sábado, 2 de septiembre de 2023

Ignacio Elizondo (1776-1813)

Francisco Ignacio Elizondo Villarreal conocido como Ignacio Elizondo nace en Nuestra Señora de Guadalupe de Salinas, Nuevo Reino de León (hoy Nuevo León) el 4 o 9 de marzo de 1776; es bautizado el 20 de marzo de 1776 y muere asesinado por el teniente Miguel Serrano, por órdenes del brigadier Joaquín de Arredondo mientras dormía en su campamento a orillas del Río Río San Marcos en Texas, México (hoy EEUU) el 2 de septiembre de 1813; militar realista; llevó a cabo el plan de conspiración en la captura de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama en febrero de 1811.


Hijo de José Marcos de Elizondo González y de María Josefa de Villarreal.  Nieto paterno del capitán Bartolomé de Elizondo de la Garza.  

El 5 de noviembre de 1787 contrajo matrimonio con María Gertrudis García de la Garza, con quién tiene 11 hijos.  

En 1797 falleció su esposa María Gertrudis García de la Garza.

En 1798 se enroló en el ejército donde escaló puestos inmediatamente debido a su disciplina.  Formó parte de la octava milicia provincial de Pesquería Grande donde fue teniente de caballería, capitán de dragones provinciales de Lampazos, combatió las incursiones de apaches en el Nuevo Reino de León y poco antes del grito de dolores dejó las armas dedicándose a sus haciendas una de ellas del Álamo en Monclova. 

El 30 de agosto de 1800 la Gaceta de México da a conocer que el virrey Félix Berenguer de Marquina había conferido el empleo de Capitán de Dragones a Ignacio Elizondo, quien 11 años después aprehendería a Miguel Hidalgo y demás Jefes Insurgentes en Norias de Baján.  

En 1806 se casa con María Romana Carrasco.

El 19 de enero de 1811 el capitán Ignacio Elizondo arriba a su hacienda en San Juan de Sabinas, Coahuila, tras haber participado en el asalto y captura en Río Grande (hoy Guerrero) al Tesorero de la Provincia, Miguel Royuela.  

El 17 de marzo de 1811 en Monclova (Coah.), Ignacio Elizondo, Capitán de milicias presidiales, se aprovecha de que el Gobernador insurgente de Coahuila, Pedro Aranda, era muy afecto a la bebida y a la fiesta, poniéndolo preso con su guardia tras una parranda en que nada pudo hacer por defenderse ni detener el avance los principales caudillos que se dirigían a ese lugar.  

El 18 de marzo de 1811 hombres armados al mando de Ignacio Elizondo llegan a Monclova, para aprehender a Insurgentes.  

El 19 de marzo de 1811 en Monclova (Coah.) se reúnen en la sacristía de la parroquia:  el padre Borrego, el capitán de milicias Ignacio Elizondo (que tenia su hacienda en San Juan de Sabinas), Tomás Flores (administrador de tabaco, de naipes y papel sellado de la provincia de Coahuila, que tenia su oficina en Monclova) y su hijo Vicente Flores, un tal capitán Macario, Antonio Rivas de Sanbuenaventura para planear la aprensión de los insurgentes.  

Por la tarde, el capitán Ignacio Elizondo sale de Monclova con 300 hombres para elegir el lugar donde habría de esperar la llegada de los insurgentes.  Conocedor del terreno, se dirigió a unos pocos kilómetros al sur de Acatita, donde hay una loma de poca altura detrás de la cual apostó al grueso de su contingente y permaneció a la orilla del camino con un corto acompañamiento en un estado de paciencia perfecta, confiado, como el buen cazador, en que su presa caería inexorablemente.  

Ignacio Elizondo, Vicente Flores y Antonio Rivas y sus hombres acampan a un cuarto de legua de las Catita de Baján (las norias de Baján), adonde llegan sus espías los indios mezcaleros y apaches para avilarles del número de gente de los insurgentes.  

El 19 de marzo de 1811 por la tarde, Ignacio Elizondo sale de Monclova con 300 hombres para elegir lugar en que habría de aprehender a Miguel Hidalgo e insurgentes que lo acompañan.  

El 20 de marzo de 1811 por la tarde, Ignacio Elizondo sale de Monclova con 300 hombres para elegir lugar en que habría de aprehender a Miguel Hidalgo e insurgentes que lo acompañan.  

El 21 de marzo de 1811 las tropas de Ignacio Elizondo tienden una emboscada al ejército insurgente, capturando a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y Manuel Santa María.  


El joven soldado Indalecio Allende, hijo de Ignacio Allende murió asesinado por Ignacio Elizondo, traidor del movimiento insurgente.

