Giovanni Battista Cybo nace en Génova en 1434 y muere al fallar la transfusión de sangre vía oral, que le hicieron de tres niños, en Roma el 25 de julio de 1492; obispo de Savona; cardenal; con el nombre de Inocencio VIII es elegido Papa Nº 213 de la Iglesia Católica (29 de agosto de 1484–25 de julio de 1492).
Hijo de Arano Cybo y de Teodorina de Mari. Padre de Francisco Cybo conocido como Franceschetto y de Teodorina Cybo.
Llevó una vida licenciosa en la corte napolitana de Alfonso V de Aragón.
Tuvo dos hijos Francesco y Teodorina, fruto de sus amores juveniles. Se desconoce la identidad de su madre.
Estudió en Padua y en Roma.
En Roma entró al servicio del cardenal Filippo Calandrini (hermanastro del Papa Nicolás V).
En 1467 el Papa Paulo II lo nombra obispo de Savona.
Ingresa en la Curia Romana.
En 1473 el Papa Sixto IV lo nombra cardenal.
Entre 1475 y 1477 religiosos suecos habían realizado investigaciones para que la religiosa Catalina Ulfsdotter (1331-1381) fuera canonizada. Aunque la canonización nunca se llevó a cabo, en 1484, Inocencio VIII dio la autorización para que se venerara a Catalina como santa en Suecia.
El 29 de agosto de 1484 con el nombre de Inocencio VIII es aclamado Papa Nº 213 de la Iglesia Católica.
El Papa Inocencio VIII tenía un hijo muy rebelde y jugador llamado Franceschetto, que como hijo del pontífice, no trabajaba para dedicarse al alcohol, las mujeres y las apuestas. Se dice que cuando Franceschetto perdía en los juegos de azar, el pontífice llamaba al ganador y le ordenaba devolver el dinero a su niño bajo amenaza de excomunión.
El 5 de diciembre de 1484 publica su famosa bula Summis desiderantes affectibus en la que reconoce la existencia de las brujas, derogando así el Canon Episcopi de 906 donde la Iglesia sostenía que creer en brujas era una herejía y ordena a la Inquisición perseguir a las brujas en el mundo conocido.
El 28 de febrero de 1485 el nuevo Papa Inocencio VIII levanta el entredicho de su antecesor Sixto IV en Venecia. En respuesta, la República de Venecia apoyará a su pontificado en sus intenciones de recuperar el trono de Nápoles.
El 11 de febrero de de 1486 el Papa Inocencio VIII, por bula nombra a fray Tomás de Torquemada como Inquisidor General de Castilla y Aragón.
Tras algunos intentos fallidos de casar a su hijo Franceschetto con alguna de las hijas bastardas del rey Alfonso II de Nápoles, Inocencio VII concertó para él una buena boda dentro de la nobleza florentina. En 1487 Franceschetto contrajo matrimonio con la joven Maddalena de Medici (hija de Lorenzo el Magnífico y Clarice Orsini); los 24 años de edad que separaban a ambos cónyuges y el carácter mujeriego y amante del juego de Francheschetto motivaron que el matrimonio no fuera todo lo ejemplar que debía. La pareja recibió en propiedad el Palacio Pazzi, que tras la Conspiración de los Pazzi había pasado a los Médici, y que sería su residencia durante sus estancias en Florencia.
En 1486 prohibió la lectura de las cuatrocientas proposiciones del erudito Pico della Mirandola por considerarlas heréticas.
El 13 de noviembre de 1487 en Venecia concluye la paz con el archiduque Segismundo de Austria y príncipe del Tirol, quien, "ingelositosi dei possedimenti che la Repubblica avea nel Trentino, l’avea tratta alla guerra" (siendo celoso de las posesiones que la República tenía en Trentino, la había llevado a la guerra). El mediador fue el Papa Inocencio VIII.
En 1488 practicó el nepotismo, llegando a nombrar cardenal a Giovanni de Médici (futuro Papa León X), hermano de su nuera Maddalena de Medici, cuando tenía solo 13 años de edad.
El 2 de enero de 1492 el Papa Inocencio VIII acudió a la Iglesia de Santiago de los Españoles, y ofició una misa por la victoriosa Cruzada.
Falleció tras un intento fallido de transfusión de sangre que su médico judío, Giacomo di San Genesio, llevó a cabo vertiendo en la boca del Papa Inocencio VII, la sangre de tres niños de diez años de edad, que murieron por choque hemorrágico. El gran perseguidor de la brujería se gana el apodo de "Papa Vampiro". Algunos autores dicen que esto nunca sucedió y que solo es leyenda negra.
La tumba del Papa Inocencio VIII en la Basílica de San Pedro en Roma, tiene una inscripción en latín, en donde menciona que él otorgó el título de Rey Católico a los Reyes de las Españas.
En su monumento funerario puede leerse el siguiente epitafio: “Novi orbis suo aevo inventi gloria” (Suya es la gloria del descubrimiento del Nuevo Mundo) y debajo de esto, la fecha de la defunción del padre: Obit an. D.ni MCDXCIII.
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