Delfina Torres Valenzuela conocida como Delfina González Valenzuela "La Poquianchis Mayor" nace en El Salto, Jal., en 1912 y muere en la cárcel de Irapuato, Gto., el 17 de octubre de 1968; asesina serial; es una de las hermanas conocidas como Las Poquianchis.
Hija de Isidro Torres y de Bernardina Valenzuela.
Las hermanas Delfina, María de Jesús, María del Carmen y María Luisa "Eva la piernuda" serían conocidas como Las Poquianchis.
Se dice que su padre, desde pequeñas obligaba a sus hijas a ver las ejecuciones de los presos. Su madre era una fanática religiosa.
Su hermana Carmen González se fugó de casa con su novio Luis Jasso, varios años mayor que ella, su padre la buscó y al encontrarla la golpeó y la encarceló de manera arbitraria en la prisión municipal (sin ninguna causa u orden de aprehensión), la mantuvo bajo arraigo por varios meses.
Su padre Isidro Torres se convirtió en prófugo de la justicia al asesinar al presunto delincuente Félix Ornelas, un hacendado sospechoso de varios delitos, quien murió durante el intento de arresto al recibir varios tiros por la espalda por parte de Isidro; al huir su padre de la justicia dejó a Carmen encarcelada por 14 meses.
Su hermana Carmen salió de prisión gracias a un hombre cincuentón dueño de una tienda de abarrotes con quien había entablado un relación amorosa; de esta relación tendría un hijo.
La familia Torres Valenzuela se vio forzada a cambiar su apellido por el de González para evitar posibles represalias y poder huir del pueblo.
Sobrevivieron trabajando con productos textiles.
En 1938 su hermana Carmen conoció a Jesús Vargas alías "El Gato", un hombre vividor y criminal de poca monta; ese mismo año se va a vivir con él.
Carmen y "El Gato" abrieron una cantina en El Salto; el hombre dilapidó todas las ganancias del establecimiento hasta llevarlo a la ruina, por lo que Carmen decidió abandonarlo y regresar a vivir con su familia.
Al morir sus padres, les dejaron una pequeña herencia.
Con lo que recibió Delfina abrió su primer burdel en El Salto, aunque la prostitución era ilegal en Jalisco, pero la vigilancia para combatir esa práctica era pobre.
En 1954 Delfina muda el establecimiento a Lagos de Moreno, Jal. El alcalde concedió los permisos para que el negocio operara como bar a cambio de favores sexuales.
Las mujeres eran engañadas o compradas a tratantes; estaban cautivas y obligadas a comprarle a las madrotas suministros, como ropa y comida, a precios arbitrarios, acumulando inmensas deudas; entonces eran forzadas a prostituirse para poder pagarles.
Delfina desarrolló un método de reclutamiento que dejaba mayores ganancias: acudían a rancherías o pueblos cercanos, donde buscaban a las niñas más bonitas. No importaba si tenían doce, trece o catorce años de edad; llevaban cómplices masculinos que, si las sorprendían solas, simplemente se las robaban o si estaban acompañadas de sus padres, generalmente campesinos, se les acercaban y les ofrecían darles trabajo a las hijas como sirvientas.
Apenas llegaban al burdel, Las Poquianchis procedían a desnudar a las niñas por completo y examinarlas. Si consideraban que tenían "suficiente carne", los ayudantes que habían contratado se encargaban de violarlas, uno tras otro, vaginal y analmente. También las obligaban a practicarles sexo oral y si lloraban o se resistían, las golpeaban.
Después las bañaban con cubetadas de agua helada, les daban vestidos y las sacaban por la noche a que comenzaran a atender a la clientela del bar, bajo amenazas de muerte. Los clientes se mostraban siempre encantados de que les proporcionarán niñas de tan corta edad para que los atendieran, así que el negocio iba viento en popa.
Las Poquianchis alimentaban a sus esclavas sexuales solamente con cinco tortillas duras y un plato de frijoles al día.
Cuando llegaban a cumplir veinticinco años, Las Poquianchis ya las consideraban viejas. Entonces eran entregadas a Salvador Estrada Bocanegra "El Verdugo", quien la encerraba en uno de los cuartos del rancho, sin darles de comer ni beber por varios días, entraba constantemente para patearlas y golpearlas con una tabla de madera en cuyo extremo había un clavo afilado. Cuando ya estaban débiles y ya no podían ni siquiera intentar defenderse, El Verdugo" las llevaba a la parte de afuera del rancho donde cavaba una zanja profunda y las enterraba vivas.
A otras les aplicaban planchas calientes sobre la piel, las arrojaban desde la azotea para que murieran al caer, destrozándose la cabeza a golpes.
Si una de las muchachas quedaba embarazaba, padecía anemia y estaba demasiado débil para atender a sus clientes, o si se atrevía a no sonreirles a los parroquianos, eran asesinadas.
Los bebés que llegaron a nacer fueron muertos y enterrados.
También les llegaron a practicar abortos clandestinos si alguna de las muchachas más populares quedaba embarazada, con tal de no perder esa fuente de ingresos.
