la amputación de la pierna.  

Teodoro Von Wernich en agradecimiento mandó a publicar en los periódicos los dones de Fidencio, logrando la fama de "El Niño".  

El 8 de febrero de 1928 el general Elías Calles visitó Espinazó NL, acompañado de su comitiva.  En una entrevista realizada por un reconocido periódico, Enrique López de la Fuente éste declaró:  Que el Presidente pidió a Fidencio que lo curara, no fue revelado su padecimiento, solamente Fidencio supo qué le pasaba.  Agregando que el  Presidente fue cubierto de miel con otras recetas del propio Niño sobre su cuerpo desnudo y solamente cubierto con una cobija.  El Niño Fidencio trató al Presidente con las mismas atenciones que daba a los demás enfermos.  El Presidente permaneció en un cuarto alrededor de 6 horas y preocupado Enrique López de que ya había pasado mucho tiempo decidió ir en busca de Fidencio.  Finalmente  lo encontró haciendo otras curaciones y le preguntó a qué hora iba a ir a atender al Presidente y con tranquilidad le respondió "Ah! se me olvidó¨ , regresando a donde el Presidente y terminó de esta manera la curación.  Lo que pasó entre ellos fue un misterio, algunos han dicho que Fidencio le aconsejó formar el Partido de la Revolución Mexicana.  En respuesta a la curación y atenciones que le prodigó Fidencio, el general Elias Calles, le envió mensualmente por ferrocarril alimentos y medicamentos para cubrir en parte las necesidades  de la población.  

En 1936 el Obispo de Monterrey, José Guadalupe Ortiz y López, gestionó un convenio con el Niño Fidencio, para que este no siguiera administrando los sacramentos de la iglesia católica, lo cual era práctica común en la iglesia Fidencista.  

Su muerte como su nacimiento y vida estuvo rodeada de misterio.  

Curó a miles de personas a quienes practicó cirugía con pedazos de vidrio como bisturíes y el uso de herbolaria, poseía el poder mental de adivinar el pensamiento de los demás, reconociéndolos a pesar que le vendaban los ojos; sus seguidores afirman que poseía el don de la clarividencia.  

Curaba tuberculosis, lepra, tifoidea, cáncer, catáratas, hasta sordos, ciegos y paralíticos.  

No cobraba por sus servicio.  

Tuvo sus ayudantes en las curaciones "cajitas" y las esclavas de Fidencio una especie de enfermeras y afanadoras que asistían en las labores cotidianas.  

Nunca se casó ni se desarrolló sexualmente, permaneciendo lampiño, con voz de soprano durante toda su vida y y nunca tuvo relaciones sexuales.  

Algunos llegaron a considerarlo como una reencarnación de Jesucristo, no le desagradaba la comparación y empezó a andar descalzo y vestirse como el Nazareno.  

Sigue obrando milagros a través de encausadores de sus poderes denominados "cajitas".  

Su legado perdura a través de la Iglesia Fidencista Cristiana.  

La gente acude al templo para visitar la tumba del Niño Fidencio.


La Iglesia Fidencista fue creada por un yerno del coronel Enrique López de la Fuente, su viuda, Fabiola López, continuó el manejo de ese culto, que ahora tiene dos escisiones Las tres iglesias fidencistas, se acusan de aprovechar el culto a Fidencio para enriquecerse, de acuerdo con la versión de otros nietos del coronel López.


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