Agustina Otero Iglesias conocida como Carolina Otero "La Bella Otero" nace en Valga, Pontevedra, Galicia, España el 4 de noviembre de 1868 y muere en Niza, Francia el 10 de abril de 1965; bailarina, cantante, actriz y cortesana radicada en Francia; es uno de los personajes más destacados de la Belle Époque; realizó giras por todo el mundo como bailarina exótica y actriz; al menos siete hombres se suicidaron por ella.
Hija de Carmen Otero Iglesias. Su padre nunca la reconoció como hija suya.
En 1879 y con diez años sufrió una agresión sexual en la que casi muere; como consecuencia quedó estéril. El violador apodado como "Conainas", fue reconocido por dos mujeres del pueblo que auxiliaron a Agustina, y se dio a la fuga, no sabiéndose nunca más de él. A pesar de la evidencia, los vecinos de la aldea de Valga (Galicia) la culparían por provocación. Huyó de su casa unos meses después y no volvería nunca más a su pueblo natal.
A los catorce años se fugó con un joven llamado Paco, en una noche para ir a bailar a un local nocturno. El dueño de aquella sala quedó fascinado por su modo de danzar, hasta el punto de ofrecerle un contrato y pagarle dos pesetas (una gran cantidad de dinero por aquel entonces). La pareja, alentada por este éxito incipiente, decidió aprovechar la oportunidad para huir a Lisboa en busca de mayor fortuna, y allí, ella trabajó como bailarina durante un tiempo.
Sufrió entonces su primer desengaño amoroso al ser abandonada por Paco, a quien persiguió hasta Barcelona, adonde éste se había trasladado.
En Barcelona, trabajó en el Palacio de Cristal.
En 1888 conoció en Barcelona a un banquero que la quiso promocionar como bailarina en Francia y la llevó a Marsella.
En París, el empresario Ernest Jurgens inventó el personaje de la Bella Otero, para competir con la bailarina española Carmencita, otra farsante hija de un albañil polaco.
La Bella Otero por Julio Romero de Torrs. |
Decidió cambiar su nombre de pila por el de Carolina.
Ernest Jurgens se convirtió enseguida su amante, pero pronto empezó a trabajar en lo que mejor se le daba: sacarle el dinero a los hombres.
Su primer mentor, que se había dejado los cuartos en fabricarla, fue sustituido por William Kissam Vanderbilt, un rico heredero de una de las familias más influyentes de EEUU.
Ernest Jurgens ya sin un franco, con el repudio de su familia y sin su Carolina, se suicidio por ella.
En 1890 actuó en Nueva York.
Hacia 1900, era ya todo una sex-simbol de "La Belle Époque" parisina.
Actuó durante muchos años en París en el Folies Bergère, donde era la estrella y en el Cirque d'été.
Jacques Payen, que se pegó un tiro en el pabellón chino del Bois de Boulogne, después de ofrecerle diez mil francos por pasar la noche con él Carolina le respondió: "Yo no recibo limosnas".
Fue amante de Guillermo II de Alemania, Nicolás II de Rusia, Leopoldo II de Bélgica, Alfonso XIII de España, Eduardo VII del Reino Unido, Aristide Briand.
Toulouse-Lautrec le dedicó una obra a pastel conservada en el Museo de Albi, el gran poeta José Martí, que la conoció en Nueva York, le dedicó también algunos versos.
Fue dueña de una gran fortuna que gastaba en el Casino de Montecarlo y en joyas espectaculares, como el collar de la emperatriz francesa Eugenia de Montijo, otro de la emperatriz de Austria y un collar de diamantes que había sido propiedad de María Antonieta; se calcula que su fortuna ascendía a unos dieciséis millones de dólares, lo que suponía en aquel tiempo una cifra exorbitante.
En 1910 se retiro de los escenarios y se estableció en Niza, donde vivió hasta su muerte, totalmente arruinada y sola.
Vivió de una pensión que le pasaba el Casino de Montecarlo en agradecimiento por los millones de francos que en él dejara.
Cuando falleció sólo tenía 609 francos, que donó a las familias más necesitadas de su pueblo natal Valga.
La Bella Otero en los jardines de Valga. |
En 1926 Claude Valdemont publicó su primera biografía "Les souvenirs et la vie intime de la Belle Otero".
En 1958 se estreno la película "La Bella Otero" protagonizada por María Felix, coproducida por Francia-Italia.
En 2005 Ramón Chao publica la novela "La pasión de la Bella Otero" escrita en primera persona, constituye el diario secreto y erótico de Carolina Otero.
“He sido esclava de mis pasiones,
no de los hombres”
La bella Otero.
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