domingo, 4 de noviembre de 2018

Antonio Núñez de Miranda (1618-1695)

Antonio Núñez de Miranda nace en Fresnillo, Zac., el 4 de noviembre de 1618, fue bautizado en la Parroquia de Fresnillo  y muere en Ciudad de México el 17 de febrero de 1695; sacerdote jesuita, escritor, orador, maestro y humanista; revisor de libros de la Inquisición; confesor de monjas; consejero y confesor de virreyes; Padre Prefecto de la Congregación de la Purísima Concepción de la Virgen María; calificador de la Inquisición; confesor de Sor Juana Inés de la Cruz; autor de "Coloquios sobre los actos de Contricción" (1664), Ejercicios Espirituales de San Ignacio con notas y advertencias oportunas", "Los misterios de Jesús caído en el camino del Calvario", "Práctica de las Estaciones de Semana Santa" (1665), "Método de la oración mental", "Panegeríco del Arcángel San Miguel" (1684).

Estudia Humanidades en Zacatecas.  

Estudia Filosofía en Ciudad de México.  

Toma las Ordenes Menores e ingresa a la Compañía de Jesús.  

El 26 de diciembre de 1652 en la Iglesia de San Lorenzo recibió el hábito de caballero de la Orden de Santiago.  

El 1 de enero de 1653 fue electo alcalde ordinario.  

Dió clases de filosofía en Puebla y Ciudad de México.  

Rector del Colegio Máximo.  

En 1680 es nombrado Provincial de la Compañia de Jeús.  

El 1 de diciembre de 1683 pronuncia un elogioso sermón sobre el capitán Juan de Chavarría Valera.  

Erige la capilla de Loreto, la iglesia del Colegio de San Gregorio, el Colegio de San Andrés, la Iglesia de San Lorenzo, el Convento de Balvanera.  

Por 32 años fue prefecto de la Congregación de la Purísima Concepción de la Virgen María.  

Durante 34 años fue calificador del Tribunal del Santo Oficio novohispano.  

Cede la Hacienda de Acolman para que fuera destinada a la educación de los indios.  

Director espiritual y confesor de tres virreyes, dos arzobispos y de sor Juana Inés de la Cruz.  

Se dio cuenta de la belleza, valor e inteligencia de la joven Juana Inés y decidió que lo mejor sería hacerla ingresar en un convento; así la protegería de los peligros del mundo exterior y evitaría que cayera en tentaciones; después de una corta estancia en el severo convento de Carmelitas, que tuvo que abandonar por motivos de salud, la llevó a la orden de San Jerónimo, en la que vivió hasta su muerte, le proporcionó el encierro y la disciplina cotidianos y obligados que le permitieron a sor Juana Inés dedicar todo el tiempo posible a su gran pasión por el estudio e ir saciando, paulatina y meticulosamente, su sed de conocimiento.  


El 16 de febrero de 1695 miércoles de ceniza, se le suministraron los elementos en razón al "Arte del Buen Morir", se le puso la ceniza y se le dieron los sacramentos.  

El jueves 17 de febrero de 1695 se le dio la extremaunción en presencia de la imagen de la Virgen.  

En 1980 se encontró la Carta Monterrey, conocida como Autodefensa Espiritual, le pide no acordar más de ella.

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