Giovanni Crescenzi nace en Roma en 910 y muere en Roma el 6 de septiembre de 972; se cuenta que es asesinado por el marido de una mujer con la que mantenía relaciones; con el nombre de Juan XIII es proclamado Papa Nº 133 de la Iglesia católica (1 de octubre de 965-6 de septiembre de 972).
Hijo del cónsul Graciano Crescencio y de Teodora la Joven (hermana de Marozia). Miembro de la familia de los Crescencios. Su madre Teodora fue amante del futuro Juan X.
Después de la muerte de Juan XII en 964, Benedictus Grammaticus fue electo como su sucesor como Benedicto V, pero Otto I trajo a Roma al Antipapa Leo VIII, a quien había preparado en 963, y desterró a Benedicto a Hamburgo. Leo VIII murió en marzo de 965, con lo cual los romanos solicitaron que el emperador les devolviera a Benedicto como el Papa, Otto se negó, y Benedicto murió en julio, 965.
En la presencia de los enviados imperiales, Liutprand, el Obispo de Cremona, y Otgar, el obispo de Speyer, el candidato del emperador, Juan, obispo de Narni, fue elegido como Papa, y el 1 de octubre de 965, con el nombre de Juan XIII es consagrado Papa Nº 133 de la Iglesia católica.
En diciembre de 966 el emperador Otón I entró en Roma, donde permanecería durante casi seis años, y nombró como prefecto de la ciudad a Crescencio I, un hermano del Papa Juan XIII.
El 11 de enero de 967 se llevó a cabo un sínodo en San Pedro, acerca de sus resultados nada se sabe.
En abril de 967 en Ravenna celebró un sínodo, en donde confirmó la dignidad metropolitana de Magdeburgo.
Durante el Día de Navidad de 967, el hijo de trece años Otto II, vino a Roma, y fue coronado coemperador con su padre.
Favoreció las negociaciones hechas con los Bizantinos para una alianza matrimonial entre Otto II y la Princesa Teofanía, bendiciendo su matrimonio en Roma el 14 de abril de 972.
Encarcelado por partidarios de una corriente diversa por casi 10 meses, es puesto en libertad con la ayuda de Oton I, que difundió el cristianismo en Polonia y en Bohemia.
Introdujo el uso de bendecir y dar un nombre a las campanas.
Solía sacarles los ojos a sus enemigos y pasó por la espada a la mitad de la población de Roma; era gran cazador y jugador de dado, tenía pacto con el Diablo, ordenó obispo a un niño de diez años en un establo.
Violó peregrinas, casadas, viudas, doncellas, y convirtió el Palacio Laterano en un burdel.
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