María Inés Jáuregui Arósteguí nace en Pamplona, Navarra, España el 21 de enero 1764 y muere en Ciudad de México el 24 de junio de 1836; dama española; virreina consorte de la Nueva España.
Hija del militar Agustín Jáuregui Aldecoa (futuro virrey del Perú) y de María Luisa Aróstegui Basave.
El 29 de abril de 1784 Lima, Virreinato del Perú, falleció su padre Agustín Jáuregui Aldecoa.
El 11 de septiembre de 1786 en Madrid, contrajo matrimonio con José de Iturrigaray, con quien tiene cuatro hijos (José, Joaquín, Vicente y María del Pilar Iturrigaray Jáuregui).
Entre 1793 y 1798 José de Iturrigaray fue gobernador de Cádiz.
Gracias al apoyo de Manuel Godoy, Guardia de Corps y secretario del Despacho del rey Carlos IV de España, José de Iturrigaray fue nombrado Virrey de la Nueva España.
Cuando llegó a Veracruz, José de Iturrigaray hizo pasar por la aduana un cargamento muy grande, libre de derechos, diciendo que formaba parte de su equipaje particular y era contrabando. Hicieron el recorrido triunfal, como marcaba la tradición, luego de descansar del largo viaje en Veracruz, el 6 de diciembre de 1802, fueron recibidos con honores en Puebla, Tlaxcala y finalmente llegarían a la Villa de Guadalupe.
El 4 de enero de 1803 José Joaquín Vicente de Iturrigaray y Aróstegui de Gaínza y Larrea conocido como José de Iturrigaray asume el cargo como 56º Virrey de la Nueva España.
El 18 de marzo de 1804 llegó una expedición para la propagación de la vacuna antivariólica dirigida por el Dr. Francisco Javier de Balmis. Los virreyes le dieron una recepción. El Dr. Juan Arboleya vacunó a sus hijos.
En marzo de 1805 en la Nueva España, se recibió la noticia de la renovada declaración de guerra de España contra Gran Bretaña. El virrey Iturrigaray recibió órdenes de poner a la colonia en estado de defensa y de incrementar los pagos regulares a España. Para ello, aplicó la Cédula de la Caja de Consolidación. El descontento popular creció con el aumento de los impuestos.
El 19 de julio de 1808 los concejales Juan Francisco Azcárate y Ledesma y Francisco Primo de Verdad y Ramos presentaron un plan para formar un gobierno autónomo provisional de la Nueva España, con José de Iturrigaray a la cabeza. El plan fue aceptado por el virrey y el Cabildo, pero no por la Audiencia.
El 9 de agosto de 1808 en una reunión de Notables, el abogado Francisco Primo Verdad y Ramos se pronunció a favor de la soberanía popular. Los Notables adoptaron una posición intermedia: la Nueva España no reconocería ninguna autoridad por encima del rey de España.
El 31 de agosto de 1808 la crisis se agudiza con la llegada de Juan Gabriel Jabat, representante de la Junta de Sevilla, y un mensaje de la Junta de Asturias, que solicitaban el reconocimiento como gobierno legítimo de España por parte de la Nueva España, proporcionando así evidencia de la falta de un gobierno legítimo en el país.
El 1 de septiembre de 1808 Melchor de Talamantes, sacerdote peruano y líder intelectual del partido Criollo, entregó dos tratados al Cabildo, a favor de la separación de España y de la convocatoria de un congreso mexicano.
El 9 de septiembre de 1808 se celebró una nueva reunión.
José de Iturrigaray se inclinaba hacia el partido de los Criollos y el partido español lo tenía en gran sospecha. Había ordenado que se enviaran 40,000 pesos al Consulado de Veracruz, notoriamente liberal en su perspectiva. Había nominado a Criollos para altos cargos de la administración. Había movilizado al regimiento de dragones de Aguascalientes, estacionado en Jalapa. Este regimiento estaba al mando su amigo, el coronel Ignacio Obregón.
El 15 de septiembre de de 1808 en el Palacio Real, el virrey José de Iturrigaray es apresado por el comerciante peninsular Gabriel de Yermo, tomado prisionero, acusado de conspirar para independizar a la Nueva España de la corona Española. Se ordenó un inventario de los objetos de valor del virrey y el total ascendió a más de un millón de pesos. Esto se consideró evidencia de que el virrey se había aprovechado de la situación para su enriquecimiento personal.
Francisco Primo Verdad y Ramos y Melchor de Talamantes fueron encarcelados y murieron en la cárcel. También estuvieron presos el Lic. Cristo, Juan Francisco Azcárate y el general francés Octaviano d'Alvímar.
De acuerdo con la costumbre, la vacante inesperada en el cargo de virrey, fue ocupada por el oficial militar más antiguo y de mayor rango, el mariscal Pedro de Garibay, un octogenario controlado por la Audiencia.
José de Iturrigaray, su esposa y sus hijos, permanecieron custodiados por centinelas, hasta las tres de la mañana, hora en que fueron sacados de Palacio por los conjurados, y llevados a la Inquisición.
La familia fue llevada al Convento de San Bernardo, yendo la Virreina "tan afligida y consternada que al corazón más duro movía a compasión y lástima".
El 21 de septiembre de 1808 su esposo José de Iturrigaray es deportado a España, por simpatizar con los autonomistas criollos del ayuntamiento de la Ciudad de México. En esta acción participa el realista Agustín de Iturbide.
El 6 de octubre de 1808 con destino a España en la Nave "San Justo" sale prisionero del puerto de Veracruz, el depuesto virrey Félix de Iturrigaray.
María Inés Jáuregui se había quedado con las bernardas, hasta que salió de México para Veracruz, escoltada por cincuenta dragones y acompañada por el Capitán de Artillería, Manuel Gil de la Torre y José Ignacio Uricena, Oficial de Voluntarios, quienes la trataron durante el viaje con toda la atención y cortesía debidas a su sexo y al alto puesto que ocupara.
En el Puerto de Cádiz permaneció María Inés Jáuregui algunos años, mientras seguía la causa de infidencia formada al virrey de Iturrigaray depuesto.
En 1810 el virrey de Iturrigaray es encontrado inocente, aunque, tras su muerte, se le halló culpable en juicio de residencia.
El 7 de septiembre de 1813 Gabriel Joaquín de Yermo muere en Ciudad de México; fue líder del Golpe de Estado que derrocó al virrey José de Iturrigaray en 1808.
El 22 de agosto de 1815 en Madrid, falleció su esposo José de Iturrigaray.
María Inés Jáuregui se trasladó a México con su familia, para solicitar que no se diese cumplimiento a la sentencia, para lo cual hizo valer los méritos que su esposo había contraído, por haber sido el primer autor y promovedor de la Independencia.
El 17 de febrero de 1819 la sentencia póstuma fue dictada, en la que se le condenaba a pagar 384,241 pesos (equivalente a más de 3 millones de reales o 1.5 millones de pesetas) por diferentes desfalcos, aunque se le absolvió “de la poca circunspección que guardó en las riñas de gallos, en los toros y de su afición a la pesca”.
Se radicó en Tacubaya.
Fue sepultada en la Capilla del Santísimo Sacramento.
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