Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar "el gran capitán" nace en Casa de Aguilar en Montilla, Córdoba el 1 de septiembre de 1453 y muere a causa de un brote de fiebres cuartanas en La Loja, Ganada el 2 de diciembre de 1515; noble, político y militar castellano; duque de Santángelo, Terranova, Andría, Montalto y Sessa; caballero y comendador de la Orden de Santiago; Virrey de Nápoles (1504-1507); autor de "Las cuentas del Gran Capitán" (ocho folios facsímiles).
Hijo de Pedro Fernández de Córdoba y Elvira de Herrera. Hermano de Alfonso y de Leonor Fernández de Córdoba. Pariente de Fernando el Católico. Tatarabuelo de Gonzalo Fernández de Córdoba.
Gonzalo y su hermano mayor Alfonso Fernández de Córdoba se criaron en Córdoba al cuidado del prudente y discreto caballero Pedro de Cárcamo.
Siendo niño fue incorporado al servicio del príncipe Alfonso como paje y a su muerte paso al servicio de la princesa Isabel, en la Guerra de Sucesión Castellana.
En 1474 contrajo matrimonio con su prima Isabel de Montemayor. Recibió de su hermano, como regalo de boda, la Alcaldía de Santaella.
El 18 se septiembre de 1474 las tropas de su primo y enemigo Diego Fernández de Córdoba y Montemayor, conde de Cabra, atacaron Santaella y encerraron a Gonzalo y a su esposa en el Castillo de Cabra.
En 1476 fueron liberados, por la intercesión de los Reyes Católicos.
Su esposa Isabel de Montemayor falleció al dar a luz a su primer hijo.
En el Palacio de Portocarrero de Palma del Río, se casa con María Manrique de Figueroa y Mendoza, con quién tiene dos hijas (Beatriz y Elvira).
En 1482 participa en la Guerra de Granada.
En 1486 fue nombrado alcaide de Íllora con la misión de fomentar las disensiones entre Boadbil, que era apoyado por los Abencerrajes y el Zagal.
El 28 de mayo de 1486 su ejército reconquista Loja al moro Deus Vult.
En 1495 se embarca hacia la gran campaña en Nápoles, su misión era clara: detener el avance de los franceses, deseosos de expandirse militarmente con la toma de algunos territorios.
El 28 de junio de 1495 sufre su primera y única derrota en la batalla de Seminara.
En 1497 tras una breve estancia en la corte, los Reyes Católicos le nombran "adalid de la Frontera".
El 9 de marzo de 1497 el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba toma Ostia (Italia), los franceses combatieron con valor, pero ante el ataque de nuestros soldados las tropas francesas se rindieron, con la condición de que les respetasen la vida.
El 15 de marzo de 1497 durante la guerra entre España y Francia, es recibido triunfalmente en Roma.
En la Batalla de Albuera, combate a las huestes del rey de Portugal que habían invadido Extremadura.
Entre el 8 de noviembre y 24 de diciembre de 1500 Asedio de Cefalonia entre tropas otomanas y una coalición de venecianas, españolas y francesas en la Isla de Cefalonia (parte del archipiélago jónico).
El 24 de diciembre de 1500 Toma de Cefalonia victoria hispano-veneciana-francesa liderada por el Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba sobre el Imperio otomano.
Entre 1502 y 1506 se escribió con el rey Fernando el Católico varias cartas encriptadas con "El Gran Capitán"; el sistema de cifrado buscaba ocultar un mensaje clave y lo lograron, los documentos de hasta 20 páginas están escritos en un alfabeto inexistente formado por rayones, triángulos, cruces y otros símbolos desconocidos; el cifrado buscaba mantener los mensajes ocultos en el caso de que fuesen interceptados por el enemigo francés u otros rivales del poderoso imperio que estaba conformando España; durante más de 500 años hasta 2018, cuando pudo ser por fin leído por la Inteligencia española.
El 28 de marzo de 1503 Batalla de Ceriñola, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán vence a los franceses, cambiando la primacía de la caballería pesada a la infantería; esta victoria será el inicio de la hegemonía de España en los campos de batalla europeos. El Gran Capitán, conmovido por tanto enemigo muerto en la Batalla de Ceriñola, añadió a los toques del ejército uno que ya existía en el ámbito religioso: el de oración; y con el tiempo, lo imitarían ejércitos de todo el mundo.
Se convirtió en un mito viviente tras vencer a los franceses en dos sucesivas guerras en Nápoles y en las victorias de Ceriñola o Garellano.
El 28 de abril de 1503 Batalla de Ceriñola, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán vence a los franceses de Luis de Armagnac que resultó muerto en la batalla, cambiando la primacía de la caballería pesada a la infantería; esta victoria será el inicio de la hegemonía de España en los campos de batalla europeos. En 1835 el pintor Federico de Madrazo representó este hecho histórico en su obra “El Gran Capitán, recorriendo el campo de la batalla de Ceriñola”, añadió a los toques del ejército uno que ya existía en el ámbito religioso: el de oración; y con el tiempo, lo imitarían ejércitos de todo el mundo.
La Segunda Guerra de Nápoles comienza a mediados de junio de 1503 con la entrada de un nuevo ejército francés en Italia y termina el 1 de enero de 1504 con su capitulación en Gaeta y la firma del tratado de Lyon el 31 de marzo de 1504.
