Carlo Pietro Giovanni Guglielmo Tebaldo Ponzi conocido como Carlo Ponzi o Charles Ponei o Charles P. Bianchi o Carl nace en Parma, Italia el 3 de marzo de 1882 y muere por una hemorragia cerebral en el Hospital Escola São Francisco de Assis en Río de Janeiro, Brasil el 18 de enero de 1949; famoso estafador; inventó la estafa piramidal.
En 1903 y con 25 años, junto a miles de inmigrantes italianos, desembarcó en el Puerto de Boston, EEUU. Trabajo como friegaplatos, vendedor de frutas, jornalero.
En 1907 cruzó la frontera con Canadá y se estableció en Montreal, donde entró a trabajar en un banco que se vio envuelto en una quiebra fraudulenta. Su propietario huyó a México al descubrirse que estaba pagando los intereses a cuenta de los ingresos de nuevos clientes.
Sin trabajo y sin dinero, intentó cobrar un cheque falsificado por lo que fue condenado a tres años de prisión por estafa.
En 1911 salió de prisión.
Fue detenido en el mismo tren en el que regresaba a EEUU, debido a un terrible malentendido. No conocía a los cinco italianos que iban con él y que no hablaban ni una palabra de inglés. Tan solo los acompañaba hasta EEUU, por hacerle un favor a un conocido que se lo había pedido. El juez no creyó esta versión y el italiano fue condenado a dos años de prisión por tráfico ilegal de inmigrantes.
En 1912 fue liberado.
Viajó por diferentes estados haciendo de bibliotecario, pintor o vendedor de coches.
En 1917 regresó a Boston, donde comenzó a trabajar de corredor comercial. Con la idea de hacerse rico publico La guía del comerciante.
En 1918 se casa con Rose Gnecco.
En 1920 estafo a miles de personas haciéndoles creer que invertían en un negocio que les reportaría jugosos beneficios, cuando en realidad pagaba los intereses comprometidos con el dinero aportado por nuevos incautos. Reclutaba a sus clientes/agentes comerciales prometiéndoles un 10% adicional por cada nueva inversión que encontraran. Miles de personas depositaban su dinero en el plan de Ponzi y reinvertían las ganancias en vez de cobrarlas, lo que evitaba a Ponzi tener que hacer frente a muchos pagos.
Adquirió una mansión de 12 habitaciones con servicio, un par de automóviles, vestía ropa cara y lucía bastones de Malaca con mango de oro, compraba diamantes para su esposa. Cenaba en lujosos restaurantes y se dejaba ver en compañía de lo más selecto de la sociedad bostoniana. Adquirió el banco que le había denegado el préstamo para editar su Guía del comerciante.
Las autoridades decidieron abrir una investigación y Ponzi se comprometió a no aceptar más inversiones hasta que concluyera. La auditoría concluyó que Ponzi tenía unos números rojos de 3,5 millones de dólares (más tarde se elevaría el agujero a siete millones).
Fue arrestado, media docena de bancos quebraron y los que aún conservaban sus pagarés recibieron 30 centavos por cada dólar invertido.
En noviembre de 1920 aceptó declararse culpable del cargo federal por fraude postal para reducir su pena a cinco años, de los que solo cumpliría tres y medio.
En 1924 salió de la cárcel.
Tuvo que hacer frente a decenas de demandas en el estado de Massachussets. Se defendió a sí mismo, ya que estaba arruinado y no podía permitirse contratar a un abogado. Usó su carisma para librarse de algunos cargos, pero no pudo evitar ser condenado a entre siete y nueve años por estafa y latrocinio.
En libertad bajo fianza mientras se resolvía su apelación, se mudo a Jacksonville, Florida, donde planeó recuperar su fortuna. El plan implicaba, otro esquema Ponzi, esta vez a cuenta de una inversión inmobiliaria.
Se cambio su nombre por Charles Borrelli, logró dinero para establecer el Charpon Land Syndicate, que debía hacerlo millonario de nuevo comprando y vendiendo parcelas, aprovechando la fiebre inmobiliaria que se había apoderado de Florida.
Las autoridades de Florida cerraron su empresa y emitieron una orden de arresto por no presentar los documentos adecuados y vender certificados de deuda sin los permisos pertinentes.
Huyo a Texas, donde fue arrestado cuando iba a embarcar hacia Italia con la esperanza de desaparecer del radar de las autoridades fiscales estadounidenses.
Se divorcio de Rose Gnecco.
Cumplió condena hasta 1934 y fue inmediatamente deportado a Italia, esta vez contra su voluntad.
En 1936 y con 54 años, logró un empleo en una línea aérea italiana que conectaba Italia y Brasil y se instaló en Río de Janeiro.
Con el estallido de la II Guerra Mundial, la compañía dejó de operar, perdiendo su trabajo, teniendo que ganarse la vida como profesor de inglés y traductor.
En 1941 sufrió un infarto.
Sufrió un derrame cerebral.
Pasó el último año de su vida en el HHospital Escola São Francisco de Assis en Río de Janeiro.
Tan solo dejó 75 dólares para costear su entierro.
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