El 22 de marzo de 1811 el capitan Elizondo y Salcedo salen de Baján rumbo a Monclova conduciendo a los prisioneros insurgentes, acampando en Castaño; llegan presos a Monclova los caudillos insurgentes, encabezados por Miguel Hidalgo atados de pies y manos.  

El 23 de marzo de 1811 el capitán Elizondo conduciendo la gran cuerda de prisioneros hace su entrada solemne en la villa de Monclova.  Se dirigieron a la fragua del Tío Diego, para que les pusieran los grilletes; obligando al herrero Nicolás Guerrero a colocárselos a Miguel Hidalgo y al Gobernador Pedro Aranda, de donde fueron conducidos con los demás prisioneros al Hospital o a la Capilla de la Purísima o a la Carcel.  

El 23 de marzo de 1811 en Monclova, el capitán Ignacio Elizondo y Manuel Salcedo distribuyen los prisiones insurgentes:  Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez son esposados y alojados en la casa del Estando, el resto de los insurgentes en el hospital y cuartel de Monclova; Miguel Hidalgo estando preso en la casa del Estando recibe atenciones de familia Montemayor.  

El 24 de marzo de 1811 en la Villa de Moncloca, en el patio del Hospital, el gobernador Simón Herrera, el capitán Ignacio Elizondo, Manuel Salcedo, el secretario Villamil comienzan a formar la lista de los presos insurgentes que deberán de ser conducidos a Chihuahua y Durango para ser juzgados; el Ministro José María Chico, por no considerarlo importante lo dejan en la villa de Monclova.  Por la captura de los insurgentes Ignacio Elizondo sería ascendido a Teniente-Coronel.  

El 28 de marzo de 1811 el capitán Ignacio Elizondo, quien había encabezado la captura de los Jefes Insurgentes en Norias de Baján, Coahuila, es ascendido al grado de teniente coronel por el Comandante de las Provincias Internas, Nemesio Salcedo.  

Con 1,050 soldados se dirigió a Texas el 12 de junio de 1813 para reconocer las fuerzas de José Bernardo Gutiérrez de Lara, que había capturado San Antonio el 1 de abril pasado.

El 20 de junio de 1813 los republicanos de Henry Perryled trataron de recapturar San Antonio, Texas.  Ignacio Elizondo se retiró al Río Grande  Mientras tanto, el general Joaquín Arredondo, que dirigía un ejército hacia Texas para aplastar la rebelión, ordenó a Ignacio Elizondo que se uniera a él.

Joaquín Arredondo avanzó hacia San Antonio y derrotó republicanos en la batalla de Medina el 18 de agosto de 1813.

El 19 de agosto de 1813 a orillas del Río Medina (Galvan Creek) ubicado a siete leguas de Béjar (San Antonio), Ignacio Elizondo al mando de la avanzada de Joaquin de Arredondo, derrotó a la tropa rebelde de José Álvarez Toledo.  Ordenó que todos fueran fusilados.  

En septiembre de 1813 el campamento realista se instaló a orillas del Río San Marcos, en Texas.  Aquella oscura medianoche y aprovechando el cansancio del grueso de la partida, un furtivo desconocido detectó la tienda principal y al meterse descubrió su objetivo plácidamente dormido, con él descansaba del lado de la puerta Isidro de la Garza, su cuñado.

De pronto una hoja filosa se hundió varias veces en la cuerpo de su cuñado, cuyo gemido fatal despertó a aquel que estaba también durmiendo.  No pudo hacer nada y su último abrir de ojos fue para observar que su verdugo era un hombre de sus propias filas:  el teniente Miguel Serrano, quien le dio muerte de tres tajos de sable:  uno en el pecho que le salió por la espalda, otro más en el estómago y el otro le cercenó la garganta. 

Miguel Serrano fue a la tienda del coronel Tomás Quintero quien quedó al mando tras la muerte de Ignacio Elizondo y luego de extensa y misteriosa charla, salieron ambos.  Tomás Quintero fingió el arresto de Miguel Serrano de quien dijo:  “cuídenlo mucho porque está loco”.

Fue enterrado a orillas del Río San Marcos, sin ningún tipo de honores militares.

Se destacó por la crueldad con que trataba a los insurgentes que caían en su poder.

La muerte de Ignacio Elizondo fue muy celebrada por los insurgentes, creyeron que era el justo castigo por su traición.

El 14 de octubre de 1822 en Guadalajara, culmina proceso judicial por el cual la Hacienda de San Juan de Sabinas se adjudica a Melchor Sánchez Navarro como pago de las deudas que el teniente coronel Ignacio Elizondo habría contraído con él.






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