El 28 y 29 de diciembre de 1503 se lleva a cabo la Batalla del Garellano entre las tropas francesas y españolas. Al día siguiente la ciudadela de Gaeta, donde se refugiaron los últimos supervivientes, ya estaba cercada; los franceses hicieron una oferta de rendición, que fue aceptada, y el 1 de enero de 1504 Saluzzo y el Gran Capitán firmaron la capitulación.
El 1 de enero de 1504 termina la Segunda Guerra de Nápoles, tropas españolas al mando de Gonzalo Fernández de Córdoba "El Gran Capitán" vencen a las francesas.
El 26 de mayo de 1504 a instancias del Papa Julio II, ordena la detención de César Borgia y su traslado a España. Fue condecorado con la Rosa de Oro papal. Fue Comendador y Caballero de la Orden de Santiago.
El 26 de noviembre de 1504 en Medina del Campo, Corona de Castilla, falleció la reina Isabel la Católica.
En junio de 1507 el rey francés organizó un banquete al que invitó a Fernando El Católico, a Germana de Foix y a Fernández de Córdoba, donde se sinceró como un admirador del hombre que había vencido a sus ejércitos. "Mande Vuestra Señoría al Gran Capitán que se siente aquí; que quien a reyes vence con reyes merece sentarse y él es tan honrado como cualquier Rey", afirmó el rey Luis XII al invitar al gran capitán.
A la muerte de Isabel la Católica, el rey Fernando de Aragón se hizo eco de ciertos rumores que acusaban a Gonzalo Fernández de Córdoba de apropiación de fondos de guerra durante el conflicto italiano.
Fue cesado como virrey de Nápoles.
El 15 de julio de 1508 la reina Juana I de Castilla le concedió la alcaldía de Loja, adonde se retiró los últimos años de su vida.
Se carteaba con el cardenal Cisneros.
Recibió al historiador Francesco Guicciardini, hecho que enfureció al rey Fernando el Católico.
La revuelta nobiliaria de su sobrino, el I marqués de Priego, fue la excusa perfecta para que Fernando el Católico destruyera el Castillo de Montilla, donde había nacido el propio Gonzalo. Este hecho fue visto como un acto de enemistad entre ellos.
Sintiéndose enfermo regresó a Granada con su familia.
Fue enterrado temporalmente en el Convento de San Francisco (desaparecido) en Granada, mientras que se efectuaban las obras para su traslado al Monasterio de San Jerónimo.
En 1552 tras el permiso de Carlos I, sus restos mortales fueron enterrados definitivamente en un Panteón de la Iglesia de San Jerónimo de Granada. Se colocaron dos espadas en el lugar de enterramiento: la de ceremonia clavada en la pared del lado del Evangelio y la de combate, situada en la pared opuesta, en el lado de la Epístola. La de ceremonia fue un obsequio del Papa Alejandro VI al Gran capitán por defender el Cristianismo. La de combate, con empuñadora de marfil, hoja ancha y fina, de poco peso, parece que fue usada por el general en vida. La segunda espada fue retirada por alguien del Ducado de Sessa. Aunque hay teorías que dicen que fue regalada a la Catedral de Santiago para fabricar una lámpara. En 1671 los monjes declararon que desde tiempo atrás ya no estaba esa espada.
Años más tarde serían llevados también los restos de su esposa y algunos familiares, con más de 700 trofeos de guerra.
Miguel de Cervantes en su obra "El Quijote" menciona algunas de las hazañas del Gran capitán.
En 1810 durante la Guerra de la Independencia, las tropas del general Horace Sebastiani profanaron su tumba, mutilando sus restos y quemando las 700 banderas que, a modo de trofeo, fueron enterradas junto a sus restos. Horace Sebastiani no se resistió a destrozar el cadáver al ver que en el escudo del Gran Capitán se decía "vencedor de franceses y turcos" y se llevó una réplica de una de las espadas y la calavera de Gonzalo Fernández de Córdoba, desconociendo desde entonces donde se encuentran.
A mediados del Siglo XIX fueron regresados y enterrados de nuevo.
En 1835 con la exclaustración, lo poco que dejaron en pie los franceses fue pasto del saqueo de los granadinos. Un monje pudo recoger los huesos y entregárselos años después a los señores Láinez y Fuster, pertenecientes a la Academia de Nobles Artes. Éstos, a su vez, los llevaron a Comisión Provincial de Monumentos, que también los entregó al Gobierno Civil.
En 1848 el capitán general del distrito de Granada, el general Fermín de Espeleta, se interesó por los restos del Gran Capitan y pidió un informe médico completo.
En 1883 en Madrid, se devela su primera estatua conocida y más antigua.
José de Madrazo pinta "El Gran Capitán en el asalto a Montefrío".
Federico Madrazo pinta "El Gran Capitán observa el cadáver del Duque de Nemours tras la Batalla de Ceriñola".
En 1909 un oficial cordobés pidió al concejo de su ciudad que erigiera una estatua del Gran Capitán para celebrar el IV Centenario de su muerte. Granada también pidió la autorización para una estatua de Gonzalo Fernández de Córdoba.
En 1915 el gobierno español concedió la financiación para que Córdoba, y no Granada, que también pidió ese honor, realizara un programa de actos y homenajes completo.
En 1927 la estatua fue trasladada a su ubicación actual en la Plaza de las Tendillas en Córdoba.
"A enemigo que huye puente de plata"
Refrán que el Gran Capitán usara como su máxima militar.
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