Tuvieron como ayudantes a Francisco Camarena García, el chofer que se encargaba de transportar a las jóvenes reclutadas, junto con Enrique Rodríguez Ramírez, Hermenegildo Zúñiga, excapitán del ejército, conocido como "El Águila Negra", quien era su guardaespaldas, cuidador del burdel y el amante de Delfina además del gran verdugo y torturador.
Las prostitutas María Auxiliadora Gómez, Lucila Martínez del Campo, Guadalupe Moreno Quiroz, Ramona Gutiérrez Torres, Adela Mancilla Alcalá y Esther Muñoz "La Pico Chulo" se convirtieron en celadoras y castigadoras a cambio de que Las Poquianchis respetaran sus vidas.
Las Poquianchis fueron dueñas de varios burdeles en Guanajuato y Jalisco.
La aprehensión de Las Poquianchis se debió a la fuga de dos de sus víctimas, Soledad y María del Pilar, cuando fueron enviadas a comprar los víveres necesarios, las jóvenes aprovecharon el momento para huir y viajar hasta Guadalajara, donde buscarían a la señora Esperanza Santana Aguilar, madre de la victima desaparecida Elisa Aguilar de 13 años.
La policía sitió el prostíbulo "Guadalajara de Noche" en San Francisco del Rincón, encontrando en su interior a 19 sobrevivientes en lamentables condiciones físicas y mentales, por lo que hubo necesidad de trasladarlas al Hospital Civil de León para su atención, todas padecían de anemia aguda, tuberculosis y enfermedades venéreos.
El 12 de enero de 1964 son aprehendidas las hermanas González Valenzuela en la Granja de Loma de San Angel, ubicada en la Carretera de Purísima de Bustos a Jalpa de Canovas, Gto., por la Policia Judicial al mando de Miguel Angel Mota Ayala.
El 15 de enero de 1964 se dió a conocer la captura de las hermanas Delfina y María de Jesús González Valenzuela "las poquianchis" en San Francisco del Rincón, Gto.
Al momento de su detención las hermanas dijeron que estos eran sus nombres, pero uno de sus complices dijó que María de Jesús y Eva, eran Manuela y María Luisa. En el caso de Delfina, no se tuvo confusión u ocultamiento.
Las Poquianchis fueron defendidas por el abogado Manuel Rodríguez Lapuente.
Una de las mujeres rescatadas, llamada Adela, confesó ante los medios haber asesinado a su hermana por órdenes de las hermanas González, quienes previamente la habían embriagado y drogado, para que golpeara con un palo a su hermana Ernestina hasta asesinarla.
En las inhumaciones que se realizaron en el interior del burdel se descubrieron cadáveres sepultados en el patio y pista de baile, se reveló que los homicidios de varios clientes por órdenes de las hermanas González Valenzuela, fueron trasladados a una cueva conocida como la Garganta del Diablo ubicada a 15 kilómetros de Lagos de Moreno, para su incineración.
Las Poquianchis fueron acusadas de homicidio, lenocinio, tráfico de personas, crimen organizado, inhumación ilegal de restos humanos, aborto, corrupción de menores, privación ilegal de la libertad y soborno, y recibieron la pena máxima de 40 años de prisión.
Algunas de las mujeres rescatadas, dijeron que Las Poquianchis asesinaban a aquellas prostitutas que ya no les servían, a quienes sepultaban vivas en un panteón clandestino ubicado en el poblado de San Ángel, en Purísima del Rincón, apoyadas por el capitán del Ejército, Hermenegildo Zúñiga Maldonado, conocido como "El Capitán Águila Negra", quien fue amante de Delfina.
Se confirmaron 91 víctimas, pero pudieron matar a más de 150 personas, convirtiéndolas en las asesinas seriales más prolíficas registradas en la historia de México.
Delfina expresó ante los medios: "Sí nos van a matar que nos maten de una vez que después de todo hay un Dios que sabe que no son tantos los crímenes los que cometimos".
Recibieron la pena máxima de 40 años de prisión.
En 1976 se estreno la película "Las Poquianchis" dirigida por Felipe Cazals, basada en un argumento original de Tomás Perez Turrent, con un guión elaborado entre el propio crítico cinematográfico y guionista Pérez Turrent y Xavier Robles.
Jorge Ibargüengoitia escribió "Las Muertas".
En 2011 la serie de tv "Mujeres Asesinas" dirigida por Pedro Torres en su tercera temporada presentó un capítulo sobre Las Poquianchis, con el nombre de "Las Cotuchas, Empresarias".
María Luisa perdió la vida en su celda de la cárcel municipal de Irapuato en noviembre de 1984 luego de ser consumida por un cáncer hepático.
María de Jesús fue la única que falleció en libertad.
Carmen, la mayor de las hermanas, falleció en 1949 sin conocer el destino de sus hermanas.
María de Jesús fue la única que falleció en libertad.
Carmen, la mayor de las hermanas, falleció en 1949 sin conocer el destino de sus hermanas